Noviembre 27, 2024

Sobre nalgas y principios

No pocos gozaron en extremo con el duro y poco elegante emplazamiento que hiciera Miguel Bosé a Michelle Bachelet durante su presentación en el concierto “Venezuela Aid Live”. Puntualmente, el cantante español dijo en el escenario dirigiéndose a la hoy Alta Comisionada para los DDHH de la ONU: “Ven aquí [a Venezuela], mueve tus nalgas”.

 

 

Más allá de lo que pensemos del cantante, de Bachelet (amiguis políticos en algún momento por lo demás) y del propio Maduro, repasemos la actitud de quienes precisamente más gozaron con las palabras de Bosé. Podríamos especular sin temor a errar, que esa gente se identifica ideológicamente con alguna derecha (siempre tengo la esperanza de que existan varias derechas en Chile) y estarían muy, pero muy preocupados por la actual situación de Venezuela.

 

Su reciente y apasionada aflicción, que por supuesto responde a los más altos principios políticos y morales, los ha llevado a miles de kilómetros por encima de la integridad del resto de los mortales. Más aún con respecto a la “izquierda” (sí, para ellos sólo habría una) que apoya no sólo al régimen de Maduro, sino que a todas las dictaduras comunistas, socialistas e izquierdistas del mundo… Ahora bien, siempre he tenido la duda de qué entenderán por “comunismo”, “socialismo” e “izquierdismo” esas personas que en general son muy ilustradas.[1]

 

El punto es que, sin temor equivocarse tanto, uno podría hacer un cuadro de muchos de los gozadores con el llamado a mover nalgas y elaborar una especie de lista de chequeo de sus recién estrenados principios que los llevan a desvelarse por la democracia, los DDHH y el bienestar de las personas. Lista que no es exhaustiva ni generalizable a todos los casos por supuesto. Veamos…

 

Para empezar apoyaron la dictadura cívico-militar, sus asesinatos y robos. Cuando no justificaron esos crímenes, callaron ante ellos o mintieron para excusarse aduciendo ignorancia.

 

Recuperada la democracia nunca dijeron nada contra el antidemocrático binominal y obviamente se oponen a una asamblea constituyente que por vez primera dé al país una Constitución realmente elaborada por la ciudadanía. Ni hablar de su rotundo silencio por la impunidad de los violadores de DDHH… a quiénes apoyan o al menos disculpan.

 

Desde 1990 en adelante nunca se les ha visto preocupados por la pobreza que generan las AFP en los jubilados, por el cambio climático, la desigualdad y la pobreza, ni contra la pérdida de soberanía al regalar el cobre, el litio, el agua y los recursos marinos.

 

Tampoco porque en Chile sea más conveniente morirse que enfermarse, ni por la gente que no tiene dinero para educarse, ni porque en el país los derechos sociales no están garantizados, ni por los bajos salarios y las precarias condiciones laborales.

 

Nunca los has visto preocupados por los brotes de xenofobia, los mapuches, por la gente de Quintero y Puchuncaví o cualquier otra comunidad contaminada, ni por las amenazas a la biodiversidad, por la discriminación o la violencia contra las mujeres o las minorías sexuales.

 

Seamos claros: quienes gozan con el emplazamiento de Bosé nunca han sostenido en verdad como principios la democracia, los DDHH ni el bienestar de las personas… Ni en Chile ni en otros lugares donde la situación es aún peor: Palestina, Colombia, México, Haití, Honduras, Yemen o Arabia Saudita.

 

Sólo recientemente descubrieron un nicho y atacan a las dictaduras “comunistas”… siempre que no estén turisteando en Cuba o Vietnam. Si bien la valla insalvable para sus sólidos principios históricamente han sido las buenas dictaduras de derecha, hoy su talón de Aquiles es su silencio sobre China. Dicha nación es gran amiga de Chile desde que reconoció al gobierno de Pinochet y lo continúa siendo en razón de ser nuestro principal socio comercial. ¡A pesar de ser un represivo régimen comunista desde 1949![2]

 

De esa calaña son los principios de esa cierta derecha que ahora recién, hace poquito no más y en un caso muy particular, descubrió que entre sus principios estaban la democracia, los DDHH y el bienestar de las personas. Esa es la que hoy dicta cátedra de moral y se llena la boca con Venezuela.

 

Por redes sociales eso sí… ¡Tampoco la idea es mover mucho las nalgas!

 


[1]Sobre la campaña internacional del terror del “socialismo”, el economista pro mercado Paul Krugman en su columna “La amenaza ‘socialista’ que invoca Trump” expone las confusiones (¿o mentiras?) en que caen en Estados Unidos los derechistas acerca del socialismo… Y aplica 100% a Chile. Ver: https://www.nytimes.com/es/2019/02/12/paul-krugman-trump-amenaza-socialista/?fbclid=IwAR39jocQQcKO3peqgdnv4tjyrEgkp042PfLkIOUosbnotxl065iE_anKevc, 12.02.19.

[2]Sobre la situación de los DDHH en China en 2017/2018 según Amnistía Internacional: https://www.amnesty.org/es/countries/asia-and-the-pacific/china/report-china/?fbclid=IwAR2kaixImIuR7EspEZFwRZkgg-PPYinjx5Do7ETONkNopkj0lLpJFQWwg0g. Sobre el doble estándar de la derecha chilena respecto a China: “Nuestra derecha de cartón”, http://www.elclarin.cl/web/opinion/politica/20737-nuestra-derecha-de-carton.html, 27.11.16.

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