Tony Blair, muy criticado en días recientes por haber ofrecido la mano de la amistad
a Muammar Kadafi hace siete años, tuvo una extraordinaria intervención personal el viernes, al telefonear dos veces al dictador para pedirle que dejara de matar a los manifestantes que se han sublevado contra el régimen.El ex primer ministro británico hizo dos llamadas sin previo aviso al coronel Kadafi el viernes, día en que el presidente apareció en público y exhortó a una turba de sus partidarios más recalcitrantes a defender la nación
contra el levantamiento y aplastar al enemigo
que lo respalda.
El desafiante llamado a las armas sugiere que Kadafi –quien ha vuelto con rapidez al estado de paria internacional que tenía antes del acuerdo en el desierto
, que negoció con Blair en 2004– hizo caso omiso de las súplicas del hombre que le abrió el camino hacia la rehabilitación temporal ante Occidente.
Reportes llegados este sábado desde la capital libia sugieren que el dictador cumplía su amenaza de armar a sus partidarios para que contrataquen a los sublevados.
Según fuentes del ministerio británico del exterior, Blair, enviado especial a Medio Oriente, hizo una primera llamada al presidente libio, quien ha ordenado que helicópteros artillados abran fuego sobre los manifestantes, a quienes ha calificado de ratas
y cucarachas
, para pedirle cesar los ataques. Las fuentes sugieren que, luego de consultar con la cancillería, Blair fue enterado de que el gobierno británico preferiría que el presidente libio dejara el cargo y, por tanto, accedió a llamarlo por segunda vez para transmitir ese mensaje. Este domingo no hubo comentarios de la oficina del ex ministro. La noche del sábado las fuentes del gobierno no supieron decir si los ministros fueron notificados de antemano sobre la llamada inicial de Blair.
La primera insinuación indirecta, aunque inadvertida en un primer momento, de que Blair podría estar en contacto activo, aunque inútil, con el régimen libio, se dio en una reunión informativa de rutina el viernes, en la cual el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, P J Crowley, mencionó que el ex primer ministro está entre las figuras internacionales a quienes la secretaria Hillary Clinton había hablado en el curso del día. Al preguntarle a un reportero si Clinton comunicó con Blair y si fue sobre sus tratos con Kadafi en torno al autor de los bombazos de Lockerbie
, el vocero comentó que Blair tiene muy importantes y valiosos contactos dentro de Libia
.
Defensores del acuerdo en el desierto
–en el cual Kadafi renunció al terrorismo global a cambio de que las trasnacionales petroleras lo ayudaran a extraer las gigantescas reservas libias de crudo– han argumentado que le sirvió a Occidente para lograr que Libia renunciara a sus planes de tener armas de destrucción masiva.
Sin embargo, los críticos han señalado que las empresas de Occidente, y en especial los intereses petroleros, estaban detrás del acercamiento con Kadafi y que fue un grave error estratégico reconstruir relaciones con el hombre que había apoyado al ERI con armas e instigado el ataque con bomba a un jet de Pan Am en 1988, en el cual perecieron 270 personas en el cielo de Lockerbie, Escocia.
Blair siempre ha insistido en que nunca tuvo una relación comercial con ningún miembro de la familia Kadafi ni del gobierno libio, pero a partir de que dejó el cargo se sabe que ha viajado a Trípoli por negocios del banco estadunidense JP Morgan. También se reunió con Kadafi en esa capital apenas el verano pasado.
Publicado en The Independent
Traducción: Jorge Anaya