Septiembre 20, 2024

Ex abogado Michael Cohen : Donald Trump “racista, estafador y tramposo”

A Trump le llueve sobre mojado: su ex abogado, Michael Cohen, decidido a colaborar con la justicia y declarar bajo juramento ante una Comisión de la Cámara de Representantes, retrató tal cual es al actual Presidente de Estados Unidos. Comenzó su intervención diciendo que Trump  era racista, estafador y tramposo, una persona en que predominaban el egoísmo, la amoralidad, la falta de ética y el narcisismo patológico, y lo único que le interesa son sus negocios personales.

 

 

Según Cohen,  quería ser candidato presidencial con el fin de acrecentar su fortuna; por ejemplo, usó su campaña para lograr la aquiescencia del gobierno ruso en la construcción de una torre en Moscú, sin embargo, él estaba convencido de que perdía la elección, pero el sistema electoral norteamericano es tan “democrático” que, aunque perdió en número de votos, ganó por los  de los Delegados de los estados, (para Piñera y sus fachos seguidores poco importa cómo se accede al poder; hasta a Augusto Pinochet, que no lo eligió nadie, lo siguen llamando “presidente”, y aún nos regimos por una Constitución fraudulenta).

 

Para los fascistas Juan Orlando Hernández, actual mandatario de Honduras, que se robó la última elección, y Jimmy Morales, de Guatemala, sinvergüenza  confeso que, sumados a otros derechistas,   “son gobernantes muy democráticos”, decir que la democracia surge de la soberanía popular es una verdadera estulticia. Veamos: el pueblo elige entre candidatos designados por los bancos y por las grandes empresas, pero los partidos políticos – cada vez con menos militantes, sólo dirigentes –  funcionan “directorio de los bancos” y, como tales, reciben dineros de las multinacionales. Además, los votantes son clientes de los supermercados que, algunas veces están pendientes de los artículos más rebajados, (en los días previos a las elecciones la mayoría de los productos valen mil pesos). A cualquier candidato se le mea una guagüita aún fea, pero él hace el sacrificio para lograr el voto de la mamá, tan desdentada como la guagua.

 

A todos los Presidentes se les exige, bajo juramento, el respeto a la Constitución y a las leyes, así sea producto de la mente de un dictador. Si vamos por elecciones, por ejemplo Daniel Ortega, del Frente Sandinista,  ha  ganado varias elecciones, y era amigo de los empresarios, los curas y de los norteamericanos, pero ahora que rompió relaciones con sus anteriores aliados, lo han convertido en anti-demócrata, y los mismos yanquis quisieran invadir este país, que llaman “de mierda”. No basta, por consiguiente, declararse anti-imperialista para ser de izquierda.( Hasta su hermano Humberto Ortega pide elecciones)

 

En vez de jurar el respecto a la Constitución deberían hacerlo por el “respeto a la propiedad privada”: los que aman la plata son demócratas y quienes la rechazamos somos antisociales, (mucho peor que dictadores). Los  Presidentes colombianos uribistas “no son narcos ni paramilitares”, sólo lo es Nicolás Maduro y su mafia. Pablo Escobar, los hermanos Rodríguez Gacha, (carteles de Medellín y de Cali, respectivamente), posiblemente no son colombianos, sino venezolanos. La antigua FARC y el ELN son venezolanos y no colombianos; los paramilitares son también invención venezolana y no colombiana. En Colombia no se compran ni se venden elecciones, (las elecciones ganadas por el general Gustavo Rojas Pinilla vendidas al político de turno); nadie puede afirmar que en Colombia existe una democracia a imitar.

 

El ex abogado de Trump describe que cuando conjuntamente visitaban una población miserable en Estados Unidos, el hoy Presidente sorprendido ante tanta miseria exclamaba que “sólo los negros pueden vivir entre tanta miseria e  imagínate un país gobernado por negros…sería un país de mierda”. (Por esta época la democracia más acabada del mundo la presidía Barack Obama).

 

Michael Cohen, hombre de plena confianza de Trump, hacía  las tareas sucias encomendadas  por su jefe; uno de los documentos mostrados a la Comisión de la Cámara de Representantes es un cheque, firmado por el mismo Trump para pagar prostitutas y actrices porno – el caso Storny Daniels -, por el equivalente a ciento tres mil dólares.

 

Como los políticos-delincuentes yanquis son tan hipócritas como los chilenos, Cohen, arrepentido, pide perdón a su familia y recuerda a su padre jurando no involucrarse más con racistas, estafadores y tramposos, y hacerle caso, en su reemplazo, a su “ángel de guarda”.

 

Trump, que le ha ido mal con Venezuela, pues cada día se suma más gente decente e inteligente que ha descubierto que el “joven” Juan Guaidó no piensa  ser un demócrata, sino un ambicioso de poder, y que tiene una mafia repugnante de ricachones padrinos, cada cual más pillo que el otro, y que le interesa un comino la suerte de los venezolanos que, según Trump, no tiene por qué ser distinta a los demás habitantes de “los países de mierda”, que él mismo describía, haciendo alarde de supina ignorancia.

 

Los demócratas ya tienen en casilla al sinvergüenza de Trump y están a punto de iniciar el juicio política que lo sacaría de la presidencia, y aunque a veces se pueda parar de “Guatemala a Guatepeor”, pasar de Trump a Pence no creo que sea muy ventajoso.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

01/03/2019         

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