La decisión del Ministro Carroza de procesar a dos coroneles por la muerte del general patriota Alberto Bachelet, pierde mucho de su riqueza histórica y de justicia real y trascendente, cuando el abogado de la familia Bachelet – Jeria avisa que su querella no intenta buscar las responsabilidades institucionales de la FACH.
Esta versión contemporánea de la justicia en la medida de lo posible acusa una gran irresponsabilidad de la ex presidenta. Quizás sea tanto su cariño por la institución que bombardeó la Moneda, que no quiera tocarla ni con el pétalo de una flor.
Y por esa razón asegure que la Fuerza Aérea de Chile no actuó como institución en los sucesos criminales que terminaron con la vida de su padre. Y por lo tanto, la querella criminal va en contra de dos ex coroneles porque, en su opinión, habrían actuado a título personal en la detención prisión, tortura y muerte del general Bachelet.
Si no fuera porque se trata de personas informadas, cultas y en apariencia sanas de la cabeza, la tendencia a pensar que se trata de un nuevo arreglín entre la clase dirigente para blindar a la Fuerza Aérea de un crimen de lesa humanidad, sería inevitable.
Porque adjudicar tamaño despropósito a una actitud patriótica propia de personas magnánimas, es una contradicción que linda en la irresponsabilidad.
La Fuerza Aérea de Chile, el Ejército, la Armada y Carabineros actuaron como institución en el proceso que comenzó en septiembre del año 1973, y que pareció terminar en octubre del año 1989.
Quizás, en la confusa situación de las primeras horas de ese luctuoso día martes nublado, hubo algunos soldados que titubearon, incluso algunos mandos. Pero, en breve, todas las Fuerzas Armadas se plegaron a la asonada.
Y en breve, todo militar que tuvo alguna simpatía con el régimen depuesto fue perseguido, encarcelado, y muchos, asesinados por sus propios camaradas de armas.
Fue lo que le pasó el general Bachelet, de gran desempeño durante el gobierno popular a cargo de la distribución de alimentos, un patriota, ejemplo de militar y ser humano.
Fueron sus camaradas los que lo detuvieron. Fue en la Academia de Guerra de la FACH, donde lo torturaron salvajemente, fue en el Hospital de la FACH, donde lo llevaron para estabilizarlo cuando las torturas lo dejaban medio muerto. Fue por órdenes de los mandos de esa institución que pasó por ese calvario que lo llevó hasta la muerte. Sus camaradas de prisión son fieles testigos de esos crímenes.
“Ellos trabajaban en un edificio que era de la Fuerza Aérea, con personal de la Fuerza Aérea, con vehículo de la Fuerza Aérea, alimentados por la Fuerza Aérea”, dice Ernesto Galaz, comandante de la FACH y ex compañero de prisión de Bachelet.
Por eso que resulta penoso, vergonzoso e históricamente erróneo situarse por razones misteriosas, en la tesis que la comisión de esos delitos fue sólo por la voluntad individual de esos criminales, sin que mediara una decisión política de los mandos de la FACH.
Lo que plantea la ex presidenta Bachelet y su madre, según su abogado, al decir que los criminales actuaron al margen de sus mandos, debilita la justicia en todos los otros casos de violaciones de los Derechos Humanos. Hace que una política de exterminio que cobró miles de vidas, haya sido no más que exabruptos de algunos oficiales extraviados, que actuaron al margen de sus jefes e institución.
Esta teoría extraña inhibe la verdadera justicia, que necesariamente debe hacer un juicio histórico a la actuación criminal de las instituciones armadas del país.
En la tesis de la ex presidenta y su madre, al interior de las instituciones armadas hubo sectas secretas que actuaron al margen de sus mandos y se dedicaron a arrestar, torturar y matar gentes sin que los Comandantes lo supieran.
Esa rueda de carreta es sólo digerible por gente a la que le gustan o a la que le importa un pepino que todos los otros familiares de víctimas digan exactamente lo contrario.
Un supuesto cariño a la institución no puede justificar los dichos de ambas mujeres en el sentido que se busca enjuiciar a los agentes para no enlodar a la FACH. Cosa curiosa, el abogado de las dos mujeres querellantes, agrega que de esa manera se logra el “nunca más”.
Extraño concepto de la justicia. Extraño concepto del nunca más. Extraño que no se quiera ver que las veces que las Fuerzas Armadas han atacado al pueblo, han sido tantas precisamente porque no ha habido justicia en donde debería, ni de la profundidad requerida.
La demanda Bachelet – Jeria es una farsa que quizás busca acomodar conciencias, pero no justicia. El Juez Carroza con certeza va a llegar a conclusiones que desmentirán el propósito de lavar la imagen de una institución que no sólo mató a su propia gente y a muchos chilenos más, sino que bombardeó La Moneda.
A menos que se crea que los Hawker Hunter fueron sacados a la mala por algunos pilotos extraviados, al amparo de la noche y sin que el alto mando tuviera idea.