En este nuevo aniversario del padre de nuestra patria -Bernardo O’Higgins- nuestro Comité extrae de sus archivos un discurso histórico, es un homenaje que fue escrito y pronunciado por un general de las mismas fuerzas armadas que creó O’Higgins, con los mismos valores republicanos y democráticos de la gesta de la independencia. El general Sergio Poblete viajo desde su destierro belga a Londres, a celebrar el cumpleaños número 200 del gran héroe chileno y discípulo del venezolano Francisco de Miranda, junto con numerosos otros compatriotas que allí se encontraban poco después del ignominioso golpe de estado que los partidarios del imperio le habían dado al presidente Allende.
Queremos también recordar que este general compartió las mismas tribulaciones que su compañero de armas el general Bachelet a manos de sus verdugos y ex-compañeros de la Fuerza Aérea de Chile. La dictadura y sus cómplices los maltrataron tal como fue el caso con miles de otros compatriotas. Ambos generales unieron sus destinos no solo intelectualmente sino en la persecución y el odio del que fueron víctimas y no solo porque históricamente ambos generales fueron del mismo temple: fieles demócratas, de la misma institución, sino porque acompañaron al presidente constitucional de Chile hasta el final y hasta en la cárcel y como sabemos hasta “compartieron” los mismos verdugos.
Falta que la justicia empiece también a averiguar entonces lo que sucedió con este general, desterrado y desposeído de su nacionalidad por treinta años, al igual que O’higgins. Al respecto la coincidencia de los comportamientos de la derecha chilena proimperial de 1800 y la derecha chilena proimperial de 1900 es sorprendente: se comportaron de la misma manera frente a sus “enemigos”, los desterraron y les quitaron la nacionalidad.
Pero en el caso del General Poblete hay más que decir e investigar y todos los elementos del caso se encuentran en Chile. Allí están los informes técnicos y los responsables militares que pueden testimoniar del accidente del hijo del general; todos ellos estaban en la base del norte de Chile (Cerro Moreno) cuando sucedieron los hechos. El general Poblete manifestó siempre sus sospechas; lo contrario parece imposible de aceptar. En sus zapatos nadie le hubiera podido tener confianza a Leigh y a sus compinches…;así es que la justicia sacará sus propias conclusiones si decide averiguar las verdaderas causas del accidente del avión Hawker Hunter que piloteaba ese día de abril de 1976 el capitán Sergio Poblete Galzadet, hijo del general desterrado en Bélgica.
Comité Memoria y Justicia
Ginebra, 18 de agosto de 2012
PS: Esto dijo Sergio Poblete en una entrevista “- Mi hijo, Sergio Poblete Galzadet, Capitán de Bandada, piloto de combate, falleció en 1976, en un “accidente”. Su avión hizo explosión tres minutos después de haber despegado de Cerro Moreno, Antofagasta, donde era oficial… El General Poblete agrega que la Fuerza Aérea de Chile no tuvo ni siquiera la gentileza de informarle de su muerte.
DE VIVIR O’HIGGINS EN NUESTROS DÍAS, EL ESTARÍA CON NOSOTROS.
General ( R) Sergio Poblete.
Discurso pronunciado en la Plaza Fitzroy, Londres
En el acto de conmemoración del Bicentenario
de BERNARDO O’HIGGINS, agosto de 1978.
Compañeros de la Dirección de la Unidad Popular en Gran Bretaña, compañeros militares en el exilio, compañeros todos:
El hablar en estos momentos del general Don Bernardo O’Higgins Riquelme, Libertador de Chile, Padre de la Patria, Fundador del Estado Chileno, Organizador de nuestro Ejército y creador de nuestra Armada, el hablar de este patriota ejemplar y soldado comprometido hasta su muerte con las ideas y con las causas más revolucionarias, avanzadas, internacionalistas y especialmente americanistas de su época,significa una responsabilidad que he asumido con orgullo, como chileno, de familia chillaneja y como antiguo y legítimo General de la República que él fundara. Hoy día les hablo en el exilio y “despojado” de mi nacionalidad, debido a la acción de los mismos intereses antichilenos que, en 1823 expulsaron a O’Higgins de su Patria, lo eliminaron del Ejército y que en 1826 pretendieron, desvergonzadamente, declararlo fuera de la ley.
