Noviembre 27, 2024

Mercado, Capital y Academia: ¿Cuál es el rol de las Universidades en Chile?

zoeah_photoLo que ocurre con la Universidad Austral y su vínculo con la Empresa Forestal y Celulosa Arauco-Celco del Holding COPEC del multimillonario Angelini, uno de los principales responsables de crisis sociales y de contaminaciones ambientales en Chile, hace pensar sobre el rol que están cumpliendo las Universidades y el  desarraigo que tienen con la responsabilidad y compromiso social, con el medio ambiente, con el bien común y colectivo, sometiéndose a los intereses de depredadores grupos.

 

 

 

 

Recientemente a través de lo que publicaba Valdivia Noticias – www.valdivianoticias.cl nos enteramos que la Universidad Austral de Chile (UACh) y la Empresa Arauco (Celco) suscribieron  un convenio marco de colaboración que permitirá llevar adelante iniciativas conjuntas, con énfasis en materias relacionadas con “Investigación, Docencia, Medio Ambiente y Responsabilidad Social”.
 
El acuerdo, firmado por el Rector de la UACh, Dr. Víctor Cubillos, y el Gerente General de Arauco, Matías Domeyko, permitirá, según lo difundido  “el desarrollo de cuatro líneas de acción: programas de investigación y docencia; impulsar la participación de los estudiantes a través de prácticas profesionales, tesis de grado y seminarios; apoyar proyectos de extensión dirigidos a la comunidad de Valdivia y la Región de los Ríos; y la difusión de actividades artístico culturales”.
 
Como réplica a esto, también se publicaba en el mismo diario la reacción de acción por los cisnes y se señalaba “Acción por los Cisnes lamenta que la UACH diera este paso con una empresa con una imagen deplorable y que ha sido ejemplo de la mayor irresponsabilidad ambiental conocida en la región, generando acciones que han fomentado la corrupción social en la comunidad”, señaló Ximena Rosales, vocera del movimiento.
 
Agregó que “es lamentable que la UACH suscriba este Convenio con una empresa que mantiene acciones legales pendientes con la justicia nacional (acción del Consejo de Defensa del Estado) y cuyos antecedentes son conocidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos de derechos humanos de Naciones Unidas”.
 
La vocera sostuvo que “Arauco sigue siendo la principal responsable de la mayor crisis ambiental de la región, por la contaminación permanente del río Cruces y el conflicto social que ha generado en la costa de Mehuín”.
 
Acción por los Cisnes enviará una nota al rector y al Consejo Académico para que esta casa de estudios evalúe las repercusiones que este Convenio marco puede generar para la imagen y reputación corporativa de la principal universidad de la región.
 
¿Cuál es el rol de las Universidades?
 
Lo que ocurre con la Universidad Austral y su vínculo con la Empresa Forestal y Celulosa Arauco-Celco del Holding COPEC del multimillonario Angelini, uno de los principales responsables de crisis sociales y de contaminaciones ambientales en Chile no son temas aislados, son frecuentes y hace pensar sobre el rol que están cumpliendo las Universidades como ha venido ocurriendo en el centro sur, a modo de ejemplo, con la Universidad de Concepción, la Universidad de la Frontera de Temuco, entre otras.
 
Cabe mencionar que los costos del sistema universitario en Chile para optar a una carrera profesional son absolutamente desproporcionados, mercantilizados, de consumo y de enormes gastos a las familias, muchas de las cuales entran a una enfermiza forma de endeudamientos que dura gran parte de sus vidas. Entonces, ¿Porqué una Universidad en Chile debe depender para su investigación, participación y desarrollo para su estudiantado de una vil empresa que tanto daño ha causado a los territorios?
 
Es escandalosa la realidad que se vive  con respecto a las posibilidades de acceder a la educación en comparación a muchos otros países donde el acceso es gratuito, libre y con Universidades que obedecen verdaderamente a un sistema democrático y de un  conocimiento positivo para la construcción de mejores sociedades.  
 
