Noviembre 24, 2024

La Concertación debe explicaciones (XXIII)

El liderazgo de la Concertación debe explicarle también el pueblo chileno –y particularmente a sus bases- porque desarrolló políticas de discriminación del avisaje estatal en contra de los medios de comunicación que la habían apoyado en la lucha contra la dictadura; lo que sumado a los bloqueos de los fondos comprometidos por el gobierno holandés para ayudar significativamente a dichos medios, se tradujo en la desaparición durante la década de los 90 de todos los medios escritos afines a la Concertación generados bajo la dictadura.

 

 

 

 

De este modo, el Premio Nacional de Periodismo y ex director de la Revista Análisis, Juan Pablo Cárdenas, ha señalado –sin ser nunca desmentido- que el gobierno de Aylwin perjudicó gravemente a la revista, al añadir al bloqueo de los fondos holandeses el hecho de que “el gobierno (de Aylwin) no nos hizo compartir la publicidad gubernamental. La podría haber distribuido equitativamente entre los medios”. (El Mercurio; 11-9-2005)

 

Más concretamente, Juan Pablo Cárdenas ha señalado, respecto de los intentos de conseguir una legítima publicidad estatal, que “nosotros tratamos de agotar todas las instancias. Al margen de eso tuvimos decenas de reuniones con los jefes de servicios de las empresas del Estado para requerir publicidad directamente y no pasó nada. La única ayuda que recibimos fue un aviso de la Polla Chilena de Beneficencia, gracias a Orlando Cantuarias que estaba a cargo en ese momento”. (Boletín Libertad de Expresión, N° 9, Marzo 2008; Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile). También, según Cárdenas, “le reclamamos ayuda (a Eugenio Tironi) cuando estaba en el gobierno (como Director de Comunicaciones)” quien “se manifestó a hacer algo por los medios; pero seguramente se topó con una instrucción superior, con algún impedimento, como le sucedió a Foxley”. (Boletín citado)

 

Y consultado respecto si todo ello configuró una política destinada a exterminar dichos medios, Juan Pablo Cárdenas respondió: “Yo creo que a estas alturas no se puede dudar de ello: hubo operativos, recursos y operadores orientados claramente en esa dirección. Cada uno de los medios fue desapareciendo en diversos momentos producto de esa política. Se mantuvo más tiempo la revista Apsi, que tenía vinculaciones con el Partido Socialista y que estaba mucho más vinculada a las colectividades que formaban parte del gobierno… Pero ni siquiera Apsi pudo sobrevivir, ya que ¡la política fue inmisericorde con cualquiera que tuviera ciertos niveles de independencia y que se veía que pudiera constituir una amenaza! Aquí la evaluación fue brillante. Yo creo que cerebros como Boeninger y Correa fueron los gestores de estas políticas. Debieron pensar ‘estos medios tarde o temprano nos van a comenzar a hacer oposición y más vale convenir alguna forma de acuerdo con los medios tradicionales, que están abrumados por sus culpas y deudas, que ayudar a estos medios’ ”. (Boletín citado)

El ex gerente general de la desaparecida revista Apsi, Fernando Villagrán, ha confirmado todo lo anterior al señalar que, en relación a la historia de los medios de comunicación concertacionistas durante la década de los 90, “faltan muchas cosas por escribir. Nosotros hicimos un intento colectivo y tuvimos solidaridad respecto de las circunstancias que nos tocó vivir y dijimos que lo natural frente a esto era pararse juntos y pedirle al Gobierno que, mientras no hubiera una legislación, nos diera un ‘trato’ razonable. Nunca le pedimos subsidios, simplemente queríamos el mismo trato. Que cuando avisaran, repartieran de manera justa. La respuesta de ellos fue que no. Y en los casos en que tuvimos avisaje fue a un precio y con unos descuentos patéticos, que no los tenían ni El Mercurio ni La Tercera. Fue lamentable, y eso configuró el escenario”. (Boletín Libertad de Expresión; N° 11, Mayo 2008)

 

Y su explicación coincide con la de Cárdenas: “Es claro que nos fuimos transformando en medios incómodos para los dirigentes de la Concertación. Nuestros reportajes pasaron a ser molestos, y ellos sentían que para qué continuábamos metiéndonos en temas de violaciones de derechos humanos o de corrupciones de la dictadura si ahora los temas del país eran otros… Entonces, se empezó a vivir una pesadilla que duró para nosotros cinco años; donde la empatía se fue perdiendo. Sólo quedaron las amistades de tiempos pasados y que después te palmoteaban la espalda diciendo ‘pucha que pena, esto no debió haber pasado’. Pero yo nunca los vi muy preocupados, siendo que eran personajes de poder político e influencia… Entonces, me parece cínica, por decir lo menos, esa explicación que viene de algunos de decir que no supimos sobrevivir en el mercado. ¿Qué mercado? El mercado monopólico que implantó a balazos la dictadura y evitó fraudulentamente las quiebras de las grandes cadenas que hoy día pontifican sobre las libertades del mercado… ¿por qué no se investigan las formas con que se salvó de la quiebra a El Mercurio y La Tercera? Encuentren un parlamentario que se arriesgue a enemistarse con El Mercurio hoy día. Ese personaje sabe que nunca más aparecería en sus páginas y eso es una cosa tremenda en nuestra sociedad, dado el gigantesco poder del duopolio”. (Boletín citado)

 

Todavía no se escucha, al respecto, ninguna explicación del liderazgo de la Concertación

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