A medida que me adentraba en el estudio de su vida ejemplar, sentía, con enorme satisfacción, el convencimiento más intimo que, de vivir O’Higgins en nuestros días, él estaría con nosotros, consecuente como lo fue hasta su muerte con los ideales libertarios, compartiendo la lucha de nuestro pueblo para derrocar el fascismo y reconquistar y reconstruir une Patria Nueva, con una nueva democracia, donde impere para siempre la libertad, la justicia y donde el pueblo tenga la participación y las responsabilidades de conducción y decisión que le corresponden por derecho soberano y por su heroica e histórica lucha.
A pesar de que sabemos que la historia no se repite, sabemos sí que el destino de los pueblos, como el chileno, que impulsó, conquisto y forjó su Independencia política con las armas en las manos bajo la inspiración y mando del espíritu progresista, republicano, antioligárquico e internacionalista de O’Higgins, inspiración que el pueblo de Chile ha mantenido a lo largo de la historia y que permitió, después de décadas de sacrificadas luchas a través de sus organizaciones sindicales y de sus Partidos Politicos populares, elegir al fin SU PRESIDENTE para seguir adelante en la conquista de una sociedad nueva y obtener la Segunda Independencia de Chile: la “económica”, bajo la dirección de otro héroe, digno continuador de O’Higgins, Balmaceda y Recabarren: el Presidente SALVADOR ALLENDE.
Sabemos, repito, que más temprano que lo que Pinochet piensa, este pueblo aplastará la bestia que hoy día lo oprime.
A pesar de que han transcurrido unos 160 años de enunciadas las bases ideológicas que O’higgins expresara, éstas continúan teniendo para nosotros plena validéz. No olvidemos que ganada la independencia, él consiguió e impulso la modalidad de un gobierno representativo de la voluntad popular, basado en el principio de que el pueblo es el único detentor de la Soberanía. O’Higgins forjó así, desde los comienzos de nuestra vida como nación independiente, la tradición democrática chilena que fue nuestro orgullo y un ejemplo para América y el Mundo, y que hoy día es pisoteada por un grupo de militares aventureros, encabezados por el Comandante en Jefe del Ejército que fundara O’Higgins tras largas y heroicas luchas por la libertad y la democracia para nuestra Patria.
PENSAMOS EN UN CHILE DONDE SUS FUERZAS ARMADAS SERÁN EL PUEBLO MISMO
Pensamos en un Chile donde sus Fuerzas Armadas serán el pueblo mismo como lo fueron en sus inicios y no aisladas de él, por la sangre de sus hijos, el repudio y la vergüenza a que un grupo de generales y almirantes renegados y traidores a los principios o’higginianos y de los Padres de la Patria las han llevado, desmembrándolas y matando y exiliando a sus compatriotas y vendiendo como viles mercaderes, en provecho propio y en el de sus protectores, las riquezas conquistadas desde las Guerras de la Independencia hasta el 11 de septiembre de 1973, por los patriotas revolucionarios, por el pueblo de Chile, por sus trabajadores todos.
Pero, si hablamos hoy día con tanta vehemencia y convicción de Don Bernardo O’Higgins Riquelme en el Segundo Centenario de su nacimiento, no es solo para pasar revista a algunos de sus actos y decires en forma fragmentaria como lo está haciendo Pinochet en este momento en Chile. Queremos recordar más bien, que este patriota ejemplar vivió, luchó y venció, en el gran combate por la justicia, la libertad y la democracia en nuestro país y en América. Recordamos a través de O’Higgins a todos los Padres de la Patria y al pueblo en armas que peleó junto a ellos y que sigue luchando hasta ahora. Pero tenemos la amarga sensación de haberles fallado, por no haber sabido, las generaciones siguientes, no haber sabido talvez comprender a tiempo y defender el mensaje y la tarea que nos dejaron, como también haber frustrado a nuestro pueblo en sus esperanzas más legitimas, a pesar de sus luchas y sacrificios por hacer más grande nuestro país y más digno de vivir en él.
O’Higgins ha dejado un legado tan valioso para los chilenos, que sirve aún hoy de ejemplo e inspiración en su lucha contra aquellos que confunden cínicamente los conceptos de “Seguridad Nacional” con el de “Seguridad de sus intereses…personales”, intereses que no son los de Chile, ni los de su pueblo, ni los de sus Fuerzas Armadas.
