La plutocracia chilena actual es mil veces más vendida que aquella que regaló el salitre a los ingleses, en el siglo XIX, y el cobre a los norteamericanos, en el siglo XX.
La oligarquía del siglo XIX tenía, al menos, cierto sentido nacionalista de los negocios: Domingo Santamaría, que regaló el salitre, decía que el Estado chileno esperaría en la puerta a los ingleses para cobrarles un impuesto del 40% de la venta del salitre; en esa época había intelectuales que denunciaban los abusos del rey del salitre.
Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva Chile chilenizó el cobre, obteniendo el 51% de las acciones de las empresas norteamericanas; con Salvador Allende y la totalidad de los partidos políticos representados en el Congreso, se logró nacionalizar el cobre, pero el gobierno de facto, presidido por Augusto Pinochet, lo volvió a privatizar, y sólo mantuvo un tercio en manos de CODELCO.
La actual derecha política chilena ha vendido el país a la tiranía china: a Sebastián Piñera poco le importa que en ese país no exista ni libertad, ni de democracia, (“cada país tiene el régimen político que quiera”. Le es muy fácil criticar a la Venezuela de Nicolás Maduro, pero casi imposible hacerlo con el imperio colonial chino).
El litio apareció como el maná, que nos podría llevar rápidamente al desarrollo: es el oro blanco que convertiría al triángulo Chile-Argentina-Bolivia, que tiene el 84% de la producción mundial de litio, (posiblemente se agregaría Perú), en la Arabia Saudita de América Latina.
El siglo XXI se caracteriza por dos grandes revoluciones: la robótica, que cambiaría el mundo del trabajo, y la verde, es decir, la electro movilidad, que para el año 2025 monopolizará el transporte en las principales ciudades de Estados Unidos y Europa, y por otro lado, las energías limpias – la fotovoltaica, mareomotriz, eólica y geotérmica – que, en Chile tiene ventajas comparativas estratégicas.
Eduardo Bitràn, ex gerente general de CORFO, sostiene que las baterías están compuestas también por cobre verde, por consiguiente el cobre, del cual Chile es el principal exportador del mundo, saldría muy favorecido.
En el triángulo del litio, Bolivia tiene una competencia a muerte con Chile: actualmente este país tiene un convenio con una empresa alemana para fabricación de vehículos, movilizados por energía eléctrica, (en este plano, hay que reconocer que los bolivianos nos están llevando la delantera).
En Argentina, en Jujuy, (Salta y Catamarca) ya están invirtiendo algunas empresas privadas, incluso una de Francia.
En Chile, el litio lo están explotando tres empresas: la china Tianqi y la norteamericana Aldemarle, sumada a la chilena, SQM.
Además del triángulo latinoamericano, también Australia exporta litio. En este país están presentes también las empresas Tianqi y Aldemarle, además de Tilison.
En el mundo hay siete empresas que explotan el litio: SQM, Galaxy, Tilison, Aldemarle, FMC-litio, Genfent y la Tianqi. El mercado del litio es muy poco trasparente, pues ni siquiera su precio se transa en la Bolsa de Valores de Londres.
Las empresas chinas están mezcladas con los intereses del Partido Comunista, que pretende colonizar África y América Latina. En el caso de Chile se da la paradoja de que los dos grandes partícipes de la actual guerra comercial, China y Estados Unidos, se han coludido para dominar el mercado chileno del litio, por medio de un pacto entre las empresas Tianqi y Aldemarle.
La empresa chilena SQM, desde el año 1995, durante el gobierno de Frei Ruiz-Tagle, firmó un convenio con el gobierno chileno por el cual le arrendaba el salar de Atacama, en la ridícula suma de 10 millones de pesos anuales, (más barata que cualquier arriendo en un edificio de Vitacura). El gobierno cobraría el 5% de la venta del litio. Chile miraba en menos la importancia del oro blanco, por consiguiente, no se tomó la molestia de fiscalizar.
Se suponía que el litio servía para la producción de energía nuclear, por lo tanto, los militares declararon que este mineral no podía ser concesionado, y la comisión chilena de energía nuclear, presidida por Jaime Tohá, debía vigilar que las exportaciones del litio no llegaran a países que estaban construyendo bombas atómicas. Según el abogado Mauricio Daza, Chile vendió litio a Norcorea, y pudo hacerlo por la falta de fiscalización de dicha Comisión.
El ex gerente general de CORFO Eduardo Bitrán, llegó a un acuerdo con SQM, por el cual se prolongaría hasta el año 2036, lo que significará una ganancia de 15 millones de dólares para dicha empresa, (hay que considerar que hacia el año 2022 la producción de litio se duplicará).
El precio del litio en carbonato es mil veces inferior al procesado para la construcción de baterías, por ejemplo, hoy se venden en el mundo más de un millón de celulares, y respecto al 2017, aumentó en un 276% en su producción. El precio del carbonato hoy es de 13.600 dólares.
SQM puso en el mercado el 24% de sus acciones, que fueron compradas por la empresa china Tianqi, transacción que le permitiría tener tres directores en el gobierno corporativo, y los tres restantes seguirían perteneciendo a SQM.
La compra del 24% de SQM le permitiría a los chinos, aliados con los norteamericanos, monopolizar los directores a la cabeza de las empresas que explotan el litio.
Afortunadamente Bitrán reclamó ante la fiscalía económica, dirigida el señor Mario Ybar. El Tribunal de la Libre Competencia, incapaz de combatir los monopolios, ha fallado en favor de la empresa china, y con algunas condiciones que pueden ser completamente burladas.
El Tribunal Constitucional, así sea la primera vez desde su creación, puede hacer una buena obra fallando a favor de la libre competencia. Eduardo Bitran, por experiencia está pesimista pues Chile se ha entregado al colonialismo chino, aliado ahora a una empresa norteamericana.
Chile no sólo cuenta con el litio en el Salar de Atacama. Según Ciper Chile, los siete salares abarcarían cuarenta mil hectáreas, y se presentan 142 concesiones, entre ellas Pedernales y la Isla, esta última la más extensa.
(Como material para esta columna me he basado en los aportes del periodista Tomás Mosciatti, (único valiente en denunciar la penetración colonialista de China en nuestro territorio), los del abogado Manuel Cruzat, de Eduardo Bitrán y de Ciper Chile, además de los del diputado del Frente Amplio, Renato Garín y el abogado Mauricio Daza).
La clase política no reacciona ante eventual pérdida de nuestro preciado mineral, el litio.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
06/05/2019