Enero 16, 2025

Isabel Custodio: “A través del Movimiento 26 de julio conocí la trascendencia de la Revolución cubana”

el amor me absolver

el amor me absolverMéxico DF.- En entrevista telefónica con Clarín.cl Isabel Custodio, autora de la novela El amor me absolverá (2005), reeditada con el título: No me beses (2009), narra su participación en el Movimiento 26 de julio y el amor que compartió con Fidel Castro Ruz en la víspera de la expedición a Sierra Maestra. Hija de actores de teatro, estudiante de literatura, exiliada durante la guerra civil española, primero en Francia, República Dominicana y Cuba, hasta afincarse definitivamente en México, país donde conoció a los jóvenes barbudos, Isabel terminó involucrándose en la clandestinidad política y en un romance casi nupcial con el beligerante abogado Fidel.

 

 

El libro es como una novela de suspenso, parece una película”, declaró Isabel Custodio a la BBC de Londres (19/12/2005); “Fidel era un encantador, te envolvía con palabras… era un idealista, un verdadero revolucionario”, así lo retrató Isabel en una entrevista con El País de España (09/11/2008). No me beses (Editorial Terracota, 2009) también es una reseña autobiográfica y colectiva del ideario político y feminista de la década de 1950, es la recreación de los álgidos días de acecho de Batista en México, la protagonista fue secuestrada y el guerrillero Fidel la rescató en un enfrentamiento armado, poniendo en riesgo la expedición del M-26 a Sierra Maestra.

 

El carácter de los personajes de El amor me absolverá se va forjando y reflejando desde la primera página, hasta la inminente cercanía del Granma, por citar un ejemplo, Ernesto Guevara se opuso a la relación entre Fidel e Isabel, por considerarla una distracción; en cambio, Raúl Castro era conciliador y respetó la decisión de su hermano, Fidel le había propuesto matrimonio a la joven estudiante de literatura. Al final de la novela, Isabel se hizo a un lado, dejándolo partir, a pesar de la distancia entre el Caribe y el Valle de Anáhuac, ella todavía conserva la nostalgia y varios enigmas de la proeza revolucionaria.

 

MC.- El título de su novela: “No me beses”, lo retomó de la frase que bordó su mamá cuando usted era una niña en Francia, ahí recordó los detalles de las visitas del cineasta Luis Buñuel y justamente con la plegaria “No me beses” cierra la novela, ¿por qué cambió la frase de la portada?

IC.- El título original de mi novela era: “No me beses”, sin embargo por una decisión unilateral del primer editor –Plaza y Janés- cambiaron el título por “El amor me absolverá. La pasión secreta de Fidel Castro en México”.

 

MC.- Las dos ediciones de “El amor me absolverá y No me beses” se han publicado únicamente en México, ¿por qué escribió la novela con explicaciones sobre México para lectores extranjeros?, ¿nunca ha dejado de sentirse una exiliada?

IC.- Al escribir mis otras novelas desde luego que lo hago pensando en lectores de todo el mundo, no sólo de México; y por descontado está que la sensación de exilio es permanente en la persona que lo lleva consigo.


MC.- Entre el trabajo de sus padres con la Compañía de Teatro Clásico Español conoció a la intelectualidad del exilio republicano: León Felipe, Max Aub, Remedios Varo y Leonora Carrington. ¿Cuál fue el mayor aporte del exilio en el imaginario creativo de Isabel Custodio?

IC.- El exilio de los refugiados en México fue y es, muy importante, ya que consistió en un gran advenimiento de la intelectualidad más granada de aquella España. Un grupo selecto de mujeres y hombres liberales que aportaron sus conocimientos a diferentes estratos culturales, así cómo sus ideas de libres pensadores.

 
MC.-El periodista Néstor Almendros llegó a México -enviado por la revista Bohemia- para hacer un reportaje sobre los presos cubanos en México, usted lo acompañó a la cárcel, ahí Fidel la vio por primera vez y le pidió su teléfono a Néstor; ¿cuándo fue conciente de que esa llamada telefónica de Fidel la acercaría a presenciar la semilla del ALBA latinoamericana?

IC.- En ese momento exacto por supuesto que no fui consciente, sólo a través de mi participación activa dentro del Movimiento revolucionario 26 de julio, conocí la trascendencia de lo que se estaba gestando.

 
MC.- Mientras estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, usted vivía en la clandestinidad, se cambió el nombre por “Violeta y Lilia”, pernoctó en casas de seguridad del M-26 y sabía que los servicios de inteligencia los vigilaban. ¿Cómo logró llevar una doble vida universitaria y combativa?

IC.- Aprendí en todos los sentidos, la experiencia de vivir en la clandestinidad, esquivando las persecuciones, pero al mismo tiempo dándome los medios e instrumentos para la defensa de mis propios principios revolucionarios, apoyados en lo que ya estudiaba en la Universidad.

 
MC.-Usted y varias feministas trabajaban en una imprenta clandestina en la colonia Doctores, imprimían panfletos y los distribuían entre las obreras mexicanas para informarlas de sus derechos laborales y sexuales; ¿de qué forma la inspiró Teresa Casuso, Vilma Espín y Haydee Santamaría?

IC.- Desde luego que el ejemplo de todas esas mujeres que me precedieron fue de suma importancia, aunque yo por mi lado ya estaba en el mismo camino buscando por mis propios medios incorporarme al naciente movimiento feminista en México.

 
MC.- Ernesto Guevara se oponía a la relación entre usted y Fidel, por considerarla una distracción en la Revolución; en cambio Raúl Castro era conciliador y respetaba la decisión de Fidel; ¿ambas perspectivas simbolizan el carácter de los dos líderes barbudos?

IC.- Sí, desde luego, tal y como lo expreso en los diálogos que desarrollo entre Raúl Castro y Ernesto Che Guevara, cada uno con su criterio y personalidad muy definidos.

 
MC.- Usted fue secuestrada por agentes de la policía secreta de Batista en México; a la distancia, ¿qué piensa del rescate armado que enfrentó a Fidel con los espías cubanos en México?

IC.- Realmente esa pregunta se contesta por sí sola al leer la descripción que hago al recuperar la libertad después del enfrentamiento armado en México DF.


MC.- En casa de la familia Granados –en Cuernavaca- se reunieron todos los guerrilleros del M-26, entrenaron en el rancho Santa Rosa de Chalco; existen documentos de la presencia de Fidel y Che en Cuautla y en Tuxpan. ¿Ha regresado en búsqueda de los lugares que marcaron la ruta de los revolucionarios?

IC.- Sí, claro que he regresado a los lugares que describo, puesto que son sitios muy conocidos; siempre resultará indispensable para la narración de una novela biográfica ser fiel a los emplazamientos de los sucesos y actos de forma exacta.

 
MC.- Al ir armando la estructura de la novela, ¿se imaginó los escenarios si hubiera continuado con los planes de boda con Fidel?

IC.- Bueno, esa pregunta cae dentro de dos planos imposibles, como son la imaginación y el futuro, lo cual se me hace un poco irrealizable de contestar.

  
MC.- Finalmente, ¿nunca volvió a comunicarse con Fidel?, ¿sigue estudiando la historia de la Revolución cubana?

IC.- La primera parte de su pregunta preferiría no contestarla. Por supuesto que sigo atenta al desarrollo de los nuevos acontecimientos en Cuba, como cualquier ciudadana del mundo interesada en los procesos políticos de actualidad.

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