Septiembre 21, 2024

Chile, un país con rebeldes e indignados en cada esquina

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dsc_7491El Chile de estos tiempos está dejando notables lecciones, y del mal aprendizaje no se escapa nadie.

Se hace indispensable tomar nota ahora, especialmente en los sectores que sacan cuentas alegres para los tiempos venideros, y están tan contentos que el listado de aspirantes y fiesteros recién comienza… hay de todos los colores.


Lo que no causa asombro es que entre los que aspiran a ser alguna cosa en las siguientes elecciones presidenciales, casi todos actores secundarios, aparecen sin decir nada, un absoluto silencio frente a los graves problemas que existe en cada esquina de Chile. Poca importancia tiene en estos meses la Constitución de 1980, nadie se acuerda de lo que pierde el país al no tener en sus manos las riquezas fundamentales hoy en manos de transnacionales con el beneplácito del gobierno, y la servidumbre de los patriotas grupos económicos nacionales, el binominal al parecer es paisaje color sepia.


Todos los que aspiran a ser la foto única en todas las oficinas públicas, olvidan el aberrante sistema previsional, diseñado para que se cometa un robo eterno en los escuálidos bolsillos de los millones de chilenos, en el que meten mano los ricos y financistas…. presidente incluido.


Lo que durante tantos años insistieron que Chile se levanta cada día, que se viste de país desarrollado, y que el planeta espera las recetas nacionales para salir de la crisis es falso, todo es mentira, es puro humo y humo malo.


El país real es el que se muestra en Aisen, el que se mostró en Punta Arenas y el que se mostrará en Calama y sus alrededores. No existe relación entre las cifras de lo macroeconómico y la gran verdad existe en los bolsillos y la dura realidad en las casas de los trabajadores. El Chile que espera un mejor futuro está en los pasos de las nuevas generaciones que intentarán los cambios fundamentales en la educación, que saben que es en ese sector, la mejor ventana para que millones vean de cerca el futuro, claro desde algo parecido a una nueva casa digna de habitarse.


Si alguien en algún momento pensó que el gobierno UDI/RN era lo que el país esperaba, se equivocó. Miles de sus votantes lamenta profundamente la mala determinación en esos momentos, la explicación de estar hastiados de la Concertación se repite entre miles y miles. Si alguien de la clase política sostenía que con la derecha en el gobierno con Piñera significaba llevar agua a los grandes molinos de los cambios, también se equivocó. No fue la clase política opositora la que mejor vestida queda en el campo de la oposición, fueron los nuevos actores sociales los que los ayudaron a desnudarlos para que vean la pobreza de los periodos administrados.


Desde todas las esquinas se dijo en voz baja y por parlante una y otra vez, que Piñera NO, que la llegada de los grandes banqueros y empresarios a La Moneda, dejaría al descubierto los intereses que nunca los esconden. La derecha llegó para hacer fortuna, mejores negocios, aprovechar de las mejores formas los beneficios que le da un sistema que está heredado desde hace bastante años. Digamos que les llegó su mejor hora, porque antes lo habían practicado otros también, o los dos al mismo tiempo….así fue.


La derecha lo hace mal en todo. Se equivoca siempre cuando tiene que optar por los sectores más desposeídos. Los pobres no están en su mirada estrecha y clasista, la derecha se siente ciudadana cuando entrega una limosna en la Iglesia de El Bosque y se aferra al “hacer el bien sin mirar a quien… “


A la derecha le gusta el terror, hace de la amenaza y el susto su principal arma política y se escuda en ella. Los ministros hablan de la Ley de Seguridad Interior del Estado pero no la ocupan para la clase social a la que pertenece el presidente y sus ministros, ni siquiera la mencionaron en el caso de La Polar, la esconden cuando se trata y queda en evidencia la concomitancia en la venta de pollos, lo de la farmacias un negocio redondo, esos se ganaron siete kinos, miles de raspe de una sola vez…con un solo cartón.


El terrorismo consiste en hace público anuncios que los años venideros serán difíciles para todos, que las exportaciones se harán más pequeñas y que poco dinero entrará al país como causa de la grave crisis económica mundial., pero si el dinero fiscal lo aportan los que no son justamente exportadores.


El terrorismo de Estado de los tiempos de la DINA/CNI, hoy lo practican los ministros del gobierno de la UDI/RN.


Todos saben que si los países se ponen de acuerdo para terminar con los paraísos fiscales muchos problemas serían evitados, pero la verdad es que no es así, a los empresarios chilenos y a otros millonarios de otras esquinas del planeta, no les da asco tener sus dineros en los mismos bancos con los traficantes de diamantes, de cocaína, iglesias con todos tipo de banderitas y estampitas, y  de las otras corrientes aprovechadoras de la buena fe de las personas.


Nadie es capaz de ponerse de pie para denunciar el abuso/robo del libre transito del dinero por las bolsas del planeta, ese que no paga peaje en su transito por los mercados mundiales amparados por ministros y presidentes, nadie condena los paraísos fiscales.


La pobreza, ser pobre…es culpa del calendario.


A la derecha no le interesa el diálogo con los sectores sociales más necesitados, que no son otra cosa que el país real. Ellos son el país de todos los días, allí está y estarán siempre los pilares fundamentales de los que sostienen demandas muy justas y los cambios urgentes, son los ciudadanos de a pie los que más dinero aportan al Estado, basta recordar que son los chilenos peatones, los que más pesos llevan a las arcas fiscales, y es bueno hacerlo público: EL UNICO PAIS EN EL MUNDO DONDE LOS QUE MAS APORTAN RECURSOS MONETARIOS AL ESTADO SON LAS PERSONAS, Y ESTO SUCEDE EN CHILE…así de sencillo.


Justo es entonces que los ciudadanos se den cuenta de la capacidad que tienen en sus manos para generar las condiciones y los cambios sociales más significativos e impostergables. Chile no puede seguir soportando el arrebato de los millones y millones de beneficios de un sistema privado de salud, si aquello parece no es una novela…. es una locura.


En la salud, no es posible seguir condicionados por un derecho fundamental convirtiendo en una agresión constante para los chilenos que aportan trabajo, su fuerza y su dinero. Es verdad que todos los chilenos no aparecen en la revista Forbes, pero si es verdad que son los ayudan a Chile a ponerse de pie cada día, sabiendo que es un país flaco, desnutrido, esmirriado, atrasado, sencillamente porque al presidente, a la clase del presidente, sus amigos, los partidos que apoyan al presidente, a las empresas norteamericanas, a los grupos económicos transnacionales, así les gusta…. sencillamente por eso.


Y la izquierda algo tendrá que decir… algo

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