Por otro lado, como decía, estamos al mismo tiempo confiados y seguros de que solo unidos, todos los que ahora comprendemos responsablemente el mensaje, unidos os repito, en un solo y prioritario combate, recuperar nuestro suelo para Chile, patrióticamente como lo hiciera O’Higgins y nuestros héroes que entregaron sus vidas para legarnos un país libre, no formado en demagogias ni ambiciones personales, sin servilismos ni injusticias, y sin chilenos explotados ni mártires chilenos. Estos conceptos tienen una base histórica solida, que nuestro pueblo ha recogido como un desafío. Y es por eso que sabemos que la “banda A. Pinochet” tendrá que terminar bajo el peso de la lucha de los chilenos.
O’HIGGINS PERTENCE AL PUEBLO DE CHILE
Con la trágica experiencia de lo que ocurre en nuestra patria, subyugada y martirizada por el fascismo desde el 11 de Septiembre de 1973, tal como lo fuera antes de la Independencia por las fuerzas de ocupación españolas, la figura de O’Higgins se agiganta y sus palabras se transformas en profecía.
Es triste recordar que aun dentro de las Fuerzas Armadas creadas por O’Higgins, su ideario y su vida se nos enseñaba de manera superficial y tergiversadamente, ya que existía, y ahora con mayor razón existe, interés político para ello, por el carácter clasista que éstas fueron tomando a lo largo de nuestra historia. No convenía que en la formación de sus soldados, marinos, aviadores y carabineros se hiciera conciencia sobre las ideas de Patria, de Nación, de Pueblo Soberano, de Americanismo que animaban nuestros Padres de la Patria, ni de la profundidad de sus concepciones políticas, sociales, filosóficas y humanas, ya que todo ésto podría haber “envenenado” la mente ya cuidadosamente preparada en las Escuelas y Academias del Pentágono, en los Estados Unidos y en la Zona del Canal de Panamá, de aquellos que eran destinados a convertirse en centuriones de los privilegiados y explotadores, nacionales y sobre todo extranjeros, antes que defensores de la verdadera soberanía nacional.
Pero en ésto, los políticos e historiadores tienen también una parte importante de culpabilidad, por no haber levantado con la energía debida, la imagen del O’Higgins que recién ahora nos preocupamos de conocer. Pero no olvidemos que O’Higgins pertenece al pueblo de Chile, ambos lucharon juntos por la Independencia y por el derecho soberano a elegir sus gobernantes. Ambos fueron perseguidos y vejados por los serviles al rey de España, hostiles a toda idea republicana. Pero O’Higgins triunfó sobre ellos. Y, cuando las fuerzas reaccionarias pro-imperialistas, colonialistas y antipatrióticas, solapadamente recuperaron su poder al interior de la Repûblica, lo enviaron al exilio, le desprestigiaron y no le permitieron volver hasta después de su muerte. Pero O’Higgins se entregó por entero a la causa de Chile, sin más ambiciones que las de sus ideales y las de su pueblo. Como patriota rechazó aferrarse al Poder por las armas, para evitar la lucha fratricida y el sufrimiento de los más débiles e inocentes.
En estos momentos de lucha popular contra la dictadura fascista en nuestra Patria, es conveniente insistir, aunque sea brevemente, en algunos unos aspectos importantes de la vida de nuestro Héroe, para explicar mejor, sobre todo a nuestros amigos extranjeros, su imagen de patriota y demócrata.
Hijo natural, campesino y hacendado, llegó a ser un brillante militar y estadista auto-didacta gracias a su inteligencia, a su capacidad personal y a su perseverancia y a la claridad de sus objetivos. Se transformó en uno de los más distinguidos Generales y Próceres de la Independencia de Chile.y de América, y fue el Primer Director Supremo de nuestra Patria.
Después de una niñez movida, a los 20 años, en 1798, llega a Londres donde es recibido por el insigne General venezolano, Don Francisco de Miranda, quien combatiera en las Revoluciones americana y francesa y quien marcara la formación moral e ideológica del joven Bernardo y en quien éste se inspirara en sus actividades y acciones futuras. Es aquí en Londres donde O’Higgins adquiere sus primeras formaciones e ideas políticas y revolucionarias, como también su espíritu libertario y americanista. Fue aquí, en este lugar, venerado y sagrado para los verdaderos patriotas de Chile y América, donde O’Higgins hizo el juramento que cumplió como verdadero chileno de entregar su vida si fuese necesario a la independencia de su Patria y de la América Española. Los patriotas de su temple son los que dan fuerza y vigor a las luchas libertarias y hacen escuela. Chile tiene múltiples ejemplos.
