¿Para dónde corre la Justicia en Chile? ¿A quién sirve si no es a la clase que la controla? Permítanme explicarlo. Recordemos que los presos mapuche han sido condenados sin que se demostrara ni el crimen (no hay evidencias de ellos), ni la participación. (se usaron las “garantías represivas” de la Ley Anti-Terrorista – LAT)
Nada diferencia a los condenados de los 13 presos que dejaron salir (sin reparación alguna luego de años presos sin justificación alguna), excepto que son dirigentes mapuche y que son perseguidos políticos. Es decir, son condenas políticas… como lo fueron aquellos juicios contra el obispo condenado en el Vaticano que fueron cerrados. También por razones políticas no fue juzgado en Chile. La LAT permitió largas prisiones preventivas, –años en varios casos- uso de testigos protegidos, incógnitos, que no podían ser contra-interrogados, testigos coimeados, con dinero y con anulación de sus penas pues muchos eran delincuentes… para evitar que fuesen reconocidos. “Confesiones” obtenidas, sin duda alguna, bajo tortura, en varias ocasiones, con sus familias asaltadas, casas destruidas, hijos e hijas torturados como se ha denunciado la semana pasada en Washington en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -y anteriormente en otros cuerpos legales, internacionales y de DDHH´s. Los fiscales han incluso presentado querellas contra los abogados que demostraron que las confesiones eran obtenidas bajo tortura. También entrodujeron de modo importante casos ya juzgados y cuyos veredictos previos rechazaron condenarlos. Fueron sobreseidos (caso de juicio en Corte Marcial de Valdivia fue repetido en Cañete pero esta vez se da un resultado distinto…) Uno de los mismos testigos protegido de entonces lo pusieron en Cañete… y ahora les resultó. ¿Justicia a la chilena?
Pero este lunes 28 de marzo, en el “El Mercurio” el abogado del obispo pedófilo ya condenado en las Cortes del Vaticano, se queja a viva voz de que “las acusaciones contra su defendido no son aceptables en ningún lugar democrático del mundo si ellas son de testigos no identificables. Por ningún motivo deben ser aceptables”. Hmmm. Curioso, porque el mismo Obispo Karadima, cuando se enfrentara antes con sus crímenes, las cortes chilenas cerraron los casos. El Juicio en el Vaticano, sin embargo, reabre el tema (los poderes fácticos tienen mucho, demasiado poder) y ahora pareciera que Justicia podría ser hecha…
Lo curioso de todo esto es que cuando el Mercurio habla de los presos mapuche estos siempre son terroristas (en un país donde hasta sus modelos de los EEUU le dicen que eso no es así). Pero el diario este nunca menciona las violaciones del debido proceso, de la tortura rutinaria con los mapuche ni tampoco de que los Procesos Orales son una vergüenza y una inmoralidad. En realidad, no hay caso: Nadie aprende si no quiere hacerlo. Los intereses hacen cambiar hasta el aire. Pero estamos hablando de vidas y de un pueblo. Y de personas violadas.
Recuerdo todavía ese cartel que atravesaba la Alameda, -¿te acuerdas Miguel Angel?- frente a la casa central de la Universidad Católica y que decía “EL MERCURIO MIENTE”. Si bien muchas cosas cambian, los que no quieren no lo hacen… (aunque el mundo sí va cambiando).
Sería lo justo que la Corte Suprema reconozca lo obvio: los juicios a los mapuche deben ser anulados y así demostrar que no siguen apegados a los tiempos en que un fulano podía decir y aplicar sus ideas de que “en este país no se mueve una hoja si yo no lo permito” Podrían usar incluso la argumentación actual del abogado del imputado pedófilo… hmmm. Pero con los mapuche las violaciones han sido mayor, inmensamente mayores, más abusivas, avergonzantes para quienes quieren vivir en un país democrático.
Dr. José Venturelli, Vocero del Secretariado Europeo de la Comisión Ética Contra la Tortura
28 de marzo del 2011