No basta ser eficientes y dirigir comunas ricas. Además es necesario tener “alma”, es decir poder comunicarse con el pueblo. Labbé, Sabat y Zalaquett fueron alcaldes por varios períodos y parecían invencibles. Fueron derrotados por tres mujeres con una cara amable y humana .En cierto sentido con algo del “ángel” que rodea a la Michelle.
El voto duro del Partido Comunista que ronda históricamente en el 5%, donde disciplinadamente no hay abstención, puede equivaler cuando la abstención llega a un 60% a un 8% efectivo. El pacto por omisión aplicado con ellos en esta elección municipal y con tanta abstención, ha funcionado bien. Considérese ese 8% en las tres mujeres ganadoras y se explicará algo del vuelco en las tres comunas del centro de Santiago. Pero además se trata de comunas con grandes establecimientos educacionales en que los movimientos estudiantiles de estos dos años y la adhesión de los padres y apoderados, han tenido un impacto transversal en las capas medias.
La gran abstención, que se venía venir, está determinada por el gran desprestigio de la clase política y porque las administraciones comunales no escapan a ese desprestigio.
¿Qué cambiará en estos tres municipios y en estas comunas?
Administrarlas es un problema complejo de gestión. No se trata sólo de recolectar la basura, de mantener los jardines y pavimentos, cambiar y asignar nuevos nombres a las calles y terminar con los tacos y cruces peligrosos .Además ¿Serán capaces de contemplar los problemas de la discapacidad? ¿Y el de los adultos mayores, que no quieren aislarse de la vida activa? ¿ Y del medio ambiente contaminado? ¿Y del transporte intercomunal? ¿Y de dotar con más espacios iluminados con internet gratuita de banda ancha? ¿ Y saber recibir y acoger a los inmigrantes de países hermanos que llegan a Chile huyendo del desempleo?¿Y mejorar las escuelas públicas y sus profesores?¿ Y cambiar el trato con las organizaciones sociales, olvidadas durante 22 años?¡Y coordinarse entre ellas para dar impulso a la Alcadía Mayor de Santiago que cada vez se hace más indispensable? Y ¿podrán terminar con las mafias inmobiliarias que destruyen los barrios y especulan con los precios de las viviendas y terrenos? ¿Podrán lidiar con los burócratas municipales que extienden los certificados de medición social, otorgan permisos de edificación, patentes de alcoholes y otras decenas de “licencias” poco transparentes?
Y finalmente, ¿podrán acometer estas tareas sin llenarse de funcionarios a contrata y a honorarios que desangran las arcas municipales? Durante el año en que estos tres municipios renovarán sus quehaceres, la mirada del pueblo y la opinión pública estará fija en ellos y será determinante en lo que pase en las muy cercanas elecciones parlamentarias y presidenciales del 2013.