Arropado por cientos de seguidores, el ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó este sábado bajo custodia policial al funeral de su nieto Arthur, cerca de Sao Paulo, tras obtener un permiso para salir unas horas de la prisión de Curitiba donde cumple condena de 12 años por corrupción.
Lula fue autorizado a permanecer una hora y media en el cementerio Jardim das Colinas, en Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo, donde pronunció unas palabras para despedir a su nieto, de siete años, fallecido el viernes por meningitis.
El líder opositor, de 73 años, fue llevado en avión desde la ciudad de Curitiba, donde cumple su condena, con 26 policías federales custodiándolo. En el funeral Lula afirmó que su nieto sufrió bullying en la escuela por su causa.
Tengo un compromiso contigo, probaré mi inocencia y cuando vaya al cielo te llevaré un diploma de inocencia. Probaré quién es ladrón en este país. El que me condenó no puede mirar a los ojos de sus nietos como lo hago yo
, señaló Lula en su discurso, que fue grabado por los asistentes y divulgado a la prensa.
A la ceremonia también asistieron los principales dirigentes del opositor Partido de los Trabajadores (PT), como el ex candidato presidencial Fernando Haddad, y la destituida ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff. ¡Lula Libre, Lula Libre!
, gritaron los seguidores de Lula frente al cementerio.
El gobierno venezolano del presidente Nicolás Maduro, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, y su par de Nicaragua Daniel Ortega, así como el jefe de Estado boliviano Evo Morales, dieron sus condolencias a Lula.