El Premier italiano, Silvio Berlusconi, quiere que el líder libio, Muammar Gaddafi, del cual es amigo, se exilie y no excluye viajar a Trípoli para cumplir con esta misión, informó ayer la prensa italiana.
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“El Gobierno italiano contempla la posibilidad de poner fin a los bombardeos e, inmediatamente después, convencer al Coronel (Gadafi) a hacer las maletas gracias a un salvoconducto que le evite el Tribunal Penal Internacional y le asegure el exilio”, escribió el periódico La Repubblica, uno de los principales de Italia.
“Berlusconi no excluye viajar él mismo a Trípoli para negociar una ‘digna salida de escena'”, añadió el rotativo que precisó que el ejecutivo está trabajando para alcanzar en una semana un “verdadero” cese al fuego, monitoreado por observadores de la ONU.
“Ese sería un modo para asegurarse el papel de protagonista en la escena internacional, después de haber sufrido el protagonismo de (Nicolás) Sarkozy en la cumbre (de la semana pasada) en París y no perder el liderazgo económico comercial italiano en Libia”, precisó el diario.
El caso es que, más allá de otros flecos, la realización de este plan también está siendo examinado por la Secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton, según esa fuente.
La noticia, que no tuvo desmentidas y que saca a la luz una vez más las diferencias entre Italia y Francia sobre la cuestión de Libia, llegó ayer reforzada por otra información difundida por el diario Libero, cercano a la familia de Berlusconi, en el que se aseguraba que el Gobierno de Sarkozy habría ayudado los rebeldes libios a armar la revuelta contra Gadafi.
Según ese rotativo, el Ejecutivo francés habría entrado hace meses en contacto con Nouri Mesmari, ex jefe del protocolo de Gaddafi y hoy exiliado en Francia, con el fin de conocer los secretos miliares de líder libio.
“A Mesmari le apodaron ‘Lybyan Wikileak’ porque poco a poco reveló todos los secretos del líder libio”, escribió Libero, al añadir que posteriormente, agentes del servicio secreto francés y funcionarios del Elíseo habrían encontrado Farj Charrant, Fathi Boukhris y All Ounes Mansouri, actuales representantes del Gobierno rebelde de Benghazi.
La ambigüedad de Italia, sin embargo, también quedo plasmada en las palabras de Berlusconi del lunes, cuando ya estaban en acción los ocho cazas del Ejército italiano encargados de la misión en Libia.
“Estoy apenado por Gaddafi, lo siento. Lo que está pasando en Libia me afecta personalmente”, dijo