Noviembre 24, 2024

PAN, TRABAJO, JUSTICIA, RECONSTRUCCIÓN Y LIBERTAD: 11 DE MARZO PROTESTA POPULAR

A un año de la catástrofe natural que azotó nuestro país el 27 de febrero de 2010 las organizaciones de Izquierda reunidas en asamblea declaramos que:

 

 

 

 

1. El terremoto y el tsunami del 27 de febrero del 2010 quedarán en la memoria nacional como un símbolo de desidia, negligencia e incapacidad política y técnica de las elites políticas dominantes en el manejo del Estado. Las tareas prioritarias de todo Estado, que son brindar los medios de seguridad, protección, ayuda y socorro por igual a todos los ciudadanos chilenos y prever situaciones de riesgo natural que puedan afectar sus condiciones materiales y espirituales de existencia fueron abandonadas de manera irresponsable y criminal.

 

3. Una vez más el Estado chileno demostró ser un Estado moderno y militarmente apertrechado cuando se trata de reprimir brutalmente al pueblo y a sus luchas sociales, de trabajadores y de los pueblos originarios (Mapuche y Rapa Nui). Pero se reveló como un Estado subdesarrollado e incompetente para prever catástrofes e instalar sistemas y planes de urgencia para salvar vidas en un país de riesgo natural permanente. El escaso personal de los organismos de seguridad civil (ONEMI) así como oficiales de las Fuerzas Armada chilenas destacados a tareas de vigilancia del territorio y litoral (SHOAH) faltaron a su deber profesional y se revelaron incompetentes e incluso, en muchos casos, sus comportamientos rayaron en la inmoralidad.

 

4. Si bien un terremoto es una catástrofe natural, su impacto y secuelas son sociales y políticas. Esto quedó al descubierto y es lo que la propaganda mediática y oficial de la “Unidad Nacional” y las teletones, tanto de los gobiernos concertacionista como piñerista quisieron ocultar. La minoría acomodada que vive en lugares protegidos nunca registrará pérdidas ni victimas. Si entre las víctimas hubo un alto porcentaje de trabajadores forestales, pescadores de caletas ignoradas y pueblo desposeído en general no fue por culpa de la “fatalidad”, ni de la violencia ciega del terremoto y del tsunami, sino por las condiciones sociales de pobreza, desigualdad, explotación y marginalidad existentes en nuestro país que afectan a millones de conciudadanos.

 

5. El informe de la Comisión Investigadora del terremoto nombrada por el parlamento binominal es revelador de la trenza de poder que silencia la incompetencia e impide juzgar a los responsables políticos y técnicos del retraso en el socorro y en la mala calidad de las construcciones e infraestructura derrumbadas. Se indican las falencias del sistema, pero no se propone cómo remediarlas. Es una prueba más que la institución parlamentaria liberal es ineficaz cuando se trata de fiscalizar el cumplimiento de las promesas de Piñera y el control del destino de cuantiosos fondos recaudados por el Estado especialmente por lo que representan las ventas del cobre a pesar del irrisorio Royalties que pagan las empresas mineras extranjeras. Estos deben ser destinados para resolver las carencias en vivienda, sistemas sanitarios públicos y educacionales en las localidades afectadas.

 

6. El terremoto también reveló el carácter depredador del modelo de crecimiento neoliberal chileno y del paradigma capitalista de civilización basado en la búsqueda de la ganancia a través de la explotación del trabajo asalariado y el dominio irracional sobre la naturaleza. Éste no considera los límites razonables que los ecosistemas naturales le imponen la actividad capitalista, donde la estructura social determina que la riqueza producida por todos, es acaparada por unos pocos grupos empresariales financieros, agro-exportadores, pesqueros, de la alimentación, “retail”, mineros, y forestales.. El principio de la búsqueda de la ganancia y la rentabilidad inmediata genera precariedad. No entrega seguridad social, ni habitacional, ni energética. La explotación capitalista de los recursos naturales es incompatible con la seguridad energética y social (habitacional, alimenticia, sanitaria, educacional) que garanticen una vida plena sin temores ni privaciones.   

 

7. Nuestra reflexión sobre los problemas de la catástrofe natural es global. El pensamiento liberal-burgués fragmenta la realidad social e histórica para producir ignorancia. Para nosotros debe considerarse, economía, ciencia, tecnología, democracia política, individuo, felicidad y sociedad como partes de un todo, resultado de fuerzas contradictorias y conflictos entre los fines. Pero partimos del principio de que la mecánica del capitalismo es incapaz de brindar seguridad ante el riesgo natural y ante los “accidentes” que viven las sociedades actuales. Recordamos que la primera reacción patronal después del terremoto fue servirse del actual código laboral para despedir trabajadores por razones “legales” de fuerza mayor”, o “de empresa”, acentuando el factor de precariedad de la existencia en tiempos de catástrofe. O de los efectos impredecibles sobre la población de destrucción de los glaciares de Pascua Lama por la multinacional canadiense Barrick Gold.

 

Ante el egoísmo patronal, la solidaridad de los de abajo.

 

8. Por lo tanto, las organizaciones políticas antineoliberales, anticapitalistas y de transformación social firmantes, proponemos otro camino para salir del capitalismo; otro modelo de vida, otra organización política y social a fin de preservar la vida humana de la amenaza de destrucción del mundo por las fuerzas ciegas del capitalismo. Ante el Estado y Gobierno de los patrones proponemos una alternativa de país solidario, de sociedad acogedora y de ciudadanos iguales. Luchamos por un país libre de explotación y en búsqueda constante de armonía con el medio ambiente. Un país donde los trabajador@s, los movimientos sociales, los jóvenes, los estudiantes y los ciudadanos vayamos aprendiendo en asambleas del pueblo y en la construcción de nuestras propias organizaciones el ejercicio del poder por nosotros mismos. Es por esto que apoyamos todas las iniciativas de base y a las organizaciones que luchan por una reconstrucción al servicio de las necesidades populares. Es imperativo desarrollar el poder popular autónomo. Soñamos con lo que soñó y luchamos por lo que luchó Salvador Allende. Por una patria democrática, pluralista, libertaria, nacional y popular; por lo tanto anticapitalista, antiimperialista y latinoamericanista.

 

9. En lo inmediato, nuestra Izquierda:

 

a. exige que el Estado y el gobierno piñerista aumenten el fondo de reconstrucción social y edifiquen viviendas según normas de calidad;

 

b. exige que la rendición de cuentas de los gastos, obras y viviendas construidas debe ser entregada de manera simple y clara a las organizaciones sociales y populares en cada territorio y a la ciudadanía;

 

c. exige que las licitaciones y contratos con nombres de empresas y sus propietarios sean transparentadas en detalle;

 

d. exige la destitución inmediata de la intendenta UDI-piñerista de la VIII Región, Jacqueline Van Rysselbergue, por sus prácticas clientelistas al manipular las necesidades sociales de los pobladores y por utilizar fondos asignados para reconstruir con el fin de capturar votos para su próxima campaña senatorial.

 

e. llama a conformar asambleas populares de reconstrucción

 

Por la Asamblea de Izquierda

 

Brigada Salvador Allende, BRISA

Movimiento Asamblea del Pueblo, MAP

Movimiento Generación 80, G80

Partido de Izquierda, PAIZ

Red Ecológica de Chile

Unidad MPT (del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores)

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *