El presidente Sebastián Piñera decidió postergar la reforma al sistema electoral binominal , heredado de la dictadura de Augusto Pinochet, aun cuando estas modificaciones serían superficiales. La prensa y observadores esperaban que Piñera analizara el tema en la reunión de Gabinete que mantuvo ayer, pero finalmente evitó su tratamiento.
El propio Piñera había alentado las expectativas de cambio al señalar que la democracia debe perfeccionarse. Inclusive hasta la semana pasada mantuvo consultas sobre el tema con los cuatro ex presidentes vivos, los que coincidieron en plantearle la conveniencia de reformar el sistema electoral instaurado en la constitución de 1980 y que consagra la formación sólo de dos bloques políticos , dificultando así la elección de grupos minoritarios e independientes.
El ministro secretario general de la Presidencia, Cristian Larroulet, dijo el lunes que “el Gobierno está construyendo un consenso para modificar el binominal, sin modificar sus características centrales que han permitido darle gobernabilidad al país”.
En secretario de Estado aseguró que hay una agenda de profundas reformas políticas que apuntan a la participación ciudadana y que esa agenda está expuesta de forma importante en el Congreso Nacional.
Sin embargo, la iniciativa provoca la resistencia de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y de vastos sectores de Renovación Nacional, el partido de Piñera. Sólo grupos liberales del oficialismo apoyan el cambio. El presidente de la UDI, el senador Juan Antonio Coloma, defendió el sistema electoral vigente porque, según dijo, dio estabilidad política.
En la oposición, en cambio, hubo duras críticas. El titular del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, repudió la decisión de Piñera de postergar el tema y sostuvo que el gobierno “ le ha dado un portazo al 60% de los chilenos que quiere cambiar el binominal”. La presidenta del Partido por la Democracia, Carolina Tohá, señaló que Piñera prefiere “caerse en las encuestas, pero defender el candado del sistema binominal”.