El mundo moderno está en crisis y todo apunta a que o se detiene y se remonta, o se transita hacia el colapso de la civilización industrial. Aquí sostengo que hoy existe suficiente evidencia científica, la mayor parte producida en la reciente década, que permite reconocer las causas profundas de esta crisis y que, en consecuencia, se pueden y deben desarrollar procesos políticos de emancipación o liberación dirigidos a anularlas.
La causa de esta crisis global, que aparece como una crisis doble (social y ecológica) es, por supuesto, el capitalismo en su fase corporativa, es decir la élite formada por uno por ciento de la humanidad, que hoy opera como una clase dominante trasnacional
cuyo poder se encuentra protegido por un formidable complejo industrial, militar y de medios. Este uno por ciento actúa como sector depredador (de la naturaleza) y parasitario (de los otros seres humanos). El gran reto es encontrar los mecanismos para acabar con ese poderío descomunal, cuya célula o aparato identificable es la corporación ( El capitalismo caníbal, Joel Bakan, 2009), donde nuestra mayor fortaleza, casi la única, se encuentra en que somos 99 por ciento de la especie. Toda la gama de conflictos que aparecen en escalas menores, conflictividades secundarias, terciarias, etcétera son, para mi gusto, choques que distraen y terminan por ocultar la batalla central
, que es evitar o desarticular ese enorme poderío concentrado en una minoría de minorías rapaz. Los conflictos generados en el mundo a raíz de los ismos
, sean ideológicos, religiosos, nacionales, etcétera, pierden sentido si no se encuadran en el gran objetivo de terminar con esas gigantescas maquinarias de extracción de riqueza, la cual obtienen de una doble explotación: del trabajo de los hombres y del trabajo de la naturaleza.
Estas máquinas de explotación y muerte, recuerdan de inmediato el caso de los hoyos negros encontrados por los astrofísicos en el universo: sistemas que todo lo atraen, succionan y desaparecen. Hoy son las corporaciones como sistemas globales de dominación, los hoyos negros de la modernidad. Sólo un ejemplo, aterrador: las corporaciones biotecnológicas encabezadas por Monsanto se han devorado toda la biodiversidad de 54 millones de hectáreas (selvas, bosques, matorrales, etcétera) para sembrar extensos monocultivos de soya transgénica en Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Esa superficie equivale casi a la de Francia o cinco veces el tamaño de Guatemala (https://bit.ly/2NWJwWo). ¿Dónde están los ambientalistas del mundo denunciando este atentado?
Comencemos por mostrar, con datos duros derivados de investigaciones recientes, algo que muy pocos saben: que estamos viviendo ¡el periodo con la mayor concentración de riqueza de toda la historia humana! Unas cuantas decenas de corporaciones, y cada vez menos conforme avanza la megamonopolización, controlan y dominan el mundo, la mitad de las cuales proceden de Francia, Alemania, Holanda, Japón y Estados Unidos. Estas corporaciones poseen 90 por ciento de las tecnologías y patentes del mundo, controlan 70 por ciento del comercio mundial, y emplean a decenas de miles de científicos e ingenieros. Su mayor poder radica en la extracción de minerales, petróleo, gas, diésel y turbosina. Pero también poseen la mayoría de productoras de energía hidroeléctrica, nuclear, carbonífera y de papel, así como en la producción, procesamiento y distribución de alimentos. Igualmente manufacturan y venden la mayoría de los autos, aviones, satélites, computadoras, químicos, medicamentos y productos biotecnológicos que se consumen en el mundo. El planeta, corporativizado.
Estudios científicos y análisis estadísticos han mostrado procesos históricos de máxima concentración de capital y las mayores tasas de ganancia registradas. Por ejemplo, los máximos históricos del índice Dow Jones, o las ganancias récord de los hombres de negocios más ricos, las que aumentaron en 2017 en 20 por ciento hasta alcanzar 8.9 billones de dólares (UBS Billonaires 2018). Los 62 seres más ricos del mundo (sólo nueve mujeres entre ellos) poseen una riqueza igual a la de 3 mil 600 millones. Destaca el estudio de tres investigadores suizos. Tras el análisis de la base de datos Orbis 2007, donde figuran 37 millones de empresas, encontraron que un grupo de solamente mil 318 corporativos y bancos domina la mayor parte de la economía mundial (New Scientist, 19/11/11). Complementando lo anterior P. Phillips y K. Soeiro describieron la punta de la pirámide
: 25 corporaciones encabezadas por la minera Freeport-McMoRan y el banco Black Rock Inc. (https://bit.ly/2SpFYmP).