No fue una marcha más, fue otra histórica en la que las mujeres argentinas lanzaron desde aquí al mundo un fuerte grito de esperanza para desterrar de una vez por todas el patriarcado, los tabúes y el machismo.
Un gran torbellino de rostros femeninos diferentes pero con las mismas luchas sociales y reivindicaciones tomaron las calles de la capital y en cada provincia de esta nación austral, en donde hoy persiste el femicidio, el abuso sexual, la violencia, para desde aquí enviar un mensaje al mundo.
Ejemplo de lucha en el continente, las argentinas a través del colectivo de Ni una menos han despertado conciencias y movieron a varias de sus compatriotas latinoamericanas para salir a pelear por derechos que les han sido coartados desde hace siglos y que hoy persisten.
En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, al grito de !Basta ya!, la versión argentina del Paro Internacional de Mujeres se vivió intensamente en esta nación donde el mal llamado 'sexo débil' salió a decir que es hora de dejar atrás el machismo imperante, madurar, acabar para siempre con políticas y mentalidades que laceran y muchas veces acaban con sus vidas.
Tengo 15 años y sigo con la esperanza de que pronto tengamos los mismos derechos, por eso estoy acá, afirmó a Prensa Latina la joven Macarena, quien junto a sus amigas daba brincos y cantaba arengas en las inmediaciones del Congreso de la Nación, desde donde partió la marcha hasta la emblemática Plaza de Mayo.
La de este viernes fue una linda y emocionante movilización, se sintió la alegría, se constató la fuerza de una lucha que toma cada vez más espacio.
Allí estaba una pareja de ancianos defendiendo los derechos de las mujeres, también las representantes de pueblos originarios, las madres con los niños enseñándole desde pequeños, colores multiplicados y uno que dominaba, el verde de los pañuelos que representan la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito que hoy urgen miles de argentinas para que más ninguna muera por someterse a este método de interrupción del embarazo de manera infrahumana.
En la tierra de Mafalda, miles de Mafaldas multiplicadas levantaban carteles, hacían repicar tambores y mandaban mensajes muy fuertes al Gobierno, a la iglesia, a los congresistas.
La marcha de este 8 de marzo en Buenos Aires fue imponente, con miles de personas, niñas, jóvenes, familias enteras, mujeres de todas las clases sociales, trans, homosexuales, amas de casa, afrodescendientes, entrelazando banderas, con la sonrisa y la fe de estar ganando una batalla en las calles con perseverancia y lucha: el derecho a la igualdad.
Los cánticos iban y venían, las mujeres cargaban a sus pequeños, algunas lactando, pero ahí estaban porque saben que falta aún un largo camino. También presentes los hombres, portando con orgullo los pañuelos verdes.
Este 8 de marzo es otro día para la historia de un país lleno de mujeres luchadoras, protagonistas de su tiempo, cargadas de esperanzas, dispuestas a seguir adelante hasta conquistar el futuro.