Los presidentes de los países latinoamericanos apoyan al ya ex mandatario paraguayo y se muestran hostiles con el nuevo gobierno de Paraguay, país al que proponen expulsar de los bloques regionales.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, comentó que Paraguay podría ser expulsado de grupos internacionales como Mercosur y Unasur, y propuso a los países integrantes de los bloques aplicar esta medida. Fuentes en la cancillería argentina comentaron que el país también apoyará la expulsión. La presidenta Cristina Fernández comunicó que su país “no va a convalidar el golpe de estado en Paraguay”. La mandataria argentina calificó de “inaceptable” lo sucedido en Asunción y confirmó que su país tampoco va a reconocer al nuevo Gobierno paraguayo, encabezado por el hasta hoy vicepresidente, Federico Franco. “Sin lugar a dudas hubo un golpe de Estado”, sentenció Fernández.
El presidente venezolano Hugo Chávez declaró que Caracas “no reconoce a ese írrito e ilegal e ilegítimo Gobierno que se instaló en Asunción”. Con estas palabras Chávez unió su voz a la de su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, que tachó la destitución de Lugo por el parlamento de “golpe ilegítimo” y anunció que no reconocerá a ningún otro presidente de Paraguay. “Independientemente de la sesión de Fernando, independientemente de la decisión de Unasur, la decisión del gobierno ecuatoriano es no reconocer ningún presidente paraguayo que no sea el presidente legítimamente electo, Fernando Lugo Méndez”, remachó Correa.
El líder ecuatoriano instó a Unasur a que “aplique la cláusula democrática” del grupo regional, que establece “no reconocer gobiernos y el cierre de fronteras” con los países que no pueden ser considerados democráticos.
El mandatario boliviano, Evo Morales, afirmó que no reconoce” un Gobierno que no surja de las urnas y el mandato del pueblo” y condenó el “golpe congresal” en Paraguay. Morales añadió que Lugo “estaba acabando con las logias, con los terratenientes y grupos de poder”, lo que -dijo- “siempre tiene un costo”.
El bloque regional Unasur emitió asimismo un comunicado en el que señala que la destitución de Lugo está “fuera de todo orden constitucional y fuera de todo orden establecido”. El nuevo presidente de Paraguay, el ex vicepresidente Federico Franco, ha pedido a los países del entorno que “entiendan” la situación y dijo que se compromete a “hacer el mayor de los esfuerzos para que esto se normalice”.
El juicio político sobre Fernando Lugo arrancó tras la muerte de 17 personas durante el desalojo de campesinos de las tierras que, a juicio de las autoridades, habían ocupado ilegalmente. Entre los 17 muertos 11 eran campesinos y 6 representantes de las fuerzas de seguridad. La cámara baja del parlamento votó a favor de la destitución de Lugo con solo un voto en contra. Un día más tarde, el Senado aprobó la salida del presidente con el voto negativo de solo 4 legisladores. La destitución congregó a unas 5.000 personas en la Plaza de Armas de Asunción, la capital paraguaya. Los más activos intentaron irrumpir en el edificio del Congreso, pero fueron dispersados con balas de goma y gases lacrimógenos. Poco más tarde, Fernando Lugo llamó a sus partidarios a protestar de forma pacífica. Tras su declaración cesaron los enfrentamientos.
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