Negar el cambio climático, como lo pregona una nueva corriente científica mundial, es igual que hacerlo con el Holocausto del que fueron victimas millones de judíos, advierten los promotores de un encuentro de legisladores, académicos y activistas a realizarse en paralelo a Río+20.
El diputado brasileño Alfredo Sirkis, del Partido Verde (PV), manifestó preocupación por lo que califica una “fuerte ofensiva” en esa línea de negación, que atribuye a “una visión lanzada en Londres por la industria del carbón y del petróleo” y por sectores estadounidenses del opositor Partido Republicano o vinculados al movimiento derechista Tea Party.
“El ‘negacionismo climático’ es tan patético como lo es el del Holocausto o el de esos médicos que en el pasado, pagados por la industria del tabaco, declaraban en los diarios y la televisión que no estaba comprobado efectivamente que fumar cause cáncer de pulmón”, dijo Sirkis a IPS
Esta nueva visión sobre el cambio climático no tiene “ningún respaldo científico serio”, aseguró.
Algunas de esas voces argumentan que los ciclos de aumento y disminución de hielo en el mar Ártico demuestran que el recalentamiento global continuo es un mito y que, por el contrario, habrá un enfriamiento planetario hacia el fin de este siglo.
Para el diputado, aunque esa opinión represente una “franja totalmente marginada” de la comunidad científica y relativamente pequeña de la opinión pública, “ha tenido su estridencia y nunca está de más llamar la atención sobre eso”.
Sirkis habló con IPS en ocasión del lanzamiento el lunes 21 de Río Clima (Rio Climate Challenge, en inglés), una reunión que se realizará del 14 al 17 de junio en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, en paralelo a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, conocida como Río+20, que irá del 20 al 22 del mismo mes.
Con esa iniciativa se busca, según Sirkis, que un tema importante como el cambio climático “no pase en blanco” en Río+20, donde no será abordado de forma directa sino que se lo “rondará como un espectro”.
La conferencia, que reunirá delegaciones de los 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tiene como principales temas la economía verde y la gobernanza mundial en el tema ambiental, con un enfoque no solo ecológico sino también social y económico.
“Faltaba en Río+20 un momento en que se pudiese discutir el principal problema que la humanidad afronta, a mediano y largo plazo, que es la cuestión climática”, sostuvo Sirkis, uno de los organizadores de Río Clima, que tiene el apoyo del gobierno brasileño de Dilma Rousseff.
“¿Cómo se puede tratar la economía verde o las buenas prácticas de un gobierno si no vamos a debatir sobre el clima, o abordar el modo en que se llega a una economía de bajo carbono, de la energía limpia.y de cómo financiar eso?”, se preguntó durante la ceremonia de lanzamiento del encuentro.
Sirkis llamó la atención sobre los factores de riesgo “catastrófico” del recalentamiento global, que motivaron la necesidad de Río Clima como la reunión paralela, que consideró “la más importante” y cuyos resultados serán presentados a la conferencia de la ONU.
Recordó el consenso existente sobre el aumento de la temperatura en tres a seis grados a fin del siglo XXI, y de las sequías o lluvias, entre otros eventos climáticos, que se sucederán cada vez más fuertes y frecuentes con sus consecuencias trágicas sobre las poblaciones.
Según apuntó el diputado brasileño, si no se revierte la actual curva de emisiones de gases invernadero, se corre el riesgo de llegar al final de este siglo con un aumento de la temperatura de 4,5 grados, que derivará en otros efectos como la liberación del gas metano del Ártico y del fondo del mar y la pérdida de la capacidad de absorción de carbono de los océanos y de las selvas tropicales.
“Si el recalentamiento global se puede retroalimentar como un circulo vicioso catastrófico, no lo sabemos todavía”, advirtió Sirkis, al recordar la posibilidad de un “infierno en la tierra” con el colapso de la agricultura, la extensión del hambre, las migraciones descontroladas, escasez de recursos como agua y tierra fértil, huracanes e inundaciones.
En esa dirección, Río Clima busca mostrar un camino “ambicioso pero posible” para mantener la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera debajo de los 450 ppm (partes por millón) y el aumento promedio del recalentamiento del planeta, este siglo, debajo de los dos grados.
“La idea es construir un escenario factible y un acuerdo simulado de clima” negociado por líderes y diseñadores de políticas públicas de los países emisores de gases invernadero causantes del recalentamiento global y de otras naciones vulnerables a ello, dijeron los organizadores.
“Tenemos una ventana de 20 a 30 años para prevenir esa catástrofe anunciada y viabilizar una economía de bajo carbono”, entre otras con energías limpias, sostuvo.
Los promotores de Río Clima −las autoridades de Río de Janeiro y de Pernambuco, el Congreso legislativo nacional, sectores empresariales y el no gubernamental centro de estudios del mar Onda Azul, entre otros− quieren que la iniciativa se constituya como un grupo de estudios permanente son sede en esta ciudad y destinado a interactuar con foros existentes y futuros sobre cambios climáticos.
Entre los invitados al encuentro se cuenta Maurice Strong, ex secretario general de las Conferencias de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente.
Lo más importante de ambos encuentros ambientales es que “se hagan”, comentó a IPS el cantautor brasileño Gilberto Gil, ambientalista y exministro de Cultura de Brasil, quien tiene previsto clausurar con un show esta cita paralela de Río+20.
“El hecho de estar juntos preocupados por el futuro es lo que garantiza el éxito. Las demas cosas, lo que pueda propiamente surgir como resultante, documentos, compromisos para el futuro, son productos deseables, pero el éxito en sí mismo es la reunión en sí, que la hagamos”, sostuvo.
“El derretimiento de los glaciares y la pérdida de especies en los océanos y florestas son efectos dramáticos” del recalentamiento global y tema, según anticipo a IPS, de una futura canción.