Noviembre 28, 2024

Venezuela al filo de la invasión ¿Una Guerra Fría 2.0?

 

Después de la caída del Muro de Berlín, asistimos a la amenaza de una  nueva guerra fría 2.0, es decir, acorde al siglo XXI. Se diferencia de la anterior en que ya no es bipolar, (URSS-Estados Unidos), sino tripolar e, incluso, multipolar.

 

 

 

Si consideramos el potencial de los actores principales actuales, en lo militar el armamento de Rusia es muy superior y sofisticado que el de Estados Unidos; por su parte China, que no tiene un ejército tan poderoso como los países  mencionados, pero los aventaja en poder económico, (y en cuanto al PIB Rusia está estancada y retardada con respecto a Estados Unidos).

 

 

 

La guerra fría hasta 1989, y la potencial actual tienen un punto de similitud respecto a la dependencia geográfica de los países respecto a las potencias: Estados Unidos cuenta con el irrestricto apoyo de Israel y Arabia Saudita, además del reconquistado “patio trasero” de países de América Latina, al cual hay que agregar Canadá y México, (este último, a pesar de los aires de independencia por parte de su Presidente). China, por su parte, centra su poder en el protagonismo sobre Asia.

 

 

 

Desde el punto de vista del poder armamentista en la antigua guerra fría los combates se daban en las llamadas “guerras de baja intensidad”, (Corea, Vietnam…). Cada una de las potencias pretendía ampliar su campo de influencia: la URSS aprovechó especialmente la liberación de los países africanos para ampliar su radio de influencia; por su lado, Estados Unidos se demostró incapaz de triunfar en Vietnam perdiendo la Indochina.

 

 

 

En 1959 a Estados Unidos se le abrió el boquete a raíz del triunfo de Fidel Castro en Cuba que en América Latina demostró capacidad para exportar la revolución, a través de la creación de las  guerrillas. Venezuela, tanto antaño como ahora, es un eje central  geopolítico, pues influye en los países del Caribe y Centroamérica, como también en la parte norte de América del Sur. Ante este peligro, Estados Unidos instaló en Venezuela el “Pacto de Punto fijo”, porque el poder se repartía alternativamente entre ADECO y COPEI, Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera. Las guerrillas venezolanas fracasaron en el Falcón, y el MIR se integró al sistema político.

 

 

 

Dos fechas claves decidían  la actuación de Estados Unidos en  “el patio trasero”: el primero, el de los misiles rusos, el 24 de octubre, en 1962 , en que Nikita Kuchev retiró los misiles y pactó con J.F. Kennedy que haría otro tanto en Turquía, además que Estados Unidos se abstenía de invadir a Cuba. La segunda fecha importante es el asesinato del Che Guevara, en Bolivia, que pone fin a la vía foquista en América Latina, (exceptuando Colombia). Podríamos agregar una tercera fecha, la de la muerte del Presidente Constitucional Salvador Allende, en 1973, que dejó a mal traer “la vía pacífica al socialismo.

 

 

 

La preocupación principal del Pentágono y la C.I.A. consistía en evitar que Cuba penetrara políticamente en Latinoamérica, como lo había en hecho en África, pues una nueva Cuba era inaceptable. Gracias al precio de las materias primas, sumado a  la crisis subprime surgió en la mayoría de los países gobiernos del llamado “socialismo del siglo XXI”, y Hugo Rafael Chaves Frías, fue mucho más peligroso para Estados Unidos que Fidel Castro y el Che Guevara. (La muerte de Guevara, Allende y Castro no apagó el fuego del peligro comunista).

 

 

 

La nueva guerra tripolar, en sus exigencias no se distingue mucho de la anterior guerra fría, lo cual prueba que los muros para poco sirven. Se trata que cada una de las potencias principales funcionen con sus países bajo su dominación: Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel, en el Medio Oriente; con Colombia y Brasil y Canadá, en América. Rusia, Irán – posiblemente – Irak, Crimea, Ucrania y los antiguos países de la Unión Soviética; en América Latina, Cuba, Nicaragua y Venezuela. China, en los países asiáticos, sobre todo en el Mar de China.

 

 

 

El problema que también se planteaba antaño era la penetración de las grandes potencias en territorios de sus rivales: Rusia tiene toda la razón de querer vengarse de Estados Unidos, no sólo por haberse entrometido en la guerra de Siria, sino especialmente por favorecer a Israel, país que pretende dominar Líbano, Palestina, Jordania y gran parte del Medio Oriente. Donald Trump, con el retiro de sus tropas de Siria, reconoce su fracaso. China, más pragmática, busca como objetivo la dominación económica de países que están bajo el dominio de Estados Unidos, (es el primer importador de numerosas materias primas de la mayoría de los países de América Latina.

 

 

 

Las potencias que generalmente importan dicen relación con su poder nuclear, es decir, Israel, Rusia, Ucrania, Irán, China, India, Pakistán y Corea del Norte…Una de las motivaciones importantes que podría impulsar a Rusia, gran potencia militar, a intervenir en Venezuela, sería devolverle la mano a Estados Unidos que está interviniendo en Ucrania y Crimea. El problema para Rusia es la lejanía de Venezuela de su territorio, (aunque los misiles atómicos teledirigidos  son transcontinentales).

 

 

 

Hoy, el comienzo de una guerra se hace a partir de instrumentos tecnológicos sofisticados, pero la ocupación del territorio exige la infantería, de ahí la facilidad de Estados Unidos de llegar fácilmente a Venezuela.

 

 

 

La perspectiva de una posible invasión, sobre todo si intervienen las grandes potencias sería fatal, no sólo para Venezuela y los demás países de América Latina, que nos convertiríamos en escenario privilegiado de guerras de baja intensidad, sino también para el mundo si los países poderosos usaran su arsenal nuclear.

 

 

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

 

25/02/2019     

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *