Personas de izquierda frecuentemente ‘reaccionan’ rápidamente a todas las ‘acciones’ que levantan los empresarios. Sienten haber cumplido con encararlos afirmando lo contrario. El problema es que desde fuera se confunden con ellos en el mismo marco capitalista al no opinar con referencias explícitas del proyecto socialista.
Algunos lo hacen porque no lo tienen y otros por conveniencia que llaman realismo o pragmatismo.
Dirigirse a la población solo para dar su punto de vista sobre huelgas, personas, medios de comunicación, malas gestiones, injusticias, crisis, elecciones, corrupción, guerras, no significa hacer batalla ideológica socialista.
No se puede avanzar en la conciencia popular para el cambio de sistema sin mostrar el modelo que se propone.
Como consecuencia no se ganará fuerza propia mientras no se impulse una visión donde lo ecológico, bélico, económico, ético, político, estén integrados en la forma de un ideal capaz de dar sentido a la vida.
La comunicación política es más que enfrentarse, es un trabajo complejo que exige totalidad, dirección, elaboración, permanencia, claridad. Futuro.
No da lo mismo informar que Estados Unidos intenta derribar el gobierno de Siria, que ubicar ese hecho dentro del proceso del imperio para alcanzar el control absoluto del planeta. O hablar de las vicisitudes de la crisis económica, que explicarlas como partes del camino al colapso por la imposibilidad del crecimiento constante.
Se lee en el diario comercial El Mercurio: “A un año del comienzo de la sublevación contra Moammar Jaddafi, cientos de milicias armadas ejercen el poder, en la práctica, y el Consejo Nacional de Transición (CNT) es en buena parte impotente, incapaz de controlar a los grupos armados, reconstruir instituciones o frenar la extendida corrupción”. La izquierda debería difundirlo pero con un complemento como: “El éxito imperial de occidente en Libia es completo en lo militar, económico y político “a un año del comienzo de la sublevación…”
Seguir los temas de los medios empresariales dominantes para contradecirlos y develarlos es ir detrás de ellos, no delante; es enredarse en los temas y enfoques que han elegido.
La realidad es el ayer, hoy y mañana abiertos, panorámicos. No una suma de áreas aisladas, sino su red… en forma de proyecto.
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