Noviembre 29, 2024

Pues bien, la educación no tiene precio

toma_uchile

toma_uchileEstoy sumamente feliz y contento porque en el marco del II Congreso Internacional de Estudios Griegos, organizado entre otros por la Universidad de Chile (Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos), me pude dar cuenta del altísimo nivel intelectual de los alumnos chilenos, pese a las gigantescas carencias económicas –entre otras –en materias de educación.

 

 

 

Quienes hemos tenido la oportunidad de estudiar en universidades de excelencia (yo lo hice en la maravillosa Universidad de Edimburgo, cuna de David Hume, Charles Darwin y Adam Smith, entre otros) conocemos las diferencias que existen entre la educación de calidad y el espectáculo circense que nos presentan en este país chanta llamado Chile. A uno le da risa y piensa “¿Pero cómo estos políticos, habiendo casi todos estudiado en Estados Unidos, en excelentes universidades, donde las cosas se hacen bien, pueden hacerse los giles y empecinarse en su postura de que los estudiantes demandan huevadas?” Al margen de cierta chusma ignorante como la senadora Lily Pérez, quien fue a la Universidad del Pacífico a estudiar Publicidad (lo siento, no creo en la política con consulta directa a la plebe, al estilo Catalina la Grande de Rusia), un gran número de ministros y senadores asistieron a escuelas líderes en investigación, donde la “calidad” va por encima de la “cantidad”.

Pero hacer entender a esta orla de mentecatos respecto a cuál es la realidad constituye tiempo perdido ¿Sabía usted señor Chanta-UDI que mientras en una Universidad promedio chilena una biblioteca facilita tres libros por tres días, la Universidad de Edimburgo facilita veinticinco por tres meses (renovables desde internet por otros tres más)? Por supuesto que no. En fin. “No hay que dar de comer perlas a los cerdos”.

Sin embargo, no obstante estas carencias, los alumnos chilenos no son esa tropa de cretinos que nos hacen creer, no son esos seres iracundos que destrozan semáforos y materiales de uso público, ni son ese menjunje de ideas populacheras que ignorantes –sin siquiera título universitario –como el insoportable Fernando Villegas describe con el hocico lleno de espuma rabiosa. No. Yo mismo lo comprobé. Con mucho gusto participé en el II Congreso de Estudios Griegos organizado por la Universidad de Chile. Aparte de mi propia presentación (Censura a la poesía en Platón: sí señores, a pesar de la precariedad, esos temas se discuten en el país) todas las exposiciones y todos los conferencistas debimos enfrentar preguntas, en su mayoría hechas por alumnos, de un nivel intelectual tan alto, que uno se pregunta cómo diantres, en las condiciones de pobreza que está la educación en Chile, se las han arreglado para estudiar, criticar y aprender tanto. Felicitaciones entonces a los profesores de esos chicos y chicas que han hecho un buen trabajo, y felicitaciones por supuesto a los alumnos. Es difícil pensar en Chile. La misma izquierda, o parte de ella, considera que los Estudios Griegos y Clásicos, la literatura medieval, la historia del arte o la filosofía son peos mentales burgueses, “mucho elitismo” he oído en los pasillos del partido socialista (Seguro la Bachelet hace caca en una letrina).

Lo que más me gustó es que la Universidad de Chile mantiene su perfil de excelencia y sin tener la pieza llena de fachos. Hace algún tiempo asistí a un congreso de filosofía antigua organizado por la PUC, donde tuve la mala cueva de quedar ubicado junto a Juan de Dios Vial Larraín, sí, el viejito pinochetista ese, el que parece dinosaurio disecado. “Pero fíjate tu pos oye, preciosa tu presentación, aunque el tema del nous en Grecia igual era un tema”, “oye, José Pablo, esto me recuerda esa vez que discutimos el tema en esa reunión súper rica que tuvimos en Capri”, “Clemente, fíjate que hay varios temas que ver en tu ponencia, pero sí, estoy de acuerdo con San Agustín, el alma empieza a formarse a la cuarta semana”, “oye Maida, bueno, al margen que te ves preciosa en ese vestido tan del Opus dei, déjame felicitarte por tu ponencia sobre el feto y Platón, soberbia, súper choro el tema”. Todos vestidos en chaquetitas de tweed de Johnson’s, fumando pipa, articulando cada palabra con esa papa caliente que tienen los cuicos de este país. De la Chile sólo puedo rescatar el debate de ideas. Yo mismo fui con zapatillas y sombrero…

Soy un inexperto en política y en educación, y excuso mi casi total ausencia de la protesta ciudadana que se ha venido llevando a cabo en los últimos meses debido a mi delicado estado de salud. Pero algo me dice que la lista de pendientes es gigantesca. Recientemente, he pasado unos días en la ciudad de Temuco, mientras redactaba un artículo que planeo publicar en las próximas semanas. En Temuco hay más o menos cinco universidades (dos estatales y el resto meras empresas capitalistas destinadas a vender títulos de cuarta categoría a precios exorbitantes). Casi me fui de espaldas al comprobar que una ciudad de este tipo, con casi cuatrocientos mil habitantes, sólo posee 2 LIBRERÍAS ¿Cómo leen, de dónde leen, cómo piensan estos los alumnos? Ni idea.

Hay tanto por hacer en materia de educación. Lamentablemente estos políticos no sirven para solucionar los problemas.

anibal.venegas@gmail.com  

 

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