Diciembre 26, 2024

¿Quién mató al sargento Albornoz? ¿Accidente entre carabineros?

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Tras los hechos acontecidos el pasado 2 de abril, en el marco de allanamientos a la comunidad mapuche Wente Winkul Mapu en la comuna de Ercilla donde resultó muerto el sargento del Grupo de Operaciones de Fuerzas Especiales (Gope), Hugo Albornoz, el Observatorio Ciudadano y varios periodistas concurrieron a dicha comunidad para recabar información. Encontraron versiones muy distintas a la entregada por el fiscal del caso, Luis Chamorro, y la propia institución uniformada. Por lo mismo, esperan una investigación exhaustiva y que los peritajes arrojen resultados sobre lo que realmente ocurrió. Los relatos y testimonios permiten, además, advertir la extrema violencia con que actuaron los efectivos policiales durante el operativo.

 


EL FISCAL Y CARABINEROS MIENTEN

Miriam Gallardo, dueña de casa, se encontraba con su hija de 3 años cuando vio que venían grupos de carabineros disparando desde distintos puntos. “Unos disparaban por acá, otros disparando por allá y otro grupo ahí, disparando también. Estaban escondidos detrás de mi rancho. Así empezó la balacera”. Al ser consultada si los carabineros entraron en su casa, dijo que sí. “Me dijeron que buscaban una cámara que me habían visto a mí, que yo estaba grabando todo. Pero yo no grabé nada, porque no tengo cámara. Me quitaron el celular, me registraron, me desordenaron la casa y no me mostraron ningún papel de orden de allanamiento”, relata. “Había como cien pacos. Incluso andaban periodistas que grabaron”, recuerda, y luego agrega que en la primera irrupción de la policía no estuvo presente el fiscal, pero sí en la segunda, de quien recuerda que “fue bien grosero”.


Al ser consultada respecto del carabinero muerto, responde: “Ellos dicen que cayó en esta parte de mi casa”, pero aclara que no pudo ver nada, porque por la balacera se había escondido. “Cuando salí, se vio al carabinero que lo tenían allí tirado. Lo vi cuando estaba caído, pero no sé más”, recordó. Consultada si los disparos fueron antes o después del allanamiento, responde que antes, y que según los policías por eso venían a buscar la cámara.


Miriam Gallardo denuncia que se habría alterado el sitio del suceso. “Ellos (los carabineros) recogieron todas sus balas. Estaba lleno de cuestiones de esas, y el fiscal andaba también mirando. Estuvieron unas dos horas aquí; vinieron primero y se fueron, después volvieron y a la tercera vez, volvieron con el fiscal”, a quien le pidió exhibir la orden de allanamiento pero éste se negó. Por eso es enfática al afirmar que “lo que está diciendo el fiscal y los carabineros (respecto que fueron emboscados en un camino) es falso. Vinieron a hacer el ataque aquí no más, y se fueron. De aquí para arriba, no hubo ningún ataque”, afirma.


Finalmente, dice no entender “por qué buscaban una cámara cuando ellos grabaron todo. Vi a un carabinero que andaba grabando”, y denuncia que en el operativo se usaron bombas lacrimógenas, lo que está prohibido por la Corte de Apelaciones de Temuco.


UN CARABINERO PUSO

TUBOS DEBAJO DE UN SILLÓN

El werkén Daniel Melinao acusó que ese día los policías llegaron a la comunidad con mucha violencia; usando armas de fuego, bombas lacrimógenas y destruyendo todo lo que encontraban a su paso. “Claramente obedeciendo a la actitud antimapuche que tiene el fiscal Chamorro”, asegura. “A nuestros hermanos les botaron harina cruda. A una lamgmien (hermana), por ejemplo, que vive sola, le botaron la harina en el patio de su casa; tenía también cereales, y le botaron todo”, señala. Denuncia además que un carabinero puso debajo de un sillón unos tubos de fierro, aparentemente un arma hechiza, y de eso “tenemos de testigo a un niño, que vio todo y cómo dejó el armamento el carabinero”.


