El sábado 20 de abril a las cinco de la madrugada, fue asaltado el Museo y la Fundación Salvador Allende ubicado en Avenida Republica 475. Yo me enteré hoy en la mañana, gracias a una llamada telefónica hecha por Patricia Espejo, ex secretaria privada del Presidente. Creo no haber visto noticia alguna en los medios de comunicación, transcurridas más de 24 horas del delito.
Las obras y objetos sustraídos revelan claramente un móvil político.
Los asaltantes ingresaron a la Sala del Presidente, destrozaron los gruesos cristales que protegían la muestra de sus objetos personales y los sustrajeron. Entre ellos se encuentra la Banda Presidencial, su reloj pulsera, la billetera donde aún asomaban un par de billetes de la época, el carnet de militante del Partido Socialista acreditando ser uno de sus miembros fundadores, su capa de médico forense y un par de piezas de ajedrez talladas en madera, que el Presidente mantenía en una sala adjunta a su despacho en La Moneda, adonde se refugiaba para jugar con alguno de sus amigos o colaboradores, dándose un momento de distracción en medio de sus responsabilidades políticas. Estas piezas de ajedrez fueron recogidas en medio de los escombros de la Moneda, por un arquitecto funcionario del Departamento de Arquitectura del Ministerio de OOPP, quién fue enviado al Palacio a constatar los daños originados por el bombardeo. Las recogió y conservó en su poder hasta 2006, cuando enterado que se construía el Museo Salvador Allende, me llamó para entregarlas.
El valor de las piezas sustraídas es invaluable bajo el punto de vista patrimonial y de la memoria histórica. No hay como sustituirlas. Es una obligación hacer todos los esfuerzos posibles para lograr su recuperación.
Los asaltantes también sustrajeron un par de obras del pintor Hugo Rivera y subieron hasta las oficinas del Museo, para hurtar un par de computadores.
Estaban a la vista obras de mucho valor histórico como un cuadro de Miró, que no sustrajeron, lo que confirmaría que su móvil es claramente político.
Ex agentes de la CNI circulan libremente por las calles de nuestro país, especialistas en detener y hacer desaparecer personas, y resulta razonable suponer que pudieran ser los principales sospechosos de este delito.
Chile y el mundo viven hoy tiempos políticos difíciles debido al auge del neofascismo y esta acción calza dentro de esta tendencia.
Han transcurrido 45 años desde el golpe militar que acabó con la obra y la vida del Presidente y su memoria se mantiene vigente en todos los rincones del planeta. No hay país en el mundo donde no se sigan inaugurando plazas, calles, hospitales o colegios con su nombre. La tentativa de construir un modelo económico social en favor de los sectores más humildes en democracia, pluralismo y libertad, tal como tantas veces lo afirmó el mismo Allende, sigue iluminando a las fuerzas progresista de todo el mundo. La canción El pueblo Unido Jamás Será Vencido, acompaña las luchas populares en muchos rincones del planeta.
Es nuestra obligación hacer todos los esfuerzos posibles para recuperar estas joyas invaluables de nuestra historia. Confiamos que la policía se esmere en efectuar las investigaciones necesarias para su recuperación
Mientras tanto, es nuestro deber rodear a la Fundación y al Museo Salvador Allende de la más amplia solidaridad. Quizás promover un multitudinario acto de desagravio.
Miguel Lawner,
21.04.2019.