Los restos del líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria serán llevados a un nuevo sitio en el Cementerio General, decisión que fue cuestionada por el grupo Miristas por la Memoria. El hijo del dirigente, Marco Enríquez-Ominami, consideró que es una “triste polémica” y dijo que la dictadura presionó para que la tumba tuviera su actual ubicación: “A Pinochet se le metió en la cabeza que era muy importante que Miguel no tuviera un lugar para ser homenajeado”, señaló.
La organización Casa de Miguel programó para este sábado 6 de octubre el traslado de los restos de Miguel Enríquez a lo que será el Memorial del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en el Cementerio General.
Los restos de Miguel Enríquez quedarán ubicados junto a la tumba de otro dirigente mirista, Luciano Cruz, en una ocasión que servirá también para conmemorar los 38 años de su muerte, acaecida en un combate el 5 de octubre de 1974 en calle Santa Fe.
La iniciativa fue rechazada por Miristas por la Memoria. Nancy Ramírez, representante del grupo, dijo en el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile que el traslado busca “torcer la memoria” e instalar “un lugar de próceres” que no es acorde con la ideología del Movimiento.
En ese sentido, señaló que Edgardo Enríquez Froeden, padre del ex dirigente, escogió el lugar como una decisión ética: “Pudo haberle dado la mejor sepultura a su hijo, pero pensando en su consecuencia hasta el último día, lo dejó donde había estado el eje de su pensamiento, entre los más carenciados de esta sociedad. Ese fue su sentir. Y tanto fue su sentir, que pidió que el día de su muerte, pusieran sus restos junto a su hijo. Ahí hay una decisión pensada, reflexionada, ética, en virtud de la consecuencia de su hijo”, dijo.
Marco Enríquez-Ominami, hijo del ex dirigente mirista, lamentó la controversia y se mostró reacio a comentarla. Aun así, en diálogo con Radio Universidad de Chile enfatizó que el traslado es una iniciativa de un grupo de amigos de Miguel Enríquez, la cual fue autorizada por él y su hermana.
Asimismo, precisó que los restos de Miguel Enríquez fueron ubicados en ese lugar por voluntad de Edgardo Enríquez, porque en realidad éste fue el único lugar que permitió la dictadura: “A Pinochet se le metió en la cabeza que era muy importante que Miguel no tuviera un lugar para ser homenajeado, porque eso podía generar adhesión a su figura. Por tanto, prohibió un monumento o una tumba más grande. Mis abuelos, apuntados por las armas, sobre todo mi abuela, simplemente tuvieron que aceptar que fuese enterrado junto a mucha gente muy pobre y me parece un orgullo que esté junto al pueblo, como era su sueño. Pero no fue una elección de la familia, fue una obligación”, aseguró.
“Esa es la historia y no hay más. Cualquier polémica es malintencionada y desinformada. No es cierto que mis abuelos hayan elegido esa tumba en total libertad, lo hicieron porque simplemente la dictadura quería prohibir un espacio más grande para homenajear a Miguel. Me parece muy triste abrir una polémica completamente falsa”, añadió el líder del PRO.
Soledad Romero, parte del equipo organizador del acto, adelantó que habrá ex dirigentes y representantes estudiantiles invitados y destacó que “el objetivo final de este acto es que Miguel va a ser el primer compañero, como fue el líder del MIR, en estar en esa tumba junto a Luciano. Posteriormente, los compañeros que quieran estar ahí también, podrán estar. Ese es el gesto más bonito de este acto. Es un memorial del MIR encabezado por Miguel Enríquez”.
La exhumación de los restos de Miguel Enríquez y su traslado al nuevo sitio se realizarán el sábado 6 de octubre a las 11.30 horas en el Cementerio General.