Respecto de los dichos de Juan de Dios Fuentes, que señaló a La Tercera que habría visto rayos láser durante la noche, aclara que “él (Fuentes) ha estado desde mucho tiempo involucrándonos a nosotros, incluso se ha dado el lujo de decir que conoce a las personas que dispararon a Carabineros, cosa que no es así. Por años ha querido involucrar a la comunidad en hechos de violencia, pero no es así”, añade.


Hay tres miembros de la comunidad mapuche en prisión preventiva, entre ellos Rodrigo Montoya Melinao, porque se le encontró una capucha que le entregó la brigada forestal donde trabaja. Los jefes de la empresa están dispuestos a reconocer la capucha, que Melinao asegura “tenía la etiqueta de la empresa, la cual la arrancaron (los carabineros)”. El werkén lamenta la muerte del carabinero Albornoz y confía que los peritajes aclararán lo que sucedió. Pero enfatiza que ese día “los carabineros formaron cuatro o cinco grupos y disparaban a mansalva”, entonces “perfectamente podría haberse generado un accidente entre ellos”, agregó.


400 MIL PESOS ME LLEVARON

Venancio Montoya Cheuque (78 años, diez hijos) es viudo, vive solo y es uno de los más ancianos de la comunidad mapuche. Cuenta que él no se encontraba en casa cuando la allanaron. Andaba recolectando rosa mosqueta en su campo de cinco hectáreas. Indignado acusa que Carabineros incluso derramó la leche que una de sus hijas guardaba para sus niños. “Rompieron todo en mi casa” se lamenta, y “me robaron dinero: 400 mil pesos que era para pagar a Indap”. Los billetes los tenía escondidos en el colchón de su cama y los había ahorrado con gran esfuerzo con la venta de la rosa mosqueta (300 pesos el kilo).


Montoya cuestiona el procedimiento policial y la permanente búsqueda de armas en la comunidad. “Pero aquí no hay armas. Los carabineros tienen armas, ellos son los terroristas”, recalca. Lo que sí dice tener es newen (fuerza) y una razón para su lucha, que es recuperar la tierra. “Las forestales nos han dejado sin tierra, sin agua, sin campos para sembrar trigo, ni para criar animales, como hacíamos antes”.


LOS POLICIAS SALTABAN

COMO LIEBRES

Juana Montoya Cuminao (34 años) es madre de tres hijos, dos de las cuales son menores de edad. Al momento del allanamiento, ella iba a salir a trabajar. Al abrir la puerta, se encontró con dos policías que la apuntaban desde su patio; ingresaron a la casa diciendo que buscaban una escopeta, pero sin exhibir una orden de allanamiento que ella les exigía exhibir. “Dieron vuelta todo, hasta mi cartera; mis toallas higiénicas, mis pastillas anticonceptivas, la pieza de mi hijo. Se llevaron una espuela y una agenda de mi hijo”. Pidió explicaciones al fiscal que llegó después, quería saber por qué se llevaban cosas de su hijo, pero le respondieron que estaba detenida por un fierro que habrían encontrado supuestamente en la pieza de su hijo. Juana Montoya indica que mientras Carabineros allanaba su casa, el fiscal estaba en el patio. “Al final ingresó a revisar, y vio todo el desorden”. Luego fueron a la casa de su padre, Venancio Montoya, donde se llevaron el dinero antes señalado.


Cuando la trasladaban en un vehículo policial, vio cómo el campo de sus vecinos estaba patrullado por grupos de carabineros que, escopeta en mano, “saltaban como liebres”. En el sector de Pidima, la mujer escuchó al fiscal exclamar: “¡Estos chuchas de su madre hirieron a un wueón!”. Esposada la trasladaron a la comisaría de Collipulli, donde pasó la noche. Al día siguiente, en la audiencia de control de detención, el fiscal nunca mencionó la supuesta escopeta requisada en su casa. Quedó con arraigo nacional, debe firmar cada quince días durante el plazo de investigación, de tres meses.


