La incertidumbre económica será el tema predominante en los próximos meses en la política estadunidense, particularmente en el aspecto del desempleo. Los temas sociales como el aborto, los derechos de las minorías, el medio ambiente, las relaciones externas y la política migratoria pasarán a segundo término ante la acuciante situación en la que vive cerca de 10 por ciento de la población en edad de trabajar.
De entre todas las ocurrencias y el folclore en cada uno de los debates de los precandidatos republicanos a la presidencia, el tema que más se ha abordado es el del desempleo. Todos han criticado al presidente Barack Obama por su incapacidad de resolver el problema
. Lo curioso es que ninguno ha podido articular una idea precisa, ya no digamos un plan concreto para por lo menos atenuarlo. La razón es simple: no hay una solución mágica para hacerlo, mucho menos en un sistema que se resiste a emplear los instrumentos que en otras ocasiones se han usado como medio para disminuirlo.
Los economistas liberales, que en Estados Unidos representan el pensamiento progresista e incluso de izquierda (a diferencia de países como el nuestro, donde representan el pensamiento conservador), proponen como medida inmediata la promoción del gasto e inversión del Estado. Eso fue exactamente lo que Obama propuso en el Congreso la semana pasada: la aprobación de un paquete por 450 mil millones de dólares para promover el empleo. La opinión pública ha dado a congresistas republicanos una calificación en su desempeño aún más baja que al presidente, por lo que sus líderes dijeron estar de acuerdo con algunos puntos de la propuesta de Obama. Días después, como es su costumbre, le pusieron una serie de taxativas que la hacen inviable, por lo que ahora está en veremos.
La estructura del mercado laboral en EU pasa por un proceso de ajuste cuya transición, según especialistas laborales, empezó en la década pasada, pero nadie sabe a ciencia cierta cuánto durará esta transición. Lo cierto es que la creciente utilización de tecnología y la automatización en el proceso productivo han ocasionado la desocupación de cada vez más trabajadores, con escasas posibilidades de encontrar un nuevo empleo. Una de las medidas que ha propuesto el gobierno es la capacitación en el empleo de tecnologías modernas a quienes han perdido su trabajo. El problema es que este proceso es lento y difícil de asimilar para las personas mayores de edad y, más grave aún, que tampoco hay garantía de que una vez recibida la capacitación encuentren empleo.
En la crisis de los años 30 la cuarta parte de la población se quedó sin trabajo, pero los programas para promover el empleo y los de protección social fueron el alivio para millones de personas. Ahora se piensa que esos programas estorban al sano
desarrollo de la economía.
¿En que momento fue que se perdieron la brújula y la cordura?