La justicia revocó la prisión preventiva de Recaredo Gálvez, secretario general de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC) quien fuera detenido por Carabineros el 21 de julio en una manifestación.
La Corte de Apelaciones de Concepción determinó en un fallo unánime dejar en libertad al estudiante porque hasta ahora la Fiscalía no ha logrado establecer fehacientemente que Gálvez sería quien lanzó una bomba molotov en contra de un funcionario de Carabineros.
Los jueces añadieron que hubo inconsistencia en las pruebas presentadas por Carabineros, en especial con relación a la vestimenta que utilizaba el joven en el momento de su detención, contrario con lo dicho por algunos funcionarios quienes dijeran que Gálvez estaba encapuchado y otros carabineros señalaron lo contrario.
Además, familiares del universitario denunciaron agresiones de parte de Carabineros hacia el joven, lo que la institución desmintió.
Según informa Telesur, Recaredo Gálvez aseguró que no abandonará el movimiento estudiantil “que se está generando en nuestro país en contra de la lógica mercantil” y “del Estado empresarial que hoy en día, con lo que ha ocurrido conmigo, demuestra claramente que sus políticas de seguridad pública no son nada eficientes, y lo único que logran es criminalizar los movimientos sociales que son completamente justos”.
Gálvez relató a detalle el proceso de su detención y la salida armada por carabineros ante el grave estado de salud que presentaba posterior a la golpiza.
“Esta detención se llevó a cabo cuando nosotros veníamos llegando a las inmediaciones de nuestra universidad. Vemos cómo estaban instalados un grupo muy grande de carabineros con el carro lanza agua, nosotros no hicimos ningún tipo de provocación; ellos se acercaron a nosotros comenzaron a generarse disturbios. Éramos más de 500 manifestantes”, expuso.
Prosiguió: “mientras yo trataba de asegurar que mis compañeros no sufrieran ningún daño, me toman detenido por la espalda, me golpean. Yo me resisto a subir al carro de fuerzas especiales; una vez que subo me golpean en las partes blandas, me aprietan los testículos, me golpean en la cabeza (y) pierdo la conciencia”.
El estudiante expuso que despertó en un centro asistencial esposado, donde galenos intentaban socorrerlo. Allí “escucho burlas, dicen que paremos el movimiento, que ya es una burla (y) hasta cuándo vamos a seguir”.
Añade que el médico que le atendía “dice que las lesiones podrían haber sido mortales”, momento en que “increpa al carabinero y una vez que ellos se preocupan por el estado en que me dejaron, comienzan con el montaje (…) y con todo lo que se me imputa”, que consideró como “una reacción al miedo de cómo me dejaron y también una forma política de buscar acallar el movimiento estudiantil y criminalizarlo”.
El manifestante enfatizó que “no tenemos miedo, sabemos que nuestra lucha es justa”, por lo que continuará plegado al movimiento que desde hace más de un mes se mantiene en las calles de Chile, exigiendo al Gobierno cambios estructurales en el sistema educativo y beneficios para el gremio de estudiantes.