Noviembre 23, 2024

Chile, entre el sismo social y la ley de seguridad del Estado

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camila1Mientras  los medios de prensa oficiales, pretenden adelantar la carrera presidencial, para ver si consiguen lavar el rostro y las manos del gobierno pro- empresarial, la población chilena, el ciudadano común se debate día a día en ver la forma de estirar los sueldos.

 

Los alimentos de primera necesidad como pan, azúcar y té, han experimentado un alza desmesurada en relación al promedio de los ingresos que una familia común recibe. Un kilo de arroz, de mediana calidad supera los ochocientos pesos a precio de oferta en los supermercados, un kilo de limones cuesta más de mil pesos -y así suma y sigue- para quienes cancelan con las famosas tarjetas, en la mayoría de los casos por falta de liquidez.


Sin embargo,  para los señores tecnócratas, la macroeconomía, o sea, la única que pesa y vale, va viento en popa y cualquier reclamo en relación al costo de la vida y el empleo no tienen un fundamento técnico, así se lo han hecho ver a los ciudadanos de Aysén, Calama, Talca, Concepción, Valparaíso y Dichato, en el transcurso de los últimos meses.


Aysén grado 8.0 en la escala del desencanto

El llamado segundo tiempo del gobierno, se inicia nuevamente con una ciudadanía cada vez más empoderada, dispuesta a conseguir demandas que por mucho tiempo se les negó.


Es ahí donde se producen las lecturas distintas, porque para algunos se trata simplemente de peticiones abordables dentro del propio sistema político, mientras para otros, los cambios son sólo posibles provocando una alteración del modelo vigente. Existen por supuesto las visiones intermedias, que plantean la necesidad de los cambios de acuerdo al nivel de exigencias; y en concordancia al termómetro político y su componente de representación social. Mas allá de esa discusión de fondo, lo cierto y palpable es el cansancio, el hastío y por tanto el despertar de una ciudadanía dormida que lo hace por medio de estallidos, fruto de las fallas o grietas sociales existentes.


Todo parece indicar, que el emplazamiento social elaborado desde las regiones, busca obtener un cambio en el sistema político, porque no existen las herramientas legales suficientes en nuestro sistema político, para resolver los problemas evidentes de participación, concentración y espíritu represivo instalados en el ADN de nuestra escuálida democracia.


En ese incómodo escenario, La Moneda y los partidos de la Alianza de derecha, no han logrado acuerdos coherentes, están mareados tratando de explicarse las razones del alto rechazo a la figura del Presidente y el rápido desgaste del gobierno, se habla del problema comunicacional, otros culpan a las dos almas de la coalición; una conservadora y otra liberal, los comentaristas más especializados,  perciben  una especie de depreciación del sillón presidencial, luego del paso de Piñera.


Son tantos los tiras y afloja, los errores involuntarios  de la administración actual, en su afán por aplacar los movimientos sociales, que resulta inoficioso descubrir la lógica de los mismos.


De hecho el conflicto de Aysén, se estiró de manera innecesaria, desde el momento en que se desata, hasta los visos de acercamiento y logro de un acuerdo pasó más de un mes, donde primó la ausencia de diálogo y la represión, llegando al punto de  generar quiebres en el propio gabinete.  Sintomática resultó la negativa del Senador Horvath  (R.N) de sumarse a la tesis elaborada por Longueira, porque según él,  no existían razones para el movimiento -y por tanto- los dardos apuntaban a una estrategia elaborada por el Partido Comunista, cuyo fin sería desestabilizar el orden establecido. Esa lectura de los hechos pasó rápidamente a la historia, cuando se comprobó en la práctica, la existencia de un movimiento transversal con problemas reales.


Visto así el panorama, el segundo tiempo de la Alianza derechista en el poder, tiene indicios de mucha inseguridad, falta de tolerancia y en especial una escasez de anticipo de los problemas.


El país está siendo remecido desde sus cimientos por sismos grado 8.0 en la escala del desencanto; y la única respuesta elaborada desde los pasillos del poder, hasta la hora, es el uso de la arrogancia y represión, jugando al límite de las posibilidades del sistema democrático.


¿Y dónde está la oposición?

Uno de los factores que juega a favor de la derecha, es la multiplicidad de rostros dispuestos a ser candidatos presidenciales.


