La ex Presidenta de Argentina es amada por un 30% de los ciudadanos, como también odiada por el mismo porcentaje, y lo único claro es que su figura no le es indiferente a nadie, incluso al Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que declaró recientemente que el triunfo de Fernández era más peligroso para “la democracia” en Latinoamérica que la permanencia en el poder de Nicolás Maduro, en Venezuela. Donald Trump, por su parte, ha aportado millones de dólares, vía FMI, a fin de asegurar que el colapso económico, provocado por las malas políticas de Mauricio Macri, no abra el camino al triunfo de Cristina Fernández.
La ultraderecha latinoamericana tiene razón al temer más al populismo argentino que al Castro-comunismo de Maduro, pues Argentina y Brasil conforman las dos superpotencias de América del Sur, aventajando a Venezuela.
El uso y abuso del término “populismo” es muy similar al de Castro-comunismo: la derecha lo utiliza para amedrentar a las capas medias con una campaña del terror, sin ningún fundamento lógico, menos científico.
Los argentinos – buenos descendientes de inmigrantes italianos – tienen un marcado gusto por el culto a la muerte y a la tragedia: baste citar los funerales apoteósicos de Eva y Juan Domingo Perón, de muerte de Carlos Menem Jr. y la de Néstor Kirchner, (esta última muy bien aprovechada por su mujer Cristina, quien guardó luto riguroso por más de un año).
Para los periodistas enemigos de Fernández, la ex Presidenta encuentra una ocasión más, la enfermedad de su hija Florencia, para victimizarse y lograr más apoyo popular.
En el Banco de Galicia fue descubierta una caja de seguridad que contenía 4 millones seiscientos mil dólares, suma que no podía justificarse en una joven como Florencia Kirchner, que nunca había trabado. Es cierto que Cristina Fernández cedió a sus hijos, Máximo y Florencia, la mitad de la herencia de su marido pero, a su vez, se sospecha que la ex mandataria, asustada porque la justicia le embargara sus bienes, depositó la suma mencionada en una cuenta a plazos de su hija Florencia.
Florencia viajó a La Habana para seguir un curso de cine y durante su estadía los médicos de la Isla le descubrieron que padecía de un stress post traumático y, posteriormente, una enfermedad circulatoria que, según su madre, le impide caminar.
La hija del matrimonio Kirchner es la única de la familia que carece de fuero parlamentario, (Máximo Kirchner es diputado y su madre, actual senadora), por consiguiente, tiene serio peligro de ir a la cárcel por el caso Hote-Sur y Los Sauces, pues el matrimonio Kirchner entregó a sus dos hijos la propiedad de los Hoteles, en Santa Cruz, (según sus enemigos, sirven para lavar dinero).
El juez del caso estaba dispuesto a llamar a Cristina, Florencia y Máximo Kirchner a un juicio oral durante este mes de mayo, pero su madre presentó el historial médico, expedido en Cuba, el cual incluía el certificado que impedía viajar. El historial clínico fue rechazado por los jueces por ser insuficiente dando plazo a la acusada para volver al país, donde debe presentar su verdadero historial médico.
La ex Presidenta tiene 11 casos a seguir ante la justicia argentina, algunos de ellos inviables, como el del “dólar futuro”. Se calcula que los Kirchner han defraudado al fisco en 12 mil millones de dólares.
El 21 de mayo debería llevarse a cabo el juicio oral por el caso de Obras Públicas, en la provincia de Santa Cruz, por el delito de asociación ilícita, dirigido por una mafia en cabezada por Fernández – según el fiscal – y secundada por el empresario Lázaro Báez, Julio de Vido, José López, (famoso por el maletín lleno de dólares y dejado luego a resguardo en un convento), y Carlos, primo de Néstor Kirchner.
La Corte Suprema pidió al juzgado el expediente del caso, ante un recurso de queja por parte de la defensa de Fernández por pericias no realizadas, que haría posible la nulidad de juicio.
La intervención de la Corte Suprema en el caso provocó un escándalo periodístico, seguido por un cacerolazo en rechazo a los magistrados de la Corte Suprema bajo sospecha de instaurar la impunidad.
Los Supremos, aterrados ante la presión popular, reafirmaron la fecha del 21 de mayo próximo para la primera audiencia del juicio oral.
El tema de discusión entre los periodistas se centra qué ocurrirá con Cristina Fernández sentada en el banquillo de los acusados. Pienso que, a veces, una expediente débil y mal fundamentado como el construido por el fiscal, puede ser favorable a la principal acusada, que se defenderá alegando persecución política por parte del gobierno. (Algo de estos argumentos ya ha adelantado al pedir observadores internacionales en el juicio).
Los argentinos son geniales para explicar el desastre en que se encuentra su país: siempre repiten el mismo San Benito al afirmar que las crisis son permanentes. Admiro a nuestros hermanos allende Los Andes por su capacidad de vivir en un eterno apocalipsis sin quejarse y aceptando la realidad cotidiana, pues en pleno baño de estiércol gritan “no hagan olas”.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
18/04/2019