“Los jóvenes ‘no estamos ni ahí’ con la institucionalidad política, porque nos da la espalda. Sin embargo, hemos estado elaborando propuestas y participando en otras instancias del movimiento social y estudiantil. Nuestro llamado a no votar en las elecciones municipales es una advertencia y al mismo tiempo, una invitación a construir alternativas para avanzar hacia una reforma estructural del sistema político”.
Así opina la vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Eloísa González Domínguez que precisamente el domingo 28 de octubre, día de las elecciones, cumple la mayoría de edad: 18 años.
Los estudiantes secundarios efectuaron el 25 una jornada de movilizaciones comunales inserta en la campaña de rechazo a las elecciones municipales. La jornada se expresó en encuentros, asambleas y actividades en los liceos de Santiago y del sur del país, donde la ACES tiene fuerte presencia. Las actividades tuvieron como eje la difusión de la campaña “Yo no presto el voto”, que busca sensibilizar a la sociedad chilena con la denuncia de una institucionalidad política que consideran agotada y sin legitimidad democrática.
Eloísa González dice que la campaña de la ACES va más allá de la elección municipal, porque busca repudiar prácticas políticas viciadas. Señala que el movimiento estudiantil secundario plantea opiniones para exigir el fin del lucro y la derogación de la legislación que sustenta este modelo, en que el Estado tiene sólo un rol subsidiario y el papel protagónico pertenece a la empresa privada.
DESCONFIANZA CON MOTIVOS
La vocera de la ACES ha señalado que la desconfianza hacia la llamada “clase política” tiene raíces profundas. Recuerda que la “revolución pingüina” de 2006, bajo el gobierno de Michelle Bachelet, demandó el fin de la Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza (Loce) y la desmunicipalización de los liceos. Sin embargo, estos dos problemas siguen presentes porque los gobiernos de Bachelet y Piñera no los resolvieron. “Esa lucha terminó en una traición, en la que unos pocos negociaron a espaldas de la mayoría del movimiento estudiantil”, dice Eloísa González.
La vocera de la ACES agrega que en 2011 los estudiantes secundarios debatieron siete meses una propuesta sobre educación en cientos de asambleas. La propuesta fue entregada a las autoridades en el primer semestre de este año, sin recibir respuesta. La única que recibieron “fue una reforma tributaria que viene a sepultar la poca educación pública que queda y que fortalece la enseñanza en manos de empresarios privados; niega, además, los recursos para impulsar una educación pública gratuita y de calidad, suprimiendo el lucro”.
Para la ACES el problema de fondo radica en una democracia originada en una dictadura militar-empresarial que impuso un modelo de libre mercado a ultranza y conculcó los derechos humanos, sociales y políticos. “Hoy se hace evidente que las autoridades y la institucionalidad no pueden resolver el conflicto que viven los más diversos sectores sociales. Si no generamos los cambios, nadie los hará por nosotros. La única manera de obtener resultados es movilizarnos por transformaciones sociales, construyendo propuestas que provengan desde las comunidades y los territorios en los que se encuentra la realidad del país”, dice la vocera.
Por su parte, el vocero metropolitano de la ACES, Pablo Toro, llama a no votar “porque en 2006 vimos cómo el consejo asesor nombrado por la presidenta Bachelet excluyó a los estudiantes y se decidió terminar aparentemente con la Loce para implementar la Ley General de Educación (LGE), que era la misma Loce con pequeñas modificaciones”.
Agrega Pablo Toro: “Se ha dicho que somos intransigentes y que no queremos negociar, pero el punto es que no vamos caer en la trampa de la clase política. ¿Qué podemos negociar con quienes ya nos traicionaron varias veces? Carolina Tohá, vocera del gobierno de Bachelet, dice que hará cambios en el municipio de Santiago si es elegida alcaldesa. Pero ella fue una de las artífices del acuerdo de 2006”. Agrega que los estudiantes secundarios volvieron a las calles en 2011 demandando educación estatal gratuita y de excelencia. “Hasta hoy no tenemos respuesta y estamos conscientes de que la clase política no quiere responder porque nuestras propuestas representan un cambio sustancial de la institucionalidad vigente. Por eso llamamos al pueblo a abstenerse de votar, participando en cambio en la toma de decisiones por la base para una desmunicipalización de la educación que quede bajo control comunitario. Nuestra abstención es una opción política en un país en el que la democracia es débil. Constituye una advertencia que revela que necesitamos una reforma estructural que no solamente se refiera a la educación, también el pueblo tiene derecho a una democracia participativa”, dice Pablo Toro.
Los voceros de la ACES consideran que mientras no exista una alternativa política que provenga de los sectores sociales explotados por el sistema neoliberal, no se logrará participación real ni cambio estructural que se expresen en una democracia de verdad. “Si existiera esa democracia en que el voto significara un cambio, no tendríamos que recurrir a huelgas de hambre, liceos en toma o llamados a la abstención electoral”, dicen.
OPINIONES DIVIDIDAS
El llamado de la ACES a la abstención como voto de castigo al sistema encontró apoyo en un sector de los universitarios, como la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC) y la Federación de Estudiantes de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (ex Pedagógico). Pero otros no se pronunciaron, como la Unión Nacional de Estudiantes Secundarios (Unes) y la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).
A través de su presidente, Gabriel Boric, la Fech consideró que el llamado a no votar es “una negación de la política”. Pero Boric se distanció del llamado desesperado para que los jóvenes voten que hacen el gobierno y todos los partidos. “No vamos a prestarle ropa al Titanic de la política, ni me siento interpelado por estas apelaciones morales al deber de votar, porque lo importante es aquello que se juega a través del voto, más allá de caras bonitas y discursos vacíos”, argumentó Boric. Añadió que el sistema electoral está hecho para favorecer a la Alianza y a la Concertación, que no representan a quienes se movilizan por la educación gratuita y de calidad.
El presidente de la Fech argumentó también que el voto nulo en algunos casos es una opción legítima y dijo que no se podrá culpar a la ACES si la gente no concurre a votar, porque la abstención es consecuencia de lo poco sustantiva que es la política en Chile.
En el extremo opuesto a la postura de la ACES dentro del movimiento estudiantil están las Juventudes Comunistas. Se han sumado a las campañas municipales, en que su partido va en pacto con la Concertación. Cuarenta y cinco ex dirigentes universitarios comunistas y ex comunistas, junto con Camila Vallejo, actual vicepresidenta de la Fech, y Giorgio Jackson, ex presidente de la Feuc -que hoy encabeza un movimiento político- dieron a conocer una declaración llamando a votar “para contrarrestar eventual efecto Eloísa”, según comento elmostrador.cl.
RUBEN ANDINO MALDONADO
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 769, 26 de octubre, 2012