Con mucho desagrado me he enterado sobre el homenaje a un personaje que traicionó a su propio país al obedecer a sus amos imperialista y, de paso, llevar a cabo un golpe de estado puramente fascista.
A partir del 11 de Septiembre del 1973, millones de familias quedaron traumatizas de los horrores que cometían los DINA, Carabineros, soldados, aviadores, marinos e investigaciones. Otros grupos, que eran de Patria Y Libertad, también se unieron a los gestapos pinochetistas, e, inclusive, militantes de la DC, eran cómplices de torturas, delaciones y atropellos a los derechos humanos.
La morgue de Santiago se encontraba repleta de ejecutados, de ancianos, de estudiantes, de hombres. La mayor parte llevaba en sus dedos de los pies una etiqueta con la escrita: NN.
Bebés agujereados con balas de guerras sobre el pecho de sus madres.
Cientos y también miles fueron cremados…
¿Digan los señores organizadores del homenaje si esto no fue atropello?
¿Acaso los torturados, los ejecutados tuvieron acceso a tribunales civiles?
¿Acaso el millón de exiliados no son por causas de las violaciones de los derechos humanos?
La historia no es un juego. Negar los crímenes de Pinochet es como negar la existencia de las cámaras de gas en los campos nazistas.
Juan Godoy