Según cifras entregadas por el Presidente Piñera, la pobreza ha bajado casi 1 punto el 2011. Lo mismo habría ocurrido con la indigencia. Buenas noticias para el sistema establecido, deberían llamar a un carnaval.
Desgraciadamente, para todos los medianamente informados, es sabido que los ítemes y parámetros que miden el concepto “pobre” es una construcción que se ocupa de que la persona no se muera de hambre, es decir que consuma las calorías necesarias para no fenecer.
De hecho, en Chile no es pobre quien obtiene sobre $ 49.990.
Junto con mostrar estos “grandes avances” la clase gobernante acostumbra a poner en paralelo a nuestros vecinos latinoamericanos, donde por cierto; existen otras formas de calcular “lo pobre”. Ahí aparecemos como campeones en derrotar “la pobreza”.
Esta forma de ver la realidad del país y hacerla pública, ha sido muy típica de los últimos 30 años. Ya que para la clase política es una realidad asumida e innegable (dejamos de ser pobres a pasos agigantados), y al exponerla a todo evento por los medios de comunicación, la gente la va asumiendo, por obra y gracia de las técnicas de la comunicación, como efectivamente verídica. Nadie va a cuestionar tremendo bienestar, pues debe estar en la otra vereda o en la realidad de mi vecino de enfrente, con el que no cruzo palabra.
Por cierto, el éxito de estas grandilocuentes exposiciones está muy relacionado con la atomización y la destrucción de los tejidos sociales realizados magistralmente por la Concertación y sus socios de la Alianza.
Es un imaginario comunicacional, que no tiene contraparte, ya que no existe lugar para que los economistas antineoliberales expresen las falacias del sistemita.
Tan falaz es esta nueva conquista de la economía, como también lo es el ingreso per cápita (U$D 17.000).
El cuento del Salario mínimo, incluso aplicando los niveles de “crecimiento” del mismo sistema, debería estar del orden de $270.000; para qué decir los salarios, es que el mismo perro Neoliberal se pisa la cola.
Mientras no se exprese en forma organizada y conciente, ya sea política o de movimiento ciudadano; mientras no se levante un candidato ajeno a este constructo comunicacional, este jamás será desmontado. Seguirá imponiéndose en todos los aspectos de la vida nacional.
Los mismos de siempre seguirán pavoneándose burdamente.
Ya lo están sintiendo los estudiantes, ahora con el rechazo del Parlamento al informe-lucro. ¡¡¡No se van a “acusar” a sí mismos!!! si todos los honorables están con barro en las manos.
No es sólo una presión a un parlamentario lo que hizo caer la votación, como reclama Camila Vallejo. Es todo el orden parlamentario que se alinea detrás de sus jefes-inversionistas y dueños de las sociedades inmobiliarias, presentes en el tronco Concertación-Alianza.
El movimiento estudiantil, como otros, está condenado al fracaso, a la nada misma, si no presentan un espacio a seguir, un camino a la Constituyente, un nuevo panorama en el horizonte.
Probablemente ocurrirá que la gente terminará en la cola esperando y luego adorando, a la iluminada Bachelet, en una espera eterna y con el sistema triunfante (otra vez) y sus operadores de nuevo a la carga por acrecentar o retomar lo suyo: poder, dinero e influencia. ¡¡¡Gracias populacho!!!
Acá no hay ninguna crisis, ni de modelo ni sistemática señores… Hasta que el pueblo mande.
Víctor González
Comunicador