3 de febrero. Comunicado de
Estos datos, como es lógico, han encendido las alarmas ante otra posible crisis alimentaria, aunque conviene resaltar y subrayar que no se trata de una crisis por escasez de alimentos porque incluso en los años de déficit se cubre la demanda con las reservas, que luego, en épocas de buenas cosechas se recuperan para afrontar nuevamente los periodos de vacas flacas. El problema real es que, llenar los estómagos se ha dejado en manos del mercado y de su “lógica”, y en una de sus piruetas, se ha originado una nueva subida vertiginosa de los precios de los alimentos que dificulta el acceso a ellos. El motivo del ascenso, mayoritariamente se achaca a la volatilidad de los precios y a un desequilibrio por una mayor demanda y una menor oferta.
La reducción puntual de la oferta estalló en Rusia por las malas cosechas de trigo debido a las sequías y propiciaron el cese de sus exportaciones. Otros estados como Ucrania y Canadá también sufrieron disminuciones y restricciones, por eso, ya durante el verano de 2010, en la bolsa de futuros de Chicago el trigo sufría un incremento de precio del 60-80%. Desde entonces la tendencia alcista en los mercados se ha disparado y propagado a otros alimentos. El informe “Perspectivas Alimentarias” que elabora semestralmente
Todo ello redunda en una menor oferta mientras la demanda crece, al parecer, por un mayor consumo de alimentos a nivel mundial y por un incremento en el uso de los agrocombustibles. Por lo tanto y aplicando la “lógica” del mercado, los precios están ascendiendo rápidamente amenazando la seguridad alimentaria de millones de personas. Pero aún así, la contradicción es clara, porque si no existe un peligro real de escasez ¿cómo es posible que los mercados actúen desesperadamente como si existiese?
Tal vez el meollo de la cuestión estribe en que la “lógica” del mercado es bastante peculiar y más cuando manos ocultas mecen la cuna de la alimentación. Revisando diversos informes de
Rarezas similares acaecen también con el azúcar, que ha sido el alimento más golpeado por la subida de precios provocando racionamientos en Portugal y protestas en países como Bolivia o Argelia. Una vez más se habla de cosechas mermadas, pero
No hay duda de que los recovecos del “Dios mercado” son insondables, pero aún así, estos embrollos mercantiles tienen explicaciones más profanas como se vislumbra en ciertos párrafos de una Resolución aprobada por el Parlamento Europeo el pasado 18 de enero: “…estos acontecimientos están sólo en parte provocados por principios básicos del mercado como la oferta y la demanda y que en buena medida son consecuencia de la especulación (…) los movimientos especulativos son responsables de casi el 50 % de los recientes aumentos de precios…”. En la misma resolución
En un tema determinante como el agroalimentario, el Parlamento Europeo, aparte de repudiar la especulación, también remarcaba aspectos tan urgentes como el de la equidad en la cadena de suministro y la incorporación de jóvenes a la agricultura. Aún así la raíz del aprieto es que muchas naciones dejaron de lado su soberanía alimentaria, para fomentar a bombo y platillo cultivos exóticos y materias primas destinadas al supermercado global. Con palmaditas en la espalda les dijeron que los alimentos los podrían comprar en ese mismo supermercado, que está groseramente oligopolizado por intermediarios, especuladores, transnacionales, etc. Y así nos va.
Para finalizar, no hay duda de que el planeta tiene un reto con el actual crecimiento demográfico y la capacidad futura de proporcionar alimentos y recursos a toda la raza humana. Que se haya resaltado que la crisis actual no es de escasez, no significa que este artículo justifique el despilfarro de recursos agroalimentarios, más bien lo contrario. Se pretende ante todo denunciar la especulación en los mercados de futuros, cuestionar el mercado como centro del universo y debatir el papel de la alimentación como una mercancía globalizada, sujeta a cotizaciones que suben y bajan según ofertas y demandas. En un mundo incapaz de toser al “Dios mercado”, tal vez no quepa otra “lógica”… salvo la lógica aplastante del estómago vacío, de la barriga hinchada y de una ciudadanía cabreada de encajar una crisis tras otra.
i FAO: “Los precios mundiales de los alimentos alcanzan un nuevo récord histórico” Roma, 3 de febrero de 2011.
ii FAO: “Los precios de los alimentos vuelven a subir” Roma, 9 de diciembre de 2009.
iii http://www.fao.org/docrep/013/al969s/al969s00.pdf
iv http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P7-TA-2011-0006+0+DOC+XML+V0//ES&language=ES
Escritor, autor del libro El parque de las hamacas y responsable de Ecología Social de Belianís. Artículo de la serie “Crisis Agroalimentaria”,