Los cambios que se están proponiendo y la declaración entre la DC y RN tienen su verdadero e inmediato origen en la movilización estudiantil del 2011 en la cual los partidos políticos estuvieron ausentes. Debe sumarse a eso que las encuestas sucesivas demuestran la desafección de la población con la política, los partidos políticos y con los parlamentarios.
El proceso de cambio no va por las relaciones entre los partidos y menos por las pugnas internas entre las facciones internas de los partidos. En el corto plazo son las movilizaciones sociales las que tiene la iniciativa y están promoviendo los cambios institucionales . Las instituciones heredadas de la dictadura son estáticas , conservadoras y enemigas de cualquier cambio.
La propuesta Boenniger se basó en no tocar a los actuales parlamentarios asegurándoles su reelección, para así conseguir sus votos y posibilitar una reforma que permitiera presencia a la población de distritos y regiones sub representadas actualmente. Para ello necesitaba aumentar los cupos tanto de diputados como de senadores.
¿Cómo podría aceptar el pueblo un aumento del número de los parlamentarios , si incluso a los actuales los repudia?
Por eso el primer NO debe ser NO a aumentar el número ni de los diputados ni de los senadores .
Incluso para Chile podría ser de gran utilidad un sistema unicameral, ágil y con comisiones asesoras especialistas que evacúan informes antes de transformarlos en proyectos de ley.
El segundo NO, es no aumentar dietas y asignaciones a los diputados y senadores, sino que disminuirlos a la mitad (por lo menos) Es una vergüenza que sus ingresos estén entre los más cuantiosos del mundo y que esto ha llevado el afán de lucro a las carreras políticas.
El tercer NO debe ser la NO reelección de ningún parlamentario más allá de un segundo período. Hay que terminar con el clientelismo y con la separación entre los parlamentarios y las organizaciones sociales .
Toda modificación del sistema electoral debe incluir su aceptación por un plebiscito y el establecimiento de las consultas plebiscitarias a nivel constitucional, para resolver los cambios y problemas que afecten a la población, tanto a nivel regional como nacional.