La política social de este gobierno consiste en el postnatal de 6 meses, la eliminación de la cotización del 7 por ciento de salud de los jubilados, el bono bodas de oro y el salario mínimo ético familiar. Esta política social se combina con el deleite del gobierno con el desempleo del 7,3 por ciento en el trimestre móvil diciembre-febrero 2011, la creación del empleo de 478 mil y los resultados del Imacec de 7,2 por ciento de crecimiento en 12 meses en Febrero. Curioso que su gabinete y su gobierno haya querido ser el “de los mejores”. El análisis de estas políticas y la economía de estas cifras dice otra cosa.
Primero, en relación a la política económica, la cifra de creación de empleo, está absolutamente contaminada por la nueva metodología del INE. Todavía se comparan peras con manzanas al decir que aumentó la cantidad de empleos con respecto a un período donde se medía distinto. Segundo, no se considera en la cifras del empleo y del Imacec el impacto del terremoto. ¿Cuánto crecimiento es simplemente porque se está recuperando la economía y cuánto es de creación de nueva capacidad? ¿Está mejor la economía chilena en términos de su tamaño y productividad? Tercero, aunque nos compráramos las cifras de empleo, ¿qué sucede con la calidad de éste? Este gobierno al igual que los anteriores se fijaba en el desempleo y en la tasa de participación como principales indicadores del mercado laboral.
Esto es básicamente la copia del modelo de desarrollo de países ya industrializados y desarrollados, puesto que se asume que basta con que una persona esté empleada para que el mercado laboral esté mejor. Las cifras del INE muestran que no hay un aumento en indicadores de calidad de contratos y que ha aumentado la subcontratación e incluso el trabajo asalariado no presenta mejores condiciones de protección, estabilidad ni ingresos. Veamos este mismo análisis para el aumento del producto. Si nos compráramos la idea de que la capacidad ha aumentado, ¿qué sucede con la calidad de esta capacidad? Es decir, ¿qué sucede con la distribución del ingreso, y más aún, con la distribución del poder de esta capacidad? Todo dice que mucho no ha cambiado. Especialmente si la política social consiste en hacer transferencias monetarias a los hogares. Bien por la discusión del postnatal, pero hasta hoy el 50 por ciento de la política social de este gobierno consiste en transferencias monetarias a los hogares. ¿Mejorará esto las capacidades de la economía? ¿Mejorará la distribución de las oportunidades, del poder, de las ideas, de los proyectos?
Ya es hora de que si Chile quiere autodenominarse desarrollado, piense más que en la cantidad, en la calidad de su evaluación del desarrollo económico. No basta con tener más empleos, si éste fuera el caso, se necesitan buenos empleos, con más y mejor negociación laboral, más y mejor participación sindical, más y mejor distribución del ingreso y del poder económico. No puede ser tolerable que el país siga creciendo a costa de las grandes mayorías. Con indicadores y políticas de mala calidad como este gobierno las mide y las prioriza, es difícil que este gobierno sea el “de los mejores”.
Federico Huneeus
Movimiento Nueva Izquierda
Jueves 21 de Abril 2011