A las 11:15 del jueves, horario GMT, la acción de Bankia caía más del 29% para quedar en 1,2 euros (US$ 1,52), dentro de un mercado cuyo promedio de baja era del 1,61 por ciento, y su valor pasaba así a menos de un tercio del precio fijado (3,75 euros o US$ 4,77) cuando entró en bolsa el pasado 20 de julio.
La caída acumulada por el Ibex 35 ya es la mayor de su historia, y el descenso desde el máximo previo a la crisis es ya del 59,4 por ciento.
A pesar del desplome, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aún ha decidido suspender su cotización. El regulador dijo que “no se suspende la cotización de una acción” aunque esté hundiéndose, ya que se sólo se interrumpe “cuando no hay información suficiente y relevante” de un valor en el mercado.
La cuarta entidad financiera de España acumula las pérdidas en bolsa desde el 9 de mayo, cuando se anunció su nacionalización parcial con la compra de 15 millones y medio de acciones.
Esta caída no resulta casual. El diario ibérico El Mundo confirmó que los clientes de Bankia, inquietos por este rescate, retiraron más de 1.000 millones de euros (US$ 1.272 millones) de sus cuentas en una semana.
Este banco carga con una suma de 31.800 millones de euros (unos US$ 40.400 millones) en activos inmobiliarios problemáticos entre créditos de dudoso reembolso y edificios o terrenos confiscados, en un mercado devaluado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.
Bankia es la entidad bancaria española que deberá hacer un mayor esfuerzo de provisiones con 4.722 millones de euros (US$ 6.008 millones), para responder a la reciente reforma del sector financiero que le impone a los bancos ibéricos provisionar 30.000 millones de euros (US$ 38.172 millones) adicionales en 2012 para protegerse de su exposición a un sector inmobiliario derrumbado.
El gobierno presidido por Mariano Rajoy tomó el control de Bankia al transformar en acciones una deuda de 4.465 millones de euros (US$ 5.681 millones) contraída por el banco con el Estado en diciembre de 2010 mediante un préstamo de dinero público.
Esta decisión hizo que Rodrigo Rato, hasta entonces presidente de la entidad, renunciara a su cargo y fuera reemplazado por José Ignacio Goirigolzarri, ex número dos de BBVA. “El Gobierno decidió que lo mejor era que yo no siguiese en Bankia”, dijo Rato.
Hace unos días, el Nobel de Economía Paul Krugman aseguró que en Italia y España se impondrá el mecanismo que a fines de 2001 en la Argentina se conoció como “corralito”, al limitar la cantidad de dinero en efectivo que pueden retirar los clientes de los bancos. Además, en aquel momento los entes financieros no podían transferir depósitos fuera del país.