Ha sido el tema obligado desde que el Presidente Sebastián Piñera regresó de México el lunes pasado y el que más evasivas ha generado entre los funcionarios del Gobierno, lo que ha contribuido de buena manera a alimentar suspicacias y rumores palaciegos.
Y aunque la mañana del jueves en La Moneda la ministra vocera de Gobierno, Ena von Baer, insistió hasta el fastidio en desconocer si éste se llevaría a cabo, en horas de la tarde el eventual cambio de gabinete se daba ya como un hecho consumado que, si no se concretaba el viernes, lo más probable es que ocurriera al mediodía del domingo.
Ello, tomando en cuenta que a primera hora del lunes Piñera iniciará una gira por la región del Biobío y, por qué no, que un eventual triunfo de la selección chilena sobre el plantel de Venezuela en Copa América podría bajarle el perfil a una maniobra guiada más por la necesidad que por el deseo.
La certeza asumida en torno al hecho en sí no aclara, sin embargo, la duda acerca de quiénes serían los protagonistas de esta “cirugía mayor” del equipo de Gobierno, tema que hasta el momento se maneja exclusivamente en el voluble ámbito de las especulaciones y de los rumores palaciegos. En ese sentido, uno de los favoritos para encabezar la nómina de cambios es el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, mano derecha de larga data del Presidente Piñera y que actualmente disfruta de unas vacaciones que podrían extenderse. En su reemplazo se ha barajado la posibilidad de colocar a un personaje de mayor perfil político como el actual ministro de Defensa, Andrés Allamand.
La ministra Secretaria General de Gobierno, Ena von Baer, ha sido otro de los nombres citados en los recovecos del palacio presidencial. Al respecto, se ha referido como posible reemplazante a la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, otra figura de gran peso político y que, de asumir junto a Allamand, convergiría para instalar a la histórica “patrulla juvenil” como nueva núcleo del Gobierno. También se ha mencionado como sustituto al senador de la
La ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, no ha escapado al escrutinio y ya ha sido mencionada como una posible víctima del cambio de gabinete. Consultada al respecto, la secretaria de Estado respondió como sus pares, afirmando que ello es materia que sólo corresponde determinar al Presidente, pero aprovechó de hacer una breve cuenta pública sobre su gestión a cargo de esa cartera.
“Son rumores y la verdad es que estos cargos son así, son prestados, en el momento en que el Presidente lo decida, mi cargo está a disposición. Nosotros somos un ministerio nuevo, el año pasado creamos el ministerio, hemos seguido tramitando el tribunal ambiental, hemos hecho nuestro trabajo”, señaló la secretaria de Estado.
El ministro de Educación, Joaquín Lavín, ha sido uno de los casos más controvertidos para considerar en el eventual cambio de gabinete. Aunque su figura ha sufrido un evidente deterioro por su incapacidad para manejar la actual crisis estudiantil, al punto que algunos actores del conflicto han dejado de considerarlo como interlocutor válido por su presunto conflicto de intereses relacionado con sus pasadas actividades en la Universidad del Desarrollo, se ha advertido que sacarlo en medio de las movilizaciones estudiantiles podría dar una señal de sumisión por parte del Gobierno.
Pero en opinión del diputado por el Partido Comunista Guillermo Teillier, el Gobierno no logrará grandes resultados de aprobación cambiando a sus ministros, si es que no cambia también su actitud para negociar y hacerse cargo de las demandas ciudadanas.
“Esto empieza a preocupar al interior de la Alianza, y que bien que se preocupen porque creo que todavía tienen la oportunidad de solucionar problemas como el de la Educación. Todo este alejamiento de la gente con el Ejecutivo, con el Parlamento, podría producirse un acercamiento si llegáramos a la solución de estos temas. También creo que hay otro nivel de temas que el Gobierno no ha querido aceptar”, indicó el diputado
Fuera de Palacio, la certidumbre acerca del ajuste ministerial no termina de convencer a algunos parlamentarios del oficialismo. El diputado de la
“Los cambios de gabinete son señales que le das a la opinión pública ABC1, que es la persona informada. La gente de clase media y la gente más pobre le da lo mismo el cambio de gabinete, quiere una agenda social potente que le solucione sus problemas Si tú le preguntas a la gente si quiere cambio de gabinete, le da lo mismo, la gente lo que quiere es que le eliminen el 7 por ciento, el postnatal, proyectos sociales, quiere ministerio Social, quiere que baje la delincuencia, quiere medidas concretas”, afirmó el parlamentario.
Opinión similar a la que a comienzos de esta semana manifestó el diputado de Renovación Nacional Cristián Monckeberg, el cual incluso afirmó que hacer un cambio de gabinete en esta fecha, claramente orientado por los últimos resultados obtenidos por el Gobierno en las encuestas, significaría una verdadero “suicidio político”.