En el día de hoy nos hemos enterado por la prensa que el Sr. Vicealmirante Francisco Guzmán Vial, Jefe del Estado Mayor y el Sr. Vicealmirante Rafael González Rosenqvist, Director de Personal de la Armada de Chile, el día 2 de agosto habían visitado la cárcel de Punta Peuco para solidarizar con los asesinos del ciudadano Rudy Cárcamo Ruiz, lo cual nos llena de indignación y nos obliga a expresar nuestro más profundo repudio.
Uno de los condenados por el repugnante crimen señalado anteriormente, es José Cáceres, quien con el grado de Teniente de Infantería de Marina, formó parte del equipo de torturadores del Fuerte Borgoño, ubicado en la Base Naval de Talcahuano, los cuales, en agosto de 1973 se ensañaron con los Marinos Constitucionalistas que denunciamos la conspiración Institucional que culminó con el golpe de estado. Meses mas tarde, en diciembre de 1973 para ser más precisos, ese mismo Teniente, a la fecha jefe de un equipo de interrogadores en el mismo recinto, dirigió las torturas contra nuestro abogado Sr. Pedro Enríquez Barra, detenido sólo por haber asumido nuestra defensa y denunciar públicamente los apremios físicos a los cuales nos habían sometidos nuestros propios compañeros de armas.
Entendemos y conocemos la solidaridad entre camaradas de armas, ya que muchos colegas nos dieron su apoyo e incluso nos visitaron mientras estuvimos detenidos, (sin que se enterara el mando, por supuesto), pero una cosa distinta es que el Alto Mando Naval, olvidando su altas funciones que la patria le ha encomendado, se transforme en coordinadores de las visitas al dentista, (para evitar las caries en las muelas de los asesinos), menos aún, que la Institución avale tales acciones mediante un comunicado publico. Lo mas suave que podemos decir al respecto, es que esto nos parece una burla a la honorabilidad naval, a la justicia y a la inteligencia del pueblo chileno. Lo que correspondía hacer era solidarizar con las víctimas y repudiar a los que se apartaron de la doctrina Institucional, torturando y asesinando ciudadanos indefensos.
El día 17 de junio de 2009 nos reunimos en el edificio de la Comandancia en Jefe de la Armada en Valparaíso, con el Sr. Almirante Rodolfo Codina Díaz, Comandante en Jefe de la Armada; el Sr. Vicealmirante Edmundo González Robles, quien asumiría al día siguiente como Comandante en Jefe; el Sr. Contralmirante Enrique Larrañaga Martín y el Sr. Contralmirante Jorge Ibarra Rodríguez, en cuya ocasión exigimos que la Institución reconociera públicamente las violaciones a los derechos humanos en recintos navales durante la dictadura militar. Se nos argumentó que eso no era posible porque las responsabilidades eran individuales, no obstante, cuando la justicia acreditara algún hecho de este tipo, se nos dijo, la Armada de Chile no podría soslayar su responsabilidad corporativa, ya que esos funcionarios recibían un sueldo de la Institución y se actuaría en consecuencia. Entendimos que eso significaba, que en ese momento habría un repudio inmediato a los victimarios y una solidaridad corporativa con las víctimas. Lamentablemente, nuestra interpretación estaba absolutamente equivocada. Nuestra querida institución, a nuestro juicio, continúa por derroteros equivocados y lo más preocupante, ninguno de los actuales conspicuos paladines de la democracia es capaz de hacérselo saber. ¿Temor quizás?. ¿Férreos compromisos adquiridos, revista naval, mediante?. ¿O alguna otra prebenda inaccesible al entendimiento del ciudadano común?. Vaya uno a saber.
Hemos revisado las actividades institucionales del día 2 de agosto de 2012 y en ninguna parte está agendada esta visita del Alto Mando Naval a Punta Peuco. Conociendo perfectamente lo que significa la verticalidad del mando, nos cabe la duda si el Sr. Comandante en Jefe estaba al tanto de esta iniciativa. Esta situación nos hace recordar los argumentos del General Matthei, cuando dice que siendo Director de la AGA (centro de torturas de la Fach), no sabía lo que pasaba en su interior. Eso suena tan ridículo como preguntarle a un Comandante de una buque de la Armada por dónde anduvo navegando su nave y que éste responda que no sabe… y que habría que preguntarle al timonel. Más aún, cuando el comunicado público informando la visita salió sólo después que la noticia había trascendido por diversos medios de comunicación pública. Eso nos parece una incongruencia comunicacional de envergadura, que no le puede volver a ocurrir a nuestra querida institución. ¿O estaba concertado de esa forma, para hacerlo mas digerible?.
Como último, no pretendemos pasar a la historia como los marinos constitucionalistas que pretendieron cambiar el destino de nuestro país, sólo queremos que nuestra querida Institución nos abra franco el portalón para pasar a la historia como los Suboficiales Mayores que supieron cumplir dignamente con su deber, cuando se imponía la fuerza y la sinrazón.
*Víctor López Zambrano
Mro. 1º ®, Mc. Elc.
Presidente
Agrupación de Marinos Antigolpistas.