Diciembre 28, 2024

No vote

marchaabril3

marchaabril3La nueva ley de inscripción automática y voto voluntario permite votar al que quiera, pero, más importante aún, es que de manera simultánea permite no hacerlo.

 

La movilización de los estudiantes, que obliga a los estrategas de La Moneda y de todo el resto, a repensar sus movidas, sigue dejando en evidencia que el sistema de partidos políticos vive en otro mundo, en otro país, en otra dimensión.


Mientras las cúpulas copulan intentando las mejores alianzas mediante espectaculares vueltas de chaqueta, arreglines, maromas y cachetadas de payaso, la gente circula por las calles dejando claro que en esas marchas esos políticos añejos no tienen nada que hacer.


De hecho, en un gesto notable de instinto de supervivencia, que se sepa, ningún empingorotado diputado, elocuente senador o audaz dirigente político asomó su ponchera por las calles del miércoles.


Lo de ayer fue una mala noticia para el sistema. A la derecha le falló su operación ideada en las oficinas secretas para desinflar la movilización. Ni siquiera la intervención grosera de Piñera en el Canal Nacional hablando de lo maravillosos que su gobierno, sirvió para algo.


Reuniones urgentes de los comités secretos estratégicos se habrán hecho cuando ya las imágenes mostraban que la cosa era mucho mayor que el año pasado.


Es que no se trata sólo de la cantidad de gente marchando. Se trata de la evidencia que la cosa no limita sólo con reformas en educación. Ronda en la gente,  de manera muy especial entre los estudiantes, los más lúcidos y audaces de los habitantes, la certeza de que aquí hay que cambiarlo todo.


Quienes creen que las consignas son frases que se cantan para caminar con ritmo, se equivocan. Nacen de la creatividad de lo estudiantes, pero también de sus convicciones. Ronda algo más que la gratuidad en educación en ellos.


Y en períodos de elecciones, peor aún cuando la gallá tiene la opción de votar si le da la gana, la cosa se pone oscura para los mismos de siempre.


Sobre todo cuando se comienzan a ver los mismos ejercicios de alianzas, omisiones, acuerdos, pactos y componendas,  sin que los actores de esas operetas seudo democráticas, se les mueva un músculos de la cara. A esas puestas en escenas, los estudiantes y uno que otro trabajador que marchan no están invitados.


Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor. Los que ayer eran los responsables de la perfección del neoliberalismo, hoy son férreos aliados electorales. Es lo que sucede con el pacto de comunistas, radicales y pepedés, que tiene en la UTI a los restos náufragos de la Concertación.


Estas señales equívocas que emergen desde importantes sectores de la izquierda, van a tener su prueba de fuego en las votaciones de octubre. Habrá que ver cómo votarán los estudiantes con derecho a hacerlo y con el deber de no hacerlo


Habrá que ver cómo se comportará la gente marginada de los negociados que de tarde en tarde estallan en los medíos de comunicación con un estruendo de artillería, y que luego se olvidan, a la espera del siguiente escándalo, que, doble contra sencillo, no tardará en aparecer.


Ha sido la tónica de estos veintitantos años de democracia neoliberal, en donde las fortunas y la impunidad, lo determinan todo.


Pero de tarde en tarde, las torpezas del sistema, finalmente hechura humana como cualquiera, ofrece oportunidades únicas para que la gente ejerza su sagrado derecho a la venganza. Más allá de lo que piensen los moralistas bien alimentados, la venganza sigue siendo la única manera de justicia que tienen a alcance de la mano, de vez en cuando, los jodidos de siempre.


Esta vez, la herramienta puesta al servicio de una monumental pasada de cuentas contra los frescos de raja de todos los pelajes, es el voto.


No vote. Mientras no valga la pena, no sea haga cómplice de lo que después será objetivo de su rabia e impotencia. El último caso de chanchullo de los senadores y diputados que se aumentaron sus asignaciones en dos millones de pesos, finalmente tiene como únicos responsables a quienes los votaron.


Utilice la opción de no votar porque esa ley extravagante va a ser derogada no más se demuestre que sirve para la venganza de la gente. Y antes que la cambien, sáquele provecho.

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