Durante ese periodo de su vida, de formación política, filosófica y militar, O’Higgins se imbuyó de los principios de Igualdad, de Libertad y de Fraternidad de la Revolución francesa y de los postulados de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, admirando la lucha de los revolucionarios de ese país; principios y postulados que eran ampliamente debatidos en la Logia masónica “Lautarina” que presidia Don Francisco de Miranda y a la cual pertenecían la mayoría de los precursores de la Independencia de los países americanos.
Nombrado Director Supremo, materializó esos principios democráticos, disponiendo la abolición de los títulos de nobleza y de los escudos nobiliarios de las familias aristocráticas, como también de los privilegios económicos que abusivamente disfrutaban. Esto valió a O’Higgins el apodo del “huacho Riquelme” de parte de la aristocracia monarquista y el odio visceral de estos aristócratas que juraron fidelidad al rey de España mientras él y los patriotas preparaban el Ejército Libertador de la Patria.
Esté mismo odio visceral es el que sufrieron el pueblo de Chile y sus Presidentes más progresistas como Balmaceda en 1891 y Allende en 1973.
Se declaró antimonárquico y antioligárquico y actuó conformé a sus Convicciones, surgiendo de las guerras revolucionarias y de liberación nacional que él condujo y de la realidad histórica, la clara definición democrática de O’Higgins.
Poseedor de una personalidad fuerte y definida y de una visión política clara de los que debía ser el destino de Chile y América, en el momento de su muerte, en el exilio en el Perú, en 1842, sus últimas palabras fueron: “Magallanes”, aludiendo al territorio austral que aún escapaba a la soberanía chilena.
Exento de chauvinismo, su concepción política unitaria y americanista lo unía fraternalmente a los otros lideres americanos. La organizacion y financiamiento de la Expedición Libertadora del Perú, bajo bandera chilena, es otra de las tantas pruebas de la consecuencia y compromiso entre sus ideales y su acción.
Su heroísmo militar, su sentido de responsabilidad y su capacidad de organizador no dejan lugar a dudas de sus condiciones de político avezado. Su preocupación permanente por el futuro de Chile, por los problemas sociales y por la educción de su pueblo, son ya proverbiales.
NO TODOS LOS MIEMBROS DE NUESTROS INSTITUTOS ARMADOS SE ENCUENTRAN CORROMPIDOS COMO PINOCHET Y SUS SECUACES
El régimen que hoy día se encuentra momentáneamente en el poder, falto de apoyo interno y despreciado por la comunidad internacional, pretende, hipócritamente, sacar provecho de la admiración y del cariño que el pueblo chileno siempre ha tenido para su héroe nacional, distorsionando su figura y su pensamiento. Pero con la intuición tan propia de nuestro pueblo, éste se pregunta: ¿Qué moral y qué derecho tienen aquellos que corrompieron a nuestras Fuerzas Armadas, a esas mismas Fuerzas Armadas formadas para defender a los chilenos y liberar el país de su explotación por los intereses extranjeros, y transformarlas en unas Fuerzas Armadas mercenarias, justamente para defender y protejer esos intereses foráneos y antichilenos, que ha declarado “enemigos” a sus propios compatriotas, a quienes persiguen, torturan, asesinan o hacen desaparecer, para así vender, en beneficio de un pequeño grupo de privilegiados usurpadores, las riquezas de Chile entero, individuos que hoy día las “mangonean” a su antojo y que representan al mismo grupo social y a los mismos intereses extranjeros que ayer combatieron contra O’Higgins y lo exiliaron?
La traición de la “banda A. Pinochet” es también repudiada con asco por el mundo civilizado y se presenta como la más abyecta que se conoce: traición y asesinato de su Presidente y Generalísimo, traición y asesinato de su pueblo, traición a sus leyes juramentadas, traición a sus propias Fuerzas Armadas, traición a la Patria. La tradición democrática y profesional de las Fuerzas Armadas chilenas, orgullo de Chile y de todos los que teníamos el honor y el privilegio de llevar sus uniformes gloriosos y respetados por muchas razones, aun no mancillados por los crímenes contra chilenos y por la sangre de chilenos inocentes, se encuentra en el nivel más bajo y despreciable que es dable concebir, y ésto tanto en el interior como en el extranjero. ¿Que miembro de las Fuerzas Armadas se atreve hoy día a caminar libremente y solo por las calles, parques o avenidas de Chile si no va armado o protegido? ¿Quién no los mira con temor y preguntándose cómo han podido transformarse en lo que son ahora?
