Diciembre 26, 2024

Nombre y apellido tiene la reelección de Obama: Voto Latino

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obama_sandyHaciendo estremecer el estatus quo, las huracanadas minorías de Estados Unidos irrumpieron en la escena nacional trayendo nuevos vientos políticos y torrenciales aguas de cambio. Como un inevitable vendaval, los cambios demográficos y culturales nos podrían estar anunciando la llegada de un traspaso del poder político de una generación a otra. Y en el medio de la batahola los latinos levantaron polvo como una importante fuerza a considerar.

 

 

En un trascendental momento histórico, el voto latino (casi el 10% del total) fue decisivo para la reelección de Obama. En “campos de batalla” como Ohio, Obama obtuvo el 82% del voto – un porcentaje histórico que no se acostumbra a ver en las elecciones políticas del país. En Florida fue el 58%, Virginia 66%, Arizona 77%. En algunas localidades de Los Ángeles el voto llego hasta un 80%. Nacionalmente las cifras indicaron que de cada 4 votos de mujeres latinas tres fueron para Obama. (www.latinodecisions.com). En Nevada Obama se llevó el 70% y en Colorado el 75%. (CNN)


La Asociación Nacional de Servidores Públicos Latinos Elegidos y Nominados (ANSPEN) informó que en el 2008 Obama recibió el 67% del voto latino. Según latinodecision.com en esta elección esa cifra subió a un 75%. En el 2008 existían 19.5 millones de latinos en condiciones de sufragar, hoy día esos son ¡24 millones! Entonces, si consideramos que de esos solo 10 millones votaron, podríamos decir que para las elecciones presidenciales los latinos en Los Estados Unidos no tiraron toda la carne a la parrilla.


La nación blanca anglosajona y cristiana que ya no es


A medida que ambas campañas comenzaron a establecerse con fuerza en el ámbito nacional, el país se enfrentó a una de las más divididas elecciones de su historia. Aunque los candidatos prefirieron no ser tan específicos cuando se trataba de temas de contenido, controversiales, las divisiones políticas y culturales comenzaron a ser mas claras.


Uno de los mas populares comentadores de la extrema derecha, Bill O’Reilly, lo dijo en su programa de FoxTV: “la demografía están cambiando … ya no es la América tradicional … (La sociedad y la clase política blanca) es ahora la minoría … Muchos de los electores piensan que el sistema económico esta en contra de ellos y ellos quieren cosas … Van a ver un tremendo voto hispano hacia el Presidente Obama, un abrumador voto negro. Y las mujeres probablemente favorecerán a Obama. La gente piensa que tienen derechos a ciertas cosas y ¿quien les dará esas cosas? … el Presidente Obama. El lo sabe, y así condujo su campaña política”. No esta demás destacar que O’Reilly dice “cosas / things” que fácilmente se podría traducir como “derechos.”


Al igual que los comentarios de Romney sobre un 47% de ciudadanos “pidiendo cosas”, los comentarios de O’Reilly auguran el cambio político desprendiéndose del cambio demográfico y grafican la gran confrontación ideológica entre el sistema de mercado que propicia el individualismo y el trabajar duro para “progresar” y un pueblo víctima de una de las mas grandes crisis a consecuencia de este mismo sistema. Es la confrontación entre los ricos y la clase media debido al derrumbe del llamado “sueño americano.” En el clásico análisis marxista podría ser una versión muy especial de la temida frase que nadie pronuncia: la lucha de clases.


Traspaso del poder político de una generación a otra


Los dos partidos no solo representan dos generaciones distintas sino también dos visiones opuestas en el ámbito cultural y social. Por primera vez las elecciones presidenciales revelaron de una forma clara y decidida una lucha ideológica, demográfica y una división étnica y cultural. Podríamos estar frente a un recambio, reacomodo o traspaso del poder político de una generación a otra.


Las fuerzas republicanas apuestan al sistema de mercado como regulador de la sociedad por lo tanto creen en un gobierno pequeño, tienen una base de apoyo compuestas en su mayoría por hombres blancos, de edad, cristianos y de la generación rural llamada silenciosa. No apoyan el aborto, creen en el poderío de las fuerzas militares convencionales, se oponen al derecho de las minorías gay, no están convencidos de los cambios climático producidos por los humanos y son mas retrógradas con respecto a las políticas de inmigración,

El contingente democrático cuenta con mas mujeres, atrae mas a la juventud, es menos religioso, y tiene un contenido étnico mas variado. Las generaciones Milenio y X son en su mayoría demócratas. Apoyan la diversidad cultural y étnica, los derechos de la comunidad gay, algunos apoyan el uso de la marihuana, tienen una visión mas tolerante con respecto a la inmigración y creen en el sistema de mercado pero con un gobierno fuerte para controlarlo. Según Obama, para que el juego sea justo para todos “hay que igualar sus reglas.”