Esa variedad, habla de una oposición atomizada, reducida a comparsa de un gobierno ineficaz, ni siquiera vale la pena molestarse en comentar algunos de los nombres que rondan, basta decir que las necesidades de la población son muchas y  para solucionarlas se necesitan ideas y un grupo de gente capaz de ejecutar dichas reformas, en ese sentido, los egos, como los grupos económicos que se esconden en la trastienda de algunos candidatos, no son,  ni serán la solución al problema de la desigualdad


Bajo el matiz electoral entonces, La Concertación, no ha tenido la destreza de instalar rostros capaces de hacerse escuchar, tampoco ha sido sabia a la hora de las mediaciones, entre las demandas sociales y La Moneda, así se expresó en el conflicto estudiantil y de un modo u otro, en los conflictos de Aysén y Calama, donde los rostros independientes se han tomado la agenda.


No se trata de aprovechamiento electoral,  el rol de la oposición pasa por buscar nuevos espacios donde potenciar sus propuestas, pero los seguidores del arcoíris, cuando tuvieron la oportunidad de estar en el poder, no se portaron muy distinto a sus pares de la Alianza y eso todavía la gran mayoría no lo olvida.


En el caso del Partido Comunista su principal motor, está radicado en la negociación electoral, aunque no se puede desconocer, el aporte al movimiento estudiantil y su labor de articulación para la expresión ciudadana, de ahí la acusación de instrumentalización, aseveración sin fundamento porque los militantes, adherentes y simpatizantes del PC lo que han hecho es ejercer su labor de oposición y no se les puede culpar por eso.


De hecho desde el propio Partido Comunista, se buscó una salida a la crisis de la educación, donde participaron también personeros de la Alianza de derecha, o sea, se reconoce en el PC, un interlocutor válido.


Interlocución interrumpida por la derrota de los comunistas, en un número significativo de las urnas estudiantiles


En el caso de las demás fuerzas de izquierda, han mostrado hasta ahora poca eficacia y mucho desgaste, sin logros palpables para la población, ese es uno de los principales problemas que tienen esos sectores, anquilosados y perdidos en pugnas  de arquitectura horizontal.


Una foto de Camila e Iván no las cambio, ni por un álbum de fotos del gobierno


Hay quienes intentan comparar los liderazgos de Camila Vallejo e Iván Fuentes, como si fuera comparable una demanda sectorial o regional, ante una impetración de carácter nacional que implica un cambio profundo en el modelo económico y político chileno.


La efectividad de los aiseninos, se funda no solo en la unidad y transversalidad de su movimiento, el sentido de sus pretensiones no afecta en lo profundo la continuidad del modelo, en eso sin duda, la calidad de las reivindicaciones no son necesariamente ideológicas, por lo demás,  existe un principio fundamental para todo Estado y es que las provincias limítrofes, deben recibir ciertos beneficios en favor de sus habitantes, para continuar con su labor estratégica, en la mantención y desarrollo del territorio nacional.


El movimiento estudiantil en cambio, al impulsar la idea de educación pública y gratuita, evidentemente apuntó al corazón de la desigualdad imperante, diferencia amparada en la colusión lograda entre la derecha golpista y La Concertación de los años 90, por tanto los enemigos de la educación pública y defensores del negocio educativo, se atrincheraron, para defender sus ganancias, su comodidad y estatus, cargar a los dirigentes estudiantiles con acusaciones, como mantener la unidad o la ideologización del discurso, me parece simplemente obtuso, como si la razón de ser de las tomas hubiera sido, unas becas más o menos, un carnet de locomoción más o menos.


Lo relevante de ambas instancias, es el surgimiento de liderazgos sociales con distintas características, donde el uno y el otro no se inhabilitan, Camila Vallejo sin duda es una de las voces más frescas de la política nacional, ya no es únicamente la vice-presidenta de la FECH, es potencialmente la instalación de un nuevo discurso, representativo de un sector de la sociedad, con capacidad de extender su mensaje.


En el caso de Iván Fuentes, asistimos a la irrupción de una voz pura y clara de las bases, pero que en sí misma, no representa ningún riesgo para gobierno alguno, en la medida que su tono, engloba un movimiento sectorial que puede ser desmantelado a la hora de cumplir, parte de sus exigencias.  Sí, se puede transformar en un líder local de importancia, dependiendo de las opciones que tome, sobre todo en vísperas de una contienda electoral.


La importancia capital de ambas figuras, radica en que cualquiera de ellas, valen en sí mismas, más que el gabinete del gobierno en su conjunto, incluyendo a un número respetable de parlamentarios de ambas cámaras. Ambas  por diversas razones, pueden ser acusadas, según la conveniencia del gobierno, de atentar contra la seguridad interior del Estado.


Omar Cid. Es Sub-Director de Crónica Digital

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