Las actividades de conmemoración que se realizan año a año durante el primer fin de semana de febrero en la localidad de Neltume, relacionadas con los compañeros caídos el año 81, militantes del MIR y miembros del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, quienes fueron detectados durante la etapa de exploración y preparación del terreno para la posterior instalación de una guerrilla, en concordancia con la explosión de las protestas populares , tuvieron este año una característica muy especial, ya que las protagonistas principales durante las distintas jornadas fueron mujeres.
Estas luchadoras populares, militantes de la Resistencia y combatientes antidictatoriales, participaron activamente entregando sus testimonios, los que permitieron profundizar en el conocimiento de los compañeros que murieron en las montañas de Neltume.
La tarde del día viernes 01 de febrero se dio inicio a las actividades conmemorativas y la compañera Aminie Calderón Tapia realizó el lanzamiento de su libro “Guerrilleros de la Nueva Aurora”, en donde, a través de una historia novelada, rinde un homenaje a los compañeros del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro. En esta novela, basada en sucesos históricos reales, muestra a los militantes como personas de carne y hueso, muchachas y muchachos en la plenitud de sus vidas, que asumieron acciones radicales, pero en forma meditada y consciente, dentro de un contexto político social determinado.
En parte de su intervención, Aminie Calderón manifestó:
“El libro Guerrilleros de la Nueva Aurora es mi modesto homenaje a nuestros camaradas, amigos, combatientes del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro.
La responsabilidad y obligaciónque nos cabe de recuperar nuestra memoria, en tanto sobrevivientes del MIR, obedece a la necesidad imperiosa de erradicar la historia oficial, que la dictadura impuso, una historia falsa y tergiversada del rol que jugaron las diferentes organizaciones revolucionarias en tiempo de dictadura.Desenmascarar el oportunismo político, que pretende ignorar y deslegitimar la opción que tuvieron nuestros miembros de tomar las armas para enfrentar a la dictadura en ese entonces.
La valiosa perdida de nuestros camaradas, cuyos nombres encontramos grabados hoy en la piedra y la madera, contienen sus miradas, sus sonrisas, las que se quedaron petrificadas en nuestra memoria(…)”
En esta presentación estuvo junto a la autora el historiador Sadi Arenas, que realizó un análisis histórico global para contextualizar el período en el cual sucedieron estos hechos.
Angélica Navarrete, Presidenta del Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, resaltó el hecho de que por primera vez se realizara el lanzamiento de un libro escrito por una mujer durante estas jornadas de conmemoración. Al dar por iniciada las actividades, expresó:
“Queridos compañeros, compañeras, amigos, amigas, vecinos y vecinas de la localidad de Neltume. Un año más nos encontramos acá en este lugar que durante ya 15 años nos reúne como espacio de memoria en nuestro territorio. Hoy nos vestimos de gala para dar la bienvenida a Aminie Calderón a este espacio, sobretodo porque es una mujer quien escribe sobre esta historia.”
Por su parte, Gloria Herrera, encargada de Biblioteca del Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, reiteró lo planteado por Angélica, manifestando:
“Para nuestro espacio, esta presentación tiene un doble valor. Destaca en primer lugar por ser mujer, ya que durante años hemos tenido presentaciones de libros enmarcadas en el género masculino. Hoy rompemos ese esquema. Destaca en segundo lugar por ser un trozo de nuestra historia que hoy se presenta para darla a conocer. Bienvenida Aminie, y si bien es cierto que la historia la hacen los pueblos, con mucho orgullo hoy la historia se viste con alma de mujer.”
Durante la jornada matinal del día sábado 02 de febrero se realizó el recorrido del “Sendero de la Guerrilla”, reponiéndose las dos Placas de Memoria que fueron brutalmente destruidas el año pasado por anónimas y cobardes manos fascistas. Los nombres de los compañeros Pablo y Jorge volvieron así a estar inscritos sobre la madera nativa noble de las placas ubicadas en el camino que bordea el lago Neltume. Esta actividad se inició a la altura del Puente Quilmio, al frente del cual se ubica el primer Memorial en homenaje a los compañeros “Oscar”, René Eduardo Bravo Aguilera, y “Rigo”, Julio César Riffo Figueroa.
Ibar Leiva, sobreviviente del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro e integrante del Comité Memoria 81, dando inicio a esta jornada manifestó:
“Compañeros, compañeras, amigos, conocidos, familiares, lo primero que quiero decir es que comprendan que no es fácil para mí estar aquí, porque pienso en el otro, pienso en mis compañeros, pienso en sus sueños, pienso en la validez de sus sueños, pienso en su ejemplo, pienso en el Chile de hoy. Sabemos que estamos inmersos en un modelo salvaje donde a cada rato nos encontramos con todo tipo de injusticias, injusticias que nos duelen y que para mí son injusticias que, el día de ayer cuando compartía con estos compañeros estos sueños en este territorio, siguen estando presentes, y por lo tanto siento que el mejor ejemplo, o la manera como yo los recuerdo o hago memoria con ellos, tienen que ver con las luchas de hoy.”
