Francia y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtieron este viernes sobre el riesgo de una nueva crisis alimentaria global y de que se produzcan disturbios, por lo que pidieron mayor regulación para controlar la especulación en los mercados de materias primas.
Existe un riesgo real de motines del hambre
, declaró el ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, en una conferencia conjunta con Jacques Diouf, director de la FAO. La advertencia se dio un día después de que la FAO anunció que los precios de los alimentos alcanzaron un nivel histórico en enero y podrían seguir en aumento, debido también a factores climatológicos.
Los precios aumentaron en enero 3.4 por ciento en relación con 2010, acumulando siete meses consecutivos de alzas, y se establecieron en un récord de 231 puntos en el índice de la FAO, el punto más alto desde que el organismo estableció ese indicador en 1990.
En 2007 y 2008 se registraron motines del hambre
en numerosos países africanos así como en Haití y Filipinas, coincidiendo con los precios récord de los cereales. En esa época, el índice de los precios alimentarios de la FAO estaba en 200 puntos.
El pasado jueves el organismo anticipó que los precios subirán aún más porque el suministro de cereales y otras materias primas agrícolas clave es estrecho y un clima adverso amenaza las cosechas en los principales países productores.
Compartimos la misma opinión, de que hoy existe el riesgo real de una crisis alimentaria global
, dijo el ministro de agricultura francés Bruno Le Maire, cuyo país ejerce la presidencia del Grupo de los 20 (G-20, que incluye a las principales economías del mundo, tanto industrializadas como emergentes, entre ellas México).
La escalada de los precios de los alimentos volvió al centro de la escena debido a que fue uno de los factores que incentivaron las protestas que depusieron al presidente de Túnez en enero y que se extendieron a Egipto y Jordania.
Esto despertó especulaciones de que otros países en la región buscarían asegurarse existencias de cereales para tranquilizar a sus poblaciones. De hecho, Bangladesh ya adelantó que comprará más granos para aumentar sus existencias, frente a los precios récords en el mundo. Ese país es el cuarto mayor productor mundial de arroz y busca una fuente segura del cereal, al emerger este año como un importante importador.