Considerando el nivel de ingresos que reciben las Universidades públicas (que en estricto rigor son privadas), es de suponer cierto nivel de autonomía para su actuar  y de un importante rol y compromiso social, sin embargo, las Universidades “públicas” en Chile son reproductoras de las formas del estado, es decir, capitalistas – neoliberales, patriarcales, coloniales y también, racistas, que obedecen a un centralismo que es controlado por intereses de ciertos grupos económicos ideologizados.
 
Se ha señalado que la Responsabilidad Social de las Universidades se debe presentar como un desafío en las academias, dado que este concepto implica que los centros de educación superior se comprometen no sólo a formar buenos profesionales, sino también personas sensibles a los problemas de los demás en lo social, en lo colectivo, comprometidas con el desarrollo de su país, la democracia, el respeto al medio ambiente y enfrentar la inclusión social de los más vulnerables ante las enormes brechas de desigualdad.
 
La buena teoría señala que se podría plantear una universidad comprometida, independiente, plural, abierta e integradora, vinculada a lo local, pero sin dejar de dimensionar lo global, que contribuya al bien común colectivo, a la diversidad,  desde la plena responsabilidad de servicio. Esa teoría muestra que las universidades son motores de la economía del conocimiento, pero están al servicio de los objetivos humanos y culturales de la sociedad.
 
Sin embargo hemos visto que este rol “social” en las Universidades en Chile son aspectos marginales, sin incidencia, sin práctica. Son el patio trasero de los campus donde el compromiso por el bien común, el bien colectivo, el interés de las mayorías,  son solo retóricas y eufemismos para la línea rectora de las academias y que chocan ante una enorme muralla de estructuras rígidas,  levantadas por la visión del individualismo, los egos, el cúmulo insaciable del capital para los poderosos y la reproducción de las desigualdades y las discriminaciones.  
 
Es realmente perturbador, antiético, contra toda moral, ver el nivel de sumisión y complicidad de Universidades públicas con grandes empresas en Chile,  de multimillonarios que tienen miles y miles de millones de dólares a su haber, que han  saqueado las arcas y bienes del Estado, que han sido Pro Golpistas, que financian candidaturas y Partidos Políticos y Controlan la Prensa en Chile, por ende la libertad de expresión y quienes, ni siquiera son capaces de restituir mínimamente los daños causados, por el contrario, sus aportes van condicionados para seguir fortaleciendo sus modelos depredadores, sobre explotadores.
 
Ejemplos sobre esto hay muchos con relación  al rol de las Universidades: Investigación, ciencia, docencia, estudios a favor de industrias forestales, de celulosa, agro industria, pesca industrial, pisciculturas, minería, que son actividades que atentan contra las economías locales, la agricultura, la soberanía alimentaria,  el turismo, atentan a la vida rural causando éxodos,  y causan a la postre, enormes repercusiones en la vida urbana.
 
Esta realidad, además de atentar contra bienes comunes, soberanías de los Pueblos y economías locales; Además de estar escoltada por acciones estatales represivas y brutales, de criminalización, judicialización y persecución política contra la protesta que reprocha estos modelos industriales, también, junto con la contaminación social causada, incrementan un enorme daño al medio ambiente. Todas estas actividades de industrias que intentan expandir, avaladas por las Universidades,  causan severos impactos.
 
Falta entonces generar una discusión profunda sobre el rol de las academias, sobre su verdadero compromiso social, para sacar de la marginalidad la conciencia por los bienes comunes y colectivos llevadas a delante por estoicos académicos(as) e investigadores(as), aún minoritarios, para  que sean temas gravitantes en las visiones y misiones de vida de las Universidades y con prácticas y objetivos reales.
 
Falta entonces democratizar estas escuelas que deben contribuir a la justicia, al buen vivir y al respeto de las diversidades y los derechos en estos territorios, para que realmente sean Universidades y de conocimiento y no una mera empresa mercantil o  fabricas de consumo descartable como en su generalidad han venido siendo hasta ahora.
 
Partamos entonces por sumarnos al reproche de este tipo de convenios como el de la Universidad Austral con Arauco – Celco y al de muchas otras que de manera rastrera y prostituida vienen ejerciendo en desmedro de los intereses de las grandes mayorías.
 
Por Alfredo Seguel
Integrante colectivo Informativo Mapuexpress y del Grupo de Trabajo por Derechos Colectivos

 

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