Un centenar de personas participaron en esta jornada que continuó su recorrido por el camino que bordea el lago Neltume para luego seguir hacia la localidad de Choshuenco, pasando por el fundo Molco, y terminar a la altura de Puerto Fuy, con el objetivo de rendir un homenaje a todos los combatientes que acá dejaron sus vidas, en cada uno de los sectores en donde se ubican los Memoriales que los recuerdan.
Mientras se reponían las Placas correspondientes a los compañeros “Pablo” y “Jorge, tres compañeras, militantes y combatientes del MIR, entregaron sus testimonios relacionados con los integrantes del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro.
Algunos trozos de estos testimonios los transcribo a continuación.
“(…)Me tocó hacer muchas prácticas con el Paine, pero también con las otras compañeras. En relación con el Pablo se estableció la amistad que se puede establecer entre gente joven y compañeros. Nos conocimos harto, pero no tanto, pero a pesar de ello nos llegamos a conocer con una profundidad tal, que en el fondo parecía como nos conociéramos de siempre. Pablo era muy deportista, disciplinado, exigente, y a veces suplantaba al instructor cubano para hacernos instrucciones (…)”.
(…) Si podemos definir a alguien como un militante riguroso, ese era el Pablo. Exigente con los demás, pero en primer lugar exigente consigo mismo. Un militante en cada una de sus cosas, el que se levantaba temprano, que llegaba a la hora, el instructor, el que se estaba preparando todo el día.. Otra característica del Pablo, Rodrigo Obregón Torres, era que ese tremendo hombre macizo, riguroso, militante político militar, cantaba con una voz suave y dulce, y tenía una ternura en el trato con toda la gente. Desprendía amor en el trato que tenía con sus congéneres y eso era la expresión de un compañero muy íntegro. (…)”.
“(…) Pablo era Topógrafo y se ubicaba muy bien en el terreno mientras hacíamos la Escuela. . Siempre tenía ese espíritu de apoyar. Nosotros como mujeres igual teníamos que luchar contra el machismo, pero cuando él nos ayudaba no nos hacíamos problemas en aceptar su ayuda, porque conocíamos de su generosidad. (…)”.
“(…) Como mujeres teníamos que apechugar, porque no se podía retrasar la Escuela por causa nuestra. Además, teníamos que estar a la altura en todos los planos y eso lo cumplimos a cabalidad. No había diferencias de si éramos mujeres u hombres, todos estábamos en igualdad de condiciones. Tampoco había competitividad entre nosotros, sino que nos apoyábamos entre todos para sacar adelante las tareas. Es importante resaltar que la mujer se integró y participó en la lucha de Resistencia al igual que los hombres (…)”.
“(…) Quiero destacar que ninguna mujer de las que estamos acá y las que participaron en otros lugares en algún momento “arrugó”. Éramos valientes. Se trató de incorporar a la mujer arriba en la montaña en la guerrilla y efectivamente estuvo una compañera en el Destacamento, pero se mantuvo un poco tiempo arriba. En ese momento no estaban dadas las condiciones para que las mujeres pudiéramos estar arriba, incluso por razones biológicas. Arriba los pertrechos, la comida, hasta las toallas higiénicas era algo que tenía que ser pensado detenidamente. Nosotros recién estábamos empezando a preparar el terreno en la montaña (…)”.
“(…) Jorge podríamos decir que era un compañero de una muy buena pinta, un flaco tipo francés, que tenía el paso doble más grande de la Escuela, por lo tanto era el guerrillero que avanzaba con más facilidad en los caminos. Era un compañero absolutamente comprometido y convencido de lo que estaba haciendo. (…).”
“(…) La compañera Daniela tuvo más relación con él, porque formaba parte de su grupo, pero yo lo conocí a él en el tren. Él estaba exiliado en Estrasburgo y en el tren tuve mi primera conversación con él e inmediatamente hicimos una buena amistad. Además era un compañero muy simpático y muy buenmozo, de pelo castaño y ojos verdes. Tenía muy buen carácter (…)”
La próxima detención fue en el Memorial de los compañeros “Camilo”, Jorge Eugenio Monsalve Sandoval, “Víctor”, Próspero del Carmen Guzmán Soto, y “Pedro”, Patricio Alejandro Calfuquir Henríquez. Acá también pudimos escuchar los testimonios entregados por las compañeras, quienes expresaron:
“(…) Del Pedro, o “Picho” como le decíamos, les voy a contar una anécdota de cuando éramos chicos. Teníamos un año y medio de diferencia, éramos muy unidos, hacíamos muchas cosas de niños. Mi mamá tenía unas copitas chicas que a nosotros nos gustaban, entonces tomábamos agüita hasta que descubrimos una botella de menta que tenía mi madre y la tomamos poquito a poquito, hasta que un día nos descubrió ella y ahí se acabó el juego. Tendríamos como seis o siete años. Por eso yo creo que decidimos irnos juntos y entrar juntos. La pérdida de mi hermano fue un gran dolor. En base a su recuerdo yo continué hasta varios años después en la lucha en contra de la dictadura (…)”
“ (…) Al “Picho”, tu hermano, lo conocí en Francia. Yo había sido expulsada desde el campo de concentración directo a Francia. Yo era familiar de un Detenido Desaparecido y me integré a la Agrupación de Familiares que había y allí conocí al “Picho”. Claro que en esos momentos no sabía que era tu hermano. Ahí trabajamos, en tanto familiares de Detenidos Desaparecidos, pero como la militancia era compartimentada, yo nunca me topé con él en el Partido. Cuando hacíamos peñas el “Picho” era muy entusiasta, sociable, tocaba la guitarra, nos hicimos muy amigos en ese contexto.
