Buenos Aires.- La petrolera argentina YPF, con capital mayoritario de la española Repsol –en la que Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene una participación accionaria minoritaria– enfrenta una inminente intervención o nacionalización del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, bajo la acusación de provocar una caída en las reservas en la producción de hidrocarburos por falta de inversión y por destinar entre 80 y 90 por ciento de sus utilidades a ser repartidas entre sus socios y no a la recapitalización de la empresa, según las autoridades.
YPF alentó la intervención del rey Juan Carlos, quien el 1º de marzo cabildeó con la presidenta argentina en favor de la petrolera, además de que la empresa ha interpuesto demandas contra al menos un gobierno provincial por haberle retirado concesiones.
Fuentes oficiales aseguraron en Argentina al diario Página 12 que no hay marcha atrás
en cuanto a que el gobierno tomará el control de la firma. La compañía, por su parte, rechazó las acusaciones de incumplimiento de inversiones del gobierno argentino y anticipó que hará valer sus derechos en los tribunales.
Según publicó el diario argentino este sábado, el gobierno está debatiendo en estos momentos si va a expropiar YPF o si la someterá a una intervención. En eso no hay marcha atrás (en referencia a la toma de control de la firma)
, aseveraron fuentes oficiales a Página 12.
En los años 90 del siglo pasado se dio la privatización de una de las más antiguas petroleras de América Latina, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), con más de un siglo de vida, durante el gobierno del entonces presidente Carlos Saúl Menem, y en estos días, con la pugna con la administración de Cristina Fernández, está a punto de volver a quedar bajo la tutela del Estado. Argentina ha realizado millonarias importaciones de hidrocarburos que ponen en riesgo las cuentas fiscales y los programas sociales, según el gobierno.
El gobierno presiona a la petrolera por una mayor inversión para incrementar la producción, que cayó entre 30 y 40 por ciento en los años recientes, lo que según las autoridades obligó a importar hidrocarburos por alrededor de 9 mil 300 millones de dólares en 2011.
En la semana que termina, la provincia de Mendoza se sumó a la rescisión de contratos a la petrolera, al argumentar que ésta ha incumplido sus compromisos de inversión, como lo han hecho las provincias de Chubut, Neuquén, Río Negro, Salta y Santa Cruz. El gobierno de la provincia de Chubut anunció que le retirará más concesiones a YPF, que representan cerca de 7 por ciento de la producción total de petróleo de la empresa.
Repsol tiene un modelo extractivo para YPF que no nos sirve. La lógica de la empresa no contempla la reinversión de utilidades y aportes de capital como para explorar y explotar en función de lo que requiere el país, dijeron fuentes oficiales en Buenos Aires, horas después del planteamiento del gobierno sobre la intervención en YPF.
Los dividendos de YPF se reparten mayormente entre Repsol-YPF, 57.43 por ciento, y el argentino Grupo Petersen, de la familia Eskenazi, con 25.46 por ciento. El beneficio neto contable de Repsol, según datos arrojados por la misma en la bolsa de Buenos Aires, durante 2011, fue de mil 214 millones de dólares.
La empresa asegura que ha cumplido con las inversiones comprometidas y que se presentará a la justicia por la reversión de las concesiones en las diferentes provincias. El miércoles pasado presentó una medida cautelar por el retiro de sus concesiones en la provincia de Chubut, la mayor productora de crudo de Argentina, decretada por el gobierno provincial.
Casi nueve años de fuerte crecimiento económico dispararon la demanda de energía en Argentina, mientras que las reservas y la producción de hidrocarburos cayeron por la falta de inversiones. La caída de la producción ha forzado al gobierno a realizar millonarias importaciones de energía, que afectan el superávit comercial, uno de los pilares de la política económica de la presidenta Cristina Fernández.
Las reservas de crudo y gas natural de Argentina cayeron 15 y 31 por ciento, respectivamente, entre 2007 y 2010.
El miércoles pasado, el directorio de la petrolera YPF decidió capitalizar la empresa y distribuir sus utilidades con acciones, resistiendo la presión del gobierno argentino para que no pague dividendos y los invierta para incrementar su producción.
La propuesta, que será llevada a la junta de accionistas de la petrolera, propondrá el pago de dividendos en acciones. Este se hará con la capitalización de dinero proveniente del beneficio del año pasado por hasta 5 mil 789 millones de pesos (mil 344.7 millones de dólares). Esto es, se hará la entrega de nuevas acciones a los accionistas de la petrolera eliminando el pago de dividendo en efectivo, pero que no se apega a las exigencias del gobierno de crear un fondo de inversiones.
El jueves pasado, YPF anunció que realizó un importante hallazgo
de crudo en Mendoza, a partir de dos pozos de shale oil y otro convencional, que aportarán en conjunto más de 750 barriles por día
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