Noviembre 3, 2024

¿Inútiles y subversivos?

larrain_carlos

larrain_carlosEl presidente de un partido oficialista ha calificado a  quienes protestan en las calles de Chile por su derecho a la educación como “una manga de inútiles subversivos”, incluye en su insolente calificativo a algunos parlamentarios en ejercicio.

  

 

 

Lo primero que salta a la vista es la distancia que media entre la derecha republicana de antaño y las nuevas elites políticas y empresariales formadas en la escuela Pinochet. En efecto, la mayoría de los nuevos dirigentes de la llamada derecha chilena fue bautizada por el dictador en “Chacarillas” en 1977. En una suerte de rito pagano escenificado entre antorchas en plena noche dictatorial, se selló un pacto entre la plutocracia y el terror.

 

Las nuevas cohortes de dirigentes de la derecha han sido formadas en las ideas propias de la Guerra Fría. A más de treinta años de distancia, el credo neoliberal llevado al fanatismo, así como un rabioso anticomunismo parecen ya cosa del pasado. Sin embargo, tales ideas persisten obstinadas en el imaginario de este sector político, hoy en el gobierno. Al igual que Fausto, la derecha chilena estuvo dispuesta a sellar un pacto con Mefistófeles con tal de asegurar su riqueza y sus privilegios.  El resultado está a la vista: Una derecha minusválida a la hora de gobernar en democracia.

 

Los dichos del señor Carlos Larraín son sintomáticos respecto de cierta incapacidad política de la derecha para habérselas con el país real que marcha por las calles. Tratar de “inútiles subversivos” a todo aquel que disienta de sus supersticiones políticas y económicas, o manifestarse aterrorizado frente a un eventual “plebiscito” es, por decir lo menos, impropio de un comportamiento democrático consistente. Por este camino, la única respuesta posible ante las demandas justas de los ciudadanos es la represión y la violencia  policial. Tal ha sido la lección aprendida de Augusto Pinochet.

 

De este modo, una derecha que sostuvo toda su demagógica campaña electoral en el “cambio” se encuentra, paradojalmente, paralizada ante la exigencia de cambios planteada por los ciudadanos. Los dirigentes de este sector político, mal formados en visiones reduccionistas tecno económicas y en las miserias de la dictadura, están ayunos de sabiduría histórica y se muestran incapaces de liderar la profunda transformación política que reclama la sociedad chilena de hoy. Ni inútiles ni subversivos: Nuevas generaciones de chilenos que reclaman su derecho a vivir en un país democrático, más justo y más digno.

 

Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS

 

 

 

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