Finalmente Madoff no era sino un aficionado. Con su estafa de 50 o 60 mil millones de dólares no explotó todas las posibilidades de la famosa cadena de Ponzi. Frente a la dupla Geithner-Bernanke, los nuevos Robert Redford y Paul Newman del remake de “La Gran Estafa”, hay que decir que la competencia es ruda. Desmenucemos este fraude masivo porque su estructura es de una sutileza perversa y de una perversidad sutil.
Comencemos por refrescar la memoria: el Tesoro de los EEUU (ministerio de Hacienda) y la FED (Banco Central) son dos bolsillos diferentes para el mismo dinero… Aun cuando el banco central yanqui es independiente, sus medios son los mismos que los del Tesoro. Cuando la FED pierde dinero, -y ahora con la subida de intereses que comienza va a perder una fortuna con sus compras masivas de obligaciones del Estado-, esta pérdida va a imputarse directamente, cada año, al déficit presupuestario estadounidense, un déficit ya gigantesco.
¿Qué pasó en el 2010? El Estado americano, que ya está en quiebra virtual, practicó la reactivación. Inyectó en la economía cientos de miles de millones de dólares que no tenía. El Tesoro yanqui tuvo que pedir prestados esos centenares de miles de millones. El problema es que los chinos ya no quieren más de estos nuevos subprimes, ni los japoneses, ni los países del Golfo… Los hogares yanquis absorbieron una parte de estos desechos napolitanos colocando una parte de un ahorro recientemente reconstituido. Pero eso no bastaba. Entonces la FED vino a prestarle plata al Tesoro… Pero, la FED y el Tesoro, ¡es la misma cosa! Es dinero que sale de un bolsillo para entrar en el otro, con dos bolsillos que están rotos… Se supo esta semana, sin sorpresa, pero sin embargo con pavor, ¡que la FED superó a China y llegó a ser el mayor detentor de créditos de Estado de los EEUU!
Fascinante ¿no? La administración Obama, -que quería reformar las prácticas bancarias-, hace lo que ningún banco, ni ningún estafador de alto vuelo nunca intentaron. Hay que decir que no es esta la única contradicción, los veinte principales bancos estadounidenses pagaron en el 2010 un monto record de remuneraciones: 135 mil millones de dólares, cuando Obama debía ordenar Wall Street, el ansia de lucro y los bonos. Michael Douglas tiene razón al decir en el 2010: “La codicia no solo es buena, es legal”. Dejémoslo ahí…
El problema de este truco de magia, ¡cuán impresionante!, es que ya no podrá ser utilizado en el 2011. Ud. comprende por qué. Las tasas de interés suben. La FED pierde pues dinero todos los días sobre los 1,1 billones de dólares de créditos al Estado que se tragó. Y seguramente va a jugar la fuga hacia adelante con un QE3 o un QE4 (tercera y cuarta emisión monetaria sin respaldo), pero no podrá continuar absorbiendo íntegramente las necesidades de crédito de sus colegas del Tesoro. Madoff necesitaba que los mercados continuasen a subir para que su estafa se mantuviera. La crisis de Lehman Brothers echó su bella pirámide a tierra.
Geithner y Bernanke necesitan que las tasas de interés bajen para seguir fabricando dólares sin que los espectadores se den cuenta de la superchería. Sí, pero… Con las materias primas vueltas locas gracias entre otros a los quantitative easings (QE1 y QE2), los valores de los activos que suben bajo el efecto de la especulación, y los bancos que retoman sus peores costumbres, las tasas de interés suben. Poco a poco, pero suben. Y bastaría con que esta subida se acelere para que se descubra que todo no es sino una gigantesca estafa.
Pero entonces, me dirá Ud., si fuese tan simple como eso, ¿qué hace la policía? La policía, -o sea las agencias de calificación o la SEC (Securities and Exchange Commission: autoridad de los mercados financieros)-, ¡es tan poco severa con el Tesoro y la FED como la policía tunecina lo era con la familia de Ben Alí!
Nuestro dúo de equilibristas está ahora en una fuga hacia adelante que solo puede llevar a los EEUU a la catástrofe. ¡Bravo los artistas!
*El análisis del ex trader Marc Fiorentino sobre la gran estafa de 2011 (publicado por el diario financiero “La Tribune” de París, el 09/02/2011 – traducción de Luis Casado)