Noviembre 11, 2024

Escritor ecologista Hervé Kempf: “Hay que terminar con el capitalismo”

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hervekemmpf2Buenos Aires.- Para salvar el planeta del cambio climático y la pérdida de biodiversidad debemos salir del capitalismo y buscar un sistema menos consumista y socialmente más justo, sostiene el periodista y ecologista Hervé Kempf.

 

 

Esta cuestión atraviesa toda la obra del francés Kempf, columnista de Le Monde y autor de “Para salvar el planeta, salir del capitalismo” y “Cómo los ricos destruyen el planeta”, entre otros libros. En Francia, acaba de publicar “L’oligarchie ça sufit, vive la démocratie” (Basta de oligarquía, viva la democracia).

Exponente del debate sobre el decrecimiento, que se contrapone al crecimiento del producto bruto como indicador dominante del éxito de un país o una sociedad, Kempf cuestiona la viabilidad de una sociedad guiada por el consumo y el afán de lucro.

Los líderes políticos “siguen defendiendo el sistema capitalista al que yo llamo oligárquico”. Pero “tienen que cambiar, lo mismo que el sistema”, dijo Kempf en entrevista con Tierramérica durante su visita a Argentina.

TIERRAMÉRICA: ¿Es posible revertir el aumento de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático?

HK: Sí. Pero por ahora no parece que nos estemos orientando hacia allí. Europa cambió su trayectoria y logró reducirlas levemente y Estados Unidos les puso un techo, pero globalmente las emisiones crecen en países del Sur.

Hay que seguir presionando al Norte, pero los grandes países del Sur, en particular China que ejerce un papel de líder, deben modificar su conducta. Ellos quieren lograr un crecimiento máximo pero son conscientes de la crisis ecológica y esa conciencia va a penetrar cada vez más en los países del Sur.

TIERRAMÉRICA: ¿Es optimista sobre la cumbre de cambio climático que comenzará a fines de noviembre en Sudáfrica?

HK: No, lamentablemente. Los preparativos muestran que la situación está bastante bloqueada.

TIERRAMÉRICA: ¿La dirigencia política está a la altura?

HK: No. Muchos dirigentes siguen defendiendo el sistema capitalista al que yo llamo oligárquico y defienden intereses contrarios a la demanda que impone la crisis ecológica. Los líderes políticos tienen que cambiar y también el sistema.

TIERRAMÉRICA: Pero hay países, como Venezuela, que tienen un discurso contrario al capitalismo y sin embargo no muestran mayor conciencia ambiental.

 

 

HK: Mi trabajo se orienta más a los países del Norte, que tienen la responsabilidad de cambiar el modelo económico. En América Latina desde hace 15 o 20 años hubo que independizarse de Estados Unidos, adoptar maneras más democráticas y una política social a favor de los pobres. Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina están en esa tendencia. Pero es cierto. Ellos también tienen que asumir la crisis ambiental.

TIERRAMÉRICA: ¿Confía en que Río+20, la conferencia de las Naciones Unidas que se realizará en junio de 2012, reviva el espíritu esperanzador de la Cumbre de la Tierra de 1992?

HK: Por el momento no se anuncia muy bien. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) acaba de emitir un comunicado sobre Río+20 que parece muy orientado a decir: “desarrollo, desarrollo y después vemos lo del ambiente”. Me parece un mal indicio.

TIERRAMÉRICA: Pero ese es un pronunciamiento para la región.

HK: Sí, pero lo que veo en Europa y Estados Unidos es aun peor. Hay una falta de interés político y mediático por Río+20. La atención está en la crisis financiera.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué opina del concepto “economía verde”?

HK: Es muy vago. Parece la continuación del capitalismo más orientado a la ecología. Pero sin cambiar el poder de las corporaciones, sin reducir el consumo de energía ni cuestionar la desigualdad social, es una nueva forma de capitalismo. Además, ¿por qué este nuevo concepto y no seguir con el de desarrollo sustentable que tiene la ventaja de poner el acento en lo social?

TIERRAMÉRICA: ¿Cree que es un retroceso?

HK: Es un signo de que lo que se plantea como prioridad es la economía, cuando para la ecología la economía no es prioridad. Lo primero es garantizar una vida armoniosa entre las personas y con el ambiente. La economía no lo es todo.

TIERRAMÉRICA: Usted investigó el impacto del accidente nuclear de Chernobyl (1986). ¿Cree que el ocurrido el 11 de marzo de este año en la central japonesa de Fukushima puede ayudar a que este tipo de energía retroceda?

HK: Fukushima mostró que la energía nuclear es algo muy peligroso aun en un país  campeón en la tecnología como Japón.

TIERRAMÉRICA: En su libro descree del aporte de la energía eólica.

 

HK: Lo hago pensando en el Norte. Allí la energía eólica parece una coartada para eludir el ahorro. En Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón se debe  reducir el consumo de energía y después ver cómo producirla.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué sugiere para vivir en un planeta sustentable?

HK: Plantear la cuestión de la justicia social como prioridad. En un mundo sumamente rico desde el punto de vista material, esto es clave.

TIERRAMÉRICA: ¿Y respecto del consumo?

HK: Dejar de mirar televisión.

TIERRAMÉRICA: ¿Se pueden promover estas ideas en países donde aun hay población sin acceso al consumo básico?

HK: Insisto. Yo hablo como europeo, pero creo que en los países del Sur el desafío puede ser reducir la desigualdad.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué les dice a los escépticos que creen que eso es volver a la Edad de Piedra?

HK: Que si seguimos en esta economía destructora de los lazos sociales, de la justicia y la ecología, vamos a volver a la Edad de Piedra porque la destrucción social y ecológica nos expondrá a mucha violencia.

TIERRAMÉRICA: Usted dice en su libro que no tenemos que inventar nada nuevo, que las alternativas ya existen.

HK: En todos los ámbitos las comunidades crean formas por fuera del capitalismo. Cooperativas de producción, agricultura ecológica, monedas alternativas, energías renovables. Hay miles de experiencias que pueden ir ligándose en una red.

TIERRAMÉRICA: O sea que no imagina una transformación violenta.

HK: Por definición la ecología política imagina un mundo no violento. Los ecologistas no quieren violencia, quieren otras reglas de juego. No se pueden usar medios contrarios al objetivo que se persigue.

 

* La autora es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 24 de septiembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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