Sin embargo, también tengo la satisfacción de manifestar que no todos los miembros de nuestros Institutos Armados se encuentran corrompidos como Pinochet y sus secuaces. Muchos de ellos trabajan también junto a nosotros por la recuperación de nuestra Patria, aunque sea a riesgo de sus vidas. Chile y la Historia muy luego les reconocerán tan noble y patriótico gesto.
PINOCHET, EL USURPADOR, HA MANCILLADO NUESTRA PATRIA Y EL LEGADO DE 0’HIGGINS
Pinochet se ha encargado de desmembrar, confundir y arrastrar a nuestras Fuerzas Armadas por el camino de la abyección, como si hubieran sido preparados, contratados y pagados expresamente para ello. El peor enemigo de nuestras Fuerzas Armadas, el peor enemigo de Chile, no hubiera podido encontrar, sino en Pinochet y su Junta Militar, aliados más eficientes y perseverantes en el debilitamiento de nuestra Defensa Nacional y en la destrucción de los más caros valores de nuestra Patria.Y, mientras los pueblos, los gobiernos y aún las Fuerzas Armadas de casi todos los países del mundo les repudian, Pinochet y sus acólitos insisten en mostrarse con sus figuras repugnantes, que no logran disfrazar.
Las expulsiones vergonzosas del Coronel de la Fuerza Aérea Jaime Lavin, además miembro del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, desde territorio de los Estados Unidos, y la no menor afrenta que significó la expulsion del Coronel del Ejército, Cristian Ackernknecht, Agregado militar en Alemania Federal, hoy General del Ejèrcito de Pinochet, ambos por ser torturadores reconocidos.
Los prestigiosos cruceros de instrucción de la “Esmeralda”, buque escuela de nuestra marina de guerra transformado por et mando naval en centro de torturas y asesinatos, y que ayer hinchaba de satisfacción los pechos de nuestros guardiamarinas, se han transformado en giras de oprobio y desprestigio por la repulsa mundial que ella provoca, y aún no pueden cumplir con sus programas de visitas a países que la Junta considera “amigos”. Solo se les recibe en África del Sur y en el último crucero se ha debido limitar fundamentalmente a solo pequeñas islas del Pacifico.
Nos preguntamos también qué diría o pensaría el Almirante Lord Cochrane, héroe también de la gesta o’higginiana y de la Independencia al ver cámo el gobierno britanico le niega el “agreement” al Almirante de la Armada de Chile, Patricio Carvajal, como Embajador de la Junta fascista, y lo considera indeseable y repudiable. O la actitud de los trabajadores de la Hawker Siddeley que se negaron por casi cinco años a que se entregaran motores de aviación para reemplazar a aquellos que ‘impulsaron los aviones de guerra que bombardearon el Palacio de La Moneda, donde se encontraba el Presidente Constitucional de Chile, cumpliendo hasta la muerte con el deber que le asignaran los trabajadores y el pueblo de Chile, los mismos aviones que asesinaron a miles de trabajadores y pobladores indefensos, sobre los que lanzaron sus mortíferas bombas y cohetes.
Y como broche de oro para esta historia-pesadilla-ficción degradante para nuestras Fuerzas Armadas, Pinochet, el usurpador, que ha mancillado nuestra Patria y el legado de O’Higgins, en estos mismos instantes aparece ante el mundo como Jefe y autor intelectual de los asesinatos y fechorías de una banda de asesinos y terroristas internacional, entre los cuales se encuentran miembros del mismo Ejército que fundara O’Higgins, los que son enviados al extranjero para matar a sus antiguos Jefes y compatriotas. Por eso no se equivocan ni la prensa, ni la radio, ni la televisión europeas, norteamericanas e incluso brasilera, al compararlo “con el Jefe de una Maffia en decadencia”. Es este Pinochet, que ya ni siquiera tiene la mínima lealtad que suele existir entre los criminales mafiosos, el que elude su responsabilidad para descargarla sobre sus propios subalternos y cómplices del terrorismo que él ha impuesto. iValiente soldado, desleal y traidor hasta con sus más íntimos servidores!