En relación con el “grande”, el Víctor, no hablé mucho con él. Era muy tímido, no hablaba mucho, le costaba comunicarse, pero actuaba y eso era lo que se necesitaba en realidad, hablar poco y actuar. Con Camilo hubo una linda amistad, y él tenía dificultad para escribir. Después me enteré que él había aprendido a escribir cuando estuvo preso en la cárcel de Valdivia. Entonces en ese momento me tocó ser su compañera de banco y le dije que sería un secreto que no le contaría a nadie, y le ayudaba a escribir en su cuaderno. Era un compañero muy solidario, muy preocupado. En la columna siempre se devolvía, porque era como un gato en el monte. Se devolvía desde la vanguardia hacia atrás para ver cómo iban los demás compañeros (…)”
“(…) El “grande”, Víctor, fue compañero mío de Escuadra. Era un tipo de ojos buenos, que inspiraban confianza. Era muy exigente en el cuidado de su fusil y estaba limpiándolo constantemente y se enojaba cuando otros compañeros no tenían ese cuidado, pero su único comentario era “zopenco”. Era como un niño en un cuerpo grande. El Camilo era uno que leía El Granma en inglés en La Habana, o se hacía pasar por médico para impresionar a las chiquillas y tener amigas cubanas. Camilo era un tremendo hombre, era uña y mugre con el Víctor. Patricio era militar y políticamente muy preparado, fue Jefe de Escuadra aquí en el monte. Era el segundo al mando del Destacamento (…)”
La extensa jornada recorriendo el “Sendero de la Guerrilla” continuó con la visita a la localidad de Choshuenco, donde un canelo frondoso se alza, con la energía poderosa del árbol sagrado de los Mapuche, junto al Memorial del compañero “Paine”, Miguel Cabrera Fernández, Jefe del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro. Posteriormente la caravana se detuvo en el Memorial de Molco, que recuerda a los compañeros “Eusebio”, Hugo Ribol Vásquez Martínez, y “Lucas”, Mario Edmundo Superby Jeldres, quienes fueron asesinados por la dictadura en diciembre de 1973, luego que participaran en la guerrilla del 73 que resistió en estas montañas el golpe militar, para concluir en el sector de Puerto Fuy, donde se ubica la última Placa de Memoria en homenaje al compañero “Pequeco”, Juan Ángel Ojeda Aguayo. Con semblanzas y testimonios similares a los entregados anteriormente se dio por finalizada esta intensa actividad que se inició a las 10 de la mañana y concluyó pasadas las 16 horas. Ibar Leiva, a nombre de la comisión organizadora, agradeció la presencia de todos y todas manifestando que:
“En cada uno de ustedes quiero ver la mirada de Camilo, la mirada del Paine, del Pedro, del Jorge, del Pablo, del Víctor, de Pequeco, de Oscar, de Rigo, de Jorge, de cada uno de ellos. Estoy seguro que dentro de cada uno de ustedes hay un pedacito de cada uno de ellos después de esta jornada. Alguien dijo por ahí que la montaña es algo más que una estepa verde y hoy ustedes se dieron cuenta que esta montaña tiene mucha historia, y no me cabe duda que va a seguir estando de nuestro lado cuando la necesitemos. Las penas se sienten, se sufren, pero hay que echárselas a la mochila y hay que seguir en la lucha. El sumar esfuerzos en esta tarea gigante incorpora el aspecto unitario. Hay que sumar fuerzas para que un día no lejano podamos hacer la revolución que la sociedad nos exige.”
El viernes por la tarde, al partir de las 20 horas y culminando la segunda jornada de actividades, se efectuó un encuentro de intercambio de experiencias e ideas, bajo el título de “Estrategias y visiones sobre control territorial y ancestral hacia el pueblo mapuche y no mapuche”. El día domingo 03 de febrero, durante la tercera y última jornada conmemorativa de este año, se realizó la visita al Campamento y al tatú.
Año tras año los testimonios entregados junto a las montañas de Neltume siguen entregando pedacitos de memoria que nos permiten seguir conociendo más profundamente a los compañeros del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro.
Guillermo Correa Camiroaga, 28 febrero 2019