Noviembre 9, 2024

La estrategia política de Piñera en el cambio de gabinete

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 pina_thEn una sola jugada el Presidente logró alinear a RN y la UDI, potenciar la popularidad de Golborne, descomprimir las críticas por la crisis en Magallanes, hacer un llamado a la prudencia en las declaraciones de los ministros, imprimirle experiencia política al gabinete, terminar con el desorden de las filas en Valparaíso y convertir en aliada a una vieja enemiga.

“No van a haber parlamentarios en el futuro gabinete”, afirmaban tajantes en febrero de 2010 los asesores del Presidente Sebastián Piñera, mientras preparaban la nómina del primer equipo ministerial de su Gobierno.

 

 

Un año después, el propósito de respetar la soberanía de la elección popular de los parlamentarios se fue al olvido cuando pasaron a engrosar las filas del Ejecutivo los senadores Andrés Allamand y Evelyn Matthei, quienes asumirán en Defensa y Trabajo, respectivamente. Lo que sí recordó el Presidente fue el compromiso de que, si usaba la facultad constitucional de traspasar parlamentarios a La Moneda, debía haber un equilibrio de partidos: uno de la UDI y una de RN.

Si bien se especulaba hace días sobre el inminente primer cambio de gabinete del Gobierno de Piñera, la renuncia del ministro de Defensa, Jaime Ravinet,  prendió la mecha y desde los partidos de la Alianza la siguieron avivando y emplazando al Ejecutivo a aprovechar el impulso para hacer las modificaciones. Y así fue. No sólo Ravinet dejó su cargo, también lo hicieron Camila Merino (Trabajo), Felipe Morandé (Transportes) y Ricardo Raineri (Energía).

Sin embargo, los nombramientos más que apresurados parecen estratégicos. Con la salida del titular de Minería se logra descomprimir un poco la tensión política que generó la crisis desatada en Magallanes por el anuncio del alza en el precio del gas, justo en el momento en que el tribunal de Punta Arenas acogió una querella por cuasi delito de homicidio contra Raineri por la muerte de una joven en las protestas. Pero además, se envía una señal al responsabilizar implícitamente al ex ministro de la impopular medida y castigar el error comunicacional (reiterado en el gabinete) de afirmar: “se acabó la fiesta”, a propósito de Punta Arenas.

Asimismo, el haber designado a Laurence Golborne como biministro de Energía y Minería, justo en momentos de crisis, le permitiría al Ejecutivo capitalizar el potencial político del secretario de Estado, quien goza de la mayor popularidad del gabinete y, según la encuesta CERC de diciembre, se perfila como el político con más futuro y el mejor sucesor de Piñera dentro de la Alianza.

Pero es el arribo de Matthei y Allamand al Ejecutivo la jugada magistral. Con el nombramiento de senadores emblemáticos de RN y la UDI en su equipo, Piñera alinea a los partidos, lima las asperezas surgidas en estos meses de mando, y le imprime el necesario toque de experiencia política a un gabinete que ha pasado de impasse en impasse.

“El Gobierno está reconociendo que el concepto inicial gerentocrático, tecnocrático de desprecio por los políticos fue un error de diseño. Celebramos que hayan políticos con experiencia y trayectoria que han sido senadores,  que refuercen una de las mayores debilidades del Gobierno que está justamente en la política”, destacó el presidente de la DC, Ignacio Walker poco después de anunciado el cambio.

Se trata además de dos parlamentarios que estaban desordenando las filas de la Coalición. Allamand con el proyecto de unión civil y Matthei con el de aborto terapéutico. Al convertirlos en sus ministros, el Mandatario logra rápidamente acallar el ruido que generaban desde Valparaíso.

De paso, con esta movida Piñera sella definitivamente su reconciliación con Evelyn Matthei, quien fuera su más férrea adversaria luego del conocido suceso del Piñeragate, que llevó a la política a cambiarse de RN a la UDI. Ahora, formarán parte del mismo equipo de trabajo, convirtiéndola en una aliada.

Cambios que además no afectan el equilibrio político en el Congreso, pues son los mismos partidos de los senadores salientes los que nombran a sus reemplazantes. Ya se habla de posibles nuevos parlamentarios, y uno de los que más suena para reemplazar a Allamand sería el propio presidente de RN, Carlos Larraín.

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