A pesar de que ambos partidos concuerdan en la mantención global del poderío militar y en el libertinaje en la escena política mundial, los demócratas creen en la dominación geopolítica a través de una fuerza militar abultadamente tecnológica, con una trabajo de inteligencia que identifique, ubique y asesine a sus enemigos considerados mortales. Al igual que los republicanos, los demócratas creen en el fuerte proteccionismo para combatir a sus enemigos económicos.


Las tareas no son pocas


Sin la presión de una elección, Obama tiene ahora la oportunidad de implementar su liderazgo y pensamiento político y cumplir promesas pendientes o – como a los medios de comunicación les gusta decir: comenzar a escribir su legado.


Pero la cosa no se ve muy fácil. Sacar al país de una de las mas grandes crisis económicas después de la Gran Depresión es la gran prioridad del Obama. Además, uno de los problemas mas urgentes – reconocido por ambos partidos – es el denominado Precipicio Fiscal / Fiscal Cliff, una serie de leyes para reducir el déficit fiscal que si no son cambiadas al finalizar el año resultarán automáticamente en duros cortes al gasto fiscal, en un incremento de los impuestos, y en la suspensión de la condonación impositiva y de la extensión de los beneficios al desempleo. La batalla será dura. Mientras Obama pide terminar con las regalías impositivas a los millonarios, los republicanos piden aumentar los impuestos a todos por igual y cortar programas sociales.


Otras grandes tareas incluyen la implementación del programa de salud de Obama – que obligara a todas las personas a tener algún tipo de seguro y que prohíbe negar el seguro y la atención médica a personas enfermas – el fortalecimiento del programa de Medicare, la solución del conflicto en Afganistán y la postura política en el mundo árabe.


Colegio Electoral: Dique político para las torrenciales aguas del cambio


Las torrenciales aguas del recambio del estatus quo y sus consecuencias están siendo contenidos por un dique político denominado Colegio Electoral, un brillante pero controversial sistema electoral que – prohibiendo el voto popular – distribuye el músculo político entre los Estados. El sistema del Colegio Electoral fue ideado por los fundadores de la Unión para establecer geográficamente un balance en la representación política de cada Estado y asegurar que los candidatos pusieran atención a todos o a la mayoría de los jóvenes Estados.


El sistema esta compuesto por 538 personas (votos electorales) elegidas en las convenciones políticas de ambos partidos. Este número equivale a los 100 senadores y a los 430 representantes de la Cámara Baja (House of Representatives). Se necesitan 270 votos electorales, es decir la mitad mas uno para ganar. El ganador del voto electoral en un Estado se lleva todos los votos de ese Estado. Si ninguno de los dos candidatos alcanzara los 270 votos, la Cámara Baja elegiría al Presidente y el Senado al Vise-Presidente.


Obama obtuvo 303 y Romney 206 votos electorales. (Con 29 votos electorales, Florida aún sigue pendiente). Según CNN, las cifras incompletas indican que el 50% del voto popular se fue a Obama (60,841,020) y el 48% (57.941.135) a Romney.


Sin embargo este sistema tiene falencias importantes porque su antigüedad no permite que el país se ponga a tono con los cambios culturales y sociales. En este Colegio Electoral el poder del voto no es parejo, es dependiente del lugar donde se vive y en el análisis final una minoría es la que decide. También puede cancelar el voto popular como sucedió en el 2000 cuando Al Gore ganó el voto popular pero perdió el electoral y George Bush asumió la presidencia. El sistema tampoco es inclusivo, perpetua el régimen de solo dos partidos políticos y una desigual distribución de la atención y recursos de las campañas. Además los habitantes de los llamados territorios no tiene derecho al voto presidencial.


Sin el Voto Electoral el país podría estar políticamente a la altura de los cambios culturales de las nuevas generaciones moviéndose mayoritariamente hacia el centro o quizás hacia la izquierda del centro.


*) Fernando A. Torres, periodista chileno, residente en Berkeley

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