Pero ello no es todo. Sus ilimitadas ambiciones de poder, y como conocedor de las debilidades de sus socios en la conspiración y el delito, tampoco pudo detenerse en descartar a su propio compañero de fechorías, el.General Gustavo Leigh, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea y socio suyo en el asesinato del Presidente, en la conspiración contra Chile y en la Junta Militar, lo que no le impide que con Leigh, descabezar a todos los Generales de tan importante Institución, sin importarle que con ésto estaba afectando y debilitando la Seguridad y la Defensa Nacional de nuestra Patria, la que como resultado de su ineptitud como gobernante, se encuentra en el período de más grande indefension y aislamiento internacional e interno de su historia. Por eso es que decimos que el General Pinochet es un traidor, que es un antipatrióta y un violador de todos y cada uno de los principios que nos legara O’Higgins. Para qué seguir…
Hoy día nos encontramos recordando este aniversario en este lugar tan sagrado para nosotros, y estamos representando en este acto a nuestros compatriotas y camaradas muertos por Chile, representando a nuestros compañeros que se encuentran luchando en Chile y a los chilenos que en todos los países del mundo donde la Junta los ha desterrado, trabajan por la Resistencia antifascista.
Los otros, los traidores, los que oprimen y asesinan a nuestro pueblo, esos renegados no pueden venir aquí, y si lo desearan, tendrían que hacerlo disfrazados, con pasaportes falsos y nombres supuestos. Aquí no se les recibe, el pueblo britànico los conoce y los repudia y no los dejarían llegar, ni nosotros tampoco lo permitiríamos.
En este momento cuando el pueblo de Chile guarda en su corazon un recuerdo emocionado de su Padre de la Patria, cuando nosotros militantes de la causa antifascista y de la democracia en Chile, tratamos de evocar la universalidad de la obra de O’Higgins, los usurpadores del poder en nuestra Patria sólo desean mostrar de su vida los aspectos militares. Pero estos mismos usurpadores quieren dejar en las sombras aspectos tan importantes en la vida de O’Higgins como el hecho que a la abolición de los titulos de nobleza y sus.privilegios opusiera la creación de la “Legión del Mérito de Chile”; que al absolutismo de la colonización él opusiera el desarrollo de la cultura y de la prensa en Chile; que al absolutismo de los monarquistas, el opusiera la idea de un Gobierno emanado de la soberanía popular.
Y hoy, al chauvinismo estrecho reinante en la Junta usurpadora, se opone duramente el concepto americanista de nuestros Padres de la Patria. Asi, como deciamos que de vivir O’Higgins en nuestros dias, él estaria junta a nosotros; si Pinochet y su Junta hubiesen hubiesen existido en los dias de nuestra Independencia, seguramente habrían enviado a asesinar a O’Higgins, en Mendoza, cuando creaba el Ejército Libertador de Los Andes, como también enviaron a asesinar al Genéral Señor Carlos Prats en Buenos Aires y al Ministro Señor Orlando Letelier en Washington.
LA VERDADERA S0BERANIA RESIDE EN EL PUEBLO
O’Higgins pensó y actuó en función de un Chile soberano, pero él y sus camaradas de lucha, como nosotros en nuestros días, pensamos que la calidad o la cantidad de un armamento, comprado por lo demás en el extranjero, no son un sostén sôlido de nuestra soberanía. Nosotros, las fuerzas antifascistas de Chile, al igual que los fundadores de nuestra Patria, pensamos que la verdadera Soberania reside en el Pueblo, y que sólo la calidad en el nivel de vida, su desarrollo cultural y el reconocimiento de su dignidad, son los únicos garantes de la Seguridad Nacional, así como el desarrollo económico que permita a nuestro pueblo basar su Independencia política en una efectiva independencia económica.
O’Higgins seguira siendo una de las figuras centrales, por su significacion y simbolismo, del Nuevo Chile, independizado por los chilenos y para los chilenos, donde renacerá la Libertad, la Democracia y el Socialismo, y donde el fascismo será aplastado por siempre.
O’Higgins nos legó Ia Independencia política, Balmaceda y Allende murieron combatiendo por nuestra independencia económica.
He aquí la grandeza de nuestros héroes y nuestra responsabilidad frente a ellos: culminar con la labor que ellos iniciaron.
¡ VENCEREMOS ! ! VIVA CHILE !