Noviembre 13, 2024

Pobladores y pobladoras de Santiago Centro se declaran en Ira

Somos familias, muchas trabajadoras del barrio Franklin-Matadero y la mayoría damnificadas por el terremoto del 27 de febrero de 2010. Somos inquilinos, arrendatarios, que sufrimos la usura de los rentistas pagando costos altísimos por piezas inhumanas. Somos quienes sufrimos la especulación de las inmobiliarias que presionan sobre el mercado de suelo provocando un aumento sostenido del costo de vida y la expulsión de nuestras familias a los extramuros de la ciudad. Somos los ignorados por la política pública, los que estamos fuera de las cifras de gobierno. Somos los nadie.

 

Con el terremoto, las pocas soluciones existentes fueron destinadas sólo a los propietarios, y no a los arrendatarios, quienes fueron los más afectados, quedando cientos de familias literalmente en la calle. Nosotros decidimos organizarnos y luchar por nuestro Derecho a la Vivienda Digna y nuestro Derecho a la Ciudad. Es así como nace el Movimiento de Pobladores en Lucha de Santiago Centro.

 

La indiferencia del gobierno central y local nos llevó a tomar una opción diferente. Una alternativa habitacional creada por el bajo pueblo. Explorando éstas alternativas es cuando nace, una noche del 4 de mayo de 2011, el primer Inmueble Recuperado por Autogestión (Ira). Hoy ya son tres: Casona Esperanza, Bogotá Popular y Protectora. Los pobladores del centro de Santiago hemos recuperado 1.720 m2 para nuestra clase; suelo que ha sido rescatado de las inmobiliarias depredadoras, que le han otorgado una solución transitoria a 16 familias, y que se encuentra proyectando soluciones definitivas para 65 familias en total.

En los Ira existe propiedad colectiva lo que implica que no hay propietarios, hay sólo ocupantes-usuarios. En los Ira hay una organización de tipo cooperativista  donde cada familia conquista su derecho a habitar por cumplir con el deber de recuperar. En los Ira se practica la ayuda mutua donde cada familia contribuye con horas de trabajo en la restauración, reciclaje y habilitación del inmueble.

 

Estamos exigiendo a gritos nuestro derecho de permanecer en la ciudad, y de habitarla dignamente. De no haber respuesta por parte de los malos gobiernos y su mal desarrollo, seguiremos avanzando en este camino, con el clamor y el desacato de un pueblo consiente y organizado, en la construcción de una ciudad sin expulsados ni expulsadores.

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