REIVINDICACION DE TIERRAS

La comunidad Wente Winkul Mapu se conformó el año 2008 y fue legalizada en 2010 por 35 jóvenes familias, todos ex miembros de la comunidad José Millacheo Levío, del mismo sector de Chequenco, en la comuna de Ercilla. No tienen tierras, y la mayoría viven de allegados en casas de sus padres. “En mi familia somos seis hermanos. Todos estamos viviendo en unos metritos de tierra, no nos alcanza ni para plantar cilantro”, decía Daniel Melinao en agosto pasado, tras visitarlo después de otro violento allanamiento a la comunidad en el cual los policías hicieron un forado en la puerta de su casa. “Son pocos los que pueden sembrar algo. La mayoría vivimos de peguitas por aquí y por allá. Yo soy carpintero, sé de albañilería, salgo al pueblo y trabajo unos días, junto unos pesos, y regreso para dirigir la comunidad y sostener a mi familia”, relata.


Según la investigación historiográfica Las razones del llkun/enojo, de Martín Correa y Eduardo Mella, los orígenes de esta comunidad están en los inicios del siglo XIX, cuando el Estado entrega en las antiguas tierras del gran lonko Manuel Pillán, el título de merced José Millacheo Levío, título de merced Nº 1611, Chequenco, hijuela Nº 381, de 338 hectáreas. Sin embargo, las familias de Loloco, donde está emplazada parte de la comunidad, no fueron radicadas por título de merced. No obstante, hasta ahora son propietarios de la hijuela N° 376, de 715 hectáreas, que fue expropiada en 1961 al fundo Chiguaihue, y dividida en 1984 en 37 hijuelas, según el mencionado libro.


Esto explica por qué se llega a esta situación de escasez de tierras. Según Martín Correa, “las tierras en conflicto forman parte del territorio antiguo de las familias de Chequenco. El Estado chileno no les reconoció el dominio, adjudicándolas a la familia Mackay, quienes formaron el fundo Chiguaihue, en la década de 1890. Las familias mapuches sostienen hasta la actualidad que nunca vendieron sus tierras, que les fueron usurpadas. Es la verdad. El Estado al radicarlas no les reconoció su ocupación efectiva, les reconoció unas cantidades territoriales ínfimas, de allí que se les llame ‘reducciones’; sus tierras fueron declaradas baldías, sobrantes, fiscales y adjudicadas a familias colonas, de las cuales derivan los títulos de los propietarios actuales, así como los de las empresas forestales colindantes. En el origen de la propiedad está el fraude, el robo, el despojo; ello no obstante que los actuales propietarios presenten su dominio como legal y ajustado a derecho”, aclara.


Precisa que son 2.500 hectáreas las que componen el territorio ancestral mapuche, que hoy está en manos de las forestales Arauco, Mininco y Cautín, además del latifundista Juan de Dios Fuentes. Lo mismo refrendó el werkén Daniel Melinao, que explica que reivindican 2.500 hectáreas además de un territorio ancestral. Argumenta que en esta propiedad ancestral existe un cementerio, dentro de un predio forestal plantado con eucaliptos.


OBSERVATORIO CUESTIONA INFORMACION OFICIAL

De acuerdo al coordinador del Programa de Derechos Indígenas del Observatorio Ciudadano, Pedro Marimán, “la impresión que queda luego de haber escuchado los testimonios de la gente de Wente Winkul Mapu, es que la versión de Carabineros respecto de las circunstancias y del lugar donde resultó herido el sargento Albornoz, es al menos cuestionable. Lo que parece estar claro es que la comitiva de Carabineros no fue objeto de una emboscada -que habría sido realizada una vez terminado el operativo y en un camino público fuera de la comunidad-, tal cual lo informaron inicialmente. Al contrario, el incidente habría ocurrido durante el desarrollo del operativo y en un punto de la comunidad en el cual se sitúan numerosas viviendas”, advierte.


Del mismo modo, se hace parte de la preocupación que tiene la comunidad respecto del curso de la investigación. “Luego de nominarse al fiscal Chamorro como encargado de ella, es atendible la desconfianza, en la medida que dicho fiscal podría carecer de la imparcialidad necesaria, dado que tuvo una participación directa en el operativo en que resultó herido de muerte el sargento Albornoz”, concluye.


ELIAS PAILLAN C.

En Temuco

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 756, 27 de abril, 2012

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