Isabel Hernández, a través de Ceibo Ediciones, nos entregó su nueva novela “El esplendor de la derrota” que transcurre de manera paralela entre el siglo XXI y XIX y actualiza un hecho que forma parte de la memoria colectiva del pueblo mapuche.
En su novela, Isabel nos relata la historia de amor entre una mujer del Buenos Aires decimonónico, Matilde Callejas y el abogado y noble francés Orélie Antoine de Tounes y de su intento de establecer la monarquía constitucional de la Araucanía y la Patagonia (también denominado Nouvelle France o Nueva Francia) en el año de 1860.
En la trama, se ve la tensión entre la realidad que vivía Matilde en Buenos Aires y la que va descubriendo en su viaje. Isabel Hernández, centra la mirada en cada uno de los personajes y los transforma en actores de un drama.
En la novela, Orélie viaja hacia el interior para establecer su reino y Matilde huye del hogar paterno buscándolo en medio de todos los horrores que genera la expansión económica argentina y sirve de marco para transmitir la memoria del pueblo mapuche, hablando de los recuerdos que tienen de su pasado y generando la identidad de este pueblo.
En Chile, Orélie reclamó soberanía sobre las tierras ubicadas al sur del Bíobío hasta el seno del Reloncaví y la sobre la vertiente oriental de Patagonia argentina estableciendo su capital, en la localidad de Perquenco. En la zona de Valdivia, se contactó con el lonco Quilapán, al que entusiasmó con su idea de fundar un estado para el pueblo mapuche como forma de resistencia al ejército chileno, durante la época final de la Guerra de Arauco. Él permitió el ingreso de Tounens a sus tierras, y el 17 de noviembre de 1860 fundó el Reino de la Araucanía, del cual fue proclamado rey bajo el nombre de Orélie Antoine I.
Luego, viajó a Valparaíso para dar a conocer su reino al gobierno de Chile, presidido por Manuel Montt, el cual no otorgó su reconocimiento. Después de regresar a la Araucanía, el gobierno chileno bajo el mandato del nuevo presidente José Joaquín Pérez, ordenó su búsqueda y arresto bajo los cargos de perturbación al orden público.
Un criado suyo lo entregó a orillas del río Malleco, en enero de 1862, siendo trasladado, finalmente, a la ciudad de Los Ángeles donde fue internado en un manicomio. El cónsul francés logró sacarlo de allí y lo repatrió a Francia.
Ya en Europa, Tounens promocionó su aventura, siendo apoyado por algunos empresarios para financiar un segundo viaje, que realizó a fines de 1869. Sin embargo, durante aquellos años, el gobierno chileno había realizado maniobras de coerción en el territorio para incorporarlo a la República, por lo que Tounens no fue recibido con el apoyo anterior, debiendo huir a Buenos Aires.
Este relato, además, está contextualizado en un proceso de un profundo cambio social. Finaliza la dictadura argentina de Juan Manuel de Rosas y los grandes comerciantes de Buenos Aires, no pudiendo competir con los ingleses, buscaron expandir la economía a través de la industria ganadera, convirtiendo a la estancia en una unidad de producción en gran escala que trabajaba para la exportación.
Esto produjo, además de una expansión de B.A. hacia el interior, un cambio social en que se necesitaba nueva mano de obra barata y nuevas tierras, obstaculizada por la existencia de los indios mapuches, que resistirían heroicamente hasta que finalmente con la gran ofensiva de Roca hasta Río Negro, debieron aprender a sobrevivir al aniquilamiento.
Cada tribu o nación mapuche, tenía un cacique general, sus caciques, sus capitanejos, indios de lanza, cristianos renegados, chusma y cautivos; en fin todo lo que constituía una sociedad muy particular, gobernada por normas precisas tanto en la guerra como en la paz. El fuego, además, era el telégrafo del desierto.
En El esplendor de la derrota, se concretiza una de las preocupaciones centrales de todas las personas como es transmitir la memoria, señalando la voluntad de dejar una huella de los acontecimientos que quedaron en el recuerdo colectivo del pueblo mapuche. Este libro, es una recopilación de esta memoria en que reinan las emociones, los sentimientos, las pasiones y los odios.
Loa expansión económica de las repúblicas dejo como saldo esta tragedia en los mapuches imprimiendo en ellos, recuerdos transcendentales de la tragedia que vivieron, dándoles una mayor cohesión y una identidad mucho más fuerte en el presente.
También, los ha llevado a una convicción de resistencia y lucha teniendo siempre presente, el recuerdo